18 julio, 2014
Continúan los cruces y acusaciones por el siniestro del avión de Malaysia Airlines
Mientras se realiza la búsqueda de los restos del avión Boeing-777 de Malaysia Airlines, cuyo siniestro ocurrió el día jueves, en la República Popular de Donetsk, controlada por las autodefensas, las autoridades rusas y ucranianas se continúan acusando sobre las responsabilidad del hecho. En la jornada de hoy se pronunció también el Consejo de Seguridad de la ONU durante una sesión de emergencia.

Mientras se realiza la búsqueda de los restos del avión Boeing-777 de Malaysia Airlines, cuyo siniestro ocurrió el día jueves, en la República Popular de Donetsk, controlada por las autodefensas, las autoridades rusas y ucranianas se continúan acusando sobre las responsabilidad del hecho. En la jornada de hoy se pronunció también el Consejo de Seguridad de la ONU durante una sesión de emergencia.
Mientras continúan las acusaciones por la responsabilidad en el derribo del avión Boeing-777 de Malaysia Airlines, durante la jornada del viernes se pronunciaron tanto el presidente ruso Vladimir Putin, como su par norteamericano Barack Obama. También se refirió al hecho el Consejo de Seguridad de la ONU, durante una sesión extraordinaria.
El día jueves un avión perteneciente a la compañía Malaysia Airlines fue derribado en territorio de la denominada República Popular de Donetsk, causando la muerte de280 pasajeros y 15 tripulantes. Ni bien se conoció la noticia, las versiones cruzadas y las acusaciones no tardaron en surgir. Desde Donetsk, las autoridades responsabilizaron al gobierno de Ucrania, ya que señalan no disponer de armas que permitan disparar a un avión que vuela a 10.000 kilómetros de altura, respondiendo a su vez a las acusaciones cursadas por Antón Guerashenko, ministro del Interior de Ucrania, quien había afirmado que el avión fue derribado por un complejo antiaéreo Buk, perteneciente a las autodefensas que controlan Donetsk y Lugansk.
En la mañana de hoy, el Consejo de Seguridad de la ONU también se pronunció al respecto, y señaló en un comunicado dado a conocer que “los miembros del Consejo de Seguridad piden una investigación internacional completa, exhaustiva e independiente sobre el incidente de acuerdo con los estándares de la aviación civil internacional y para una responsabilidad adecuada”, mientras señala la “necesidad de que todas las partes den acceso inmediato a los investigadores al lugar del siniestro para determinar la causa del incidente”. A tal sentido las autodefensas que ocupan la localidad donde se produjo el siniestro, ya habían adelantado que permitirán en dicho territorio una exhaustiva investigación.
Desde la administración de Barack Obama el acento sobre lo ocurrido con el avión de Malaysia Airlines se cargó contra las autoridades rusas y el rol que las mismas juegan en el conflicto que enfrenta al gobierno ucraniano con las fuerzas separatistas. Samantha Power, embajadora norteamericana ante la ONU, señaló que “el avión fue probablemente derribado por un misil tierra-aire, un SA-11, operado desde una zona controlada por separatistas en el este de Ucrania”, quienes para la funcionaria disponen del arsenal adecuado para llevar adelante dicha acción.
En una dirección similar se pronunció el presidente norteamericano Barack Obama, apuntando hacia Rusia por las armas de las cuales disponen las autodefensas, y sosteniendo que “es necesario que todas las partes se adhieran a un alto el fuego inmediato”. Obama agregó que “al menos un ciudadano estadounidense, Quinn Lucas Shantzman, fue asesinado. Nuestros pensamientos y oraciones están con su familia por esta terrible pérdida”.
Por su parte, Vladimir Putin afirmó: “es obvio que el Estado sobre cuyo territorio ha pasado esto es responsable de esta terrible tragedia”, mientras otro funcionario ruso, Vitali Churkin, sostuvo durante la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, que lo ocurrido con el avión comercial se inscribe dentro de la “operación de castigo” que el gobierno de Ucrania sostiene en el este de la región. Para Churkin “las negociaciones todavía pueden ayudar a salir de la crisis”, aunque para esto es necesario un diálogo incluyente: todas las principales fuerzas políticas deben participar. Pero las autoridades de Kiev escogen siempre el mal camino”.
Los funcionarios ucranianos parecen sin embargo optar por otra salida, y exigen la intervención de la OTAN y de Estados Unidos, para otorgarles a las fuerzas armaras ucranianas armas modernas que permitan iniciar una ofensiva terrestre en los territorios controlados por los separatistas.
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