27 octubre, 2015
«Mejor no enamorarse de las encuestas»: claves del resultado electoral
Andy Tow, politólogo y especialista en análisis de encuestas electorales analizó las elecciones presidenciales del último domingo y los motivos por los cuales ningún sondeo acertó el resultado final en el cual Daniel Scioli se impuso por apenas dos puntos sobre Mauricio Macri.

Andy Tow, politólogo y especialista en análisis de encuestas electorales analizó las elecciones presidenciales del último domingo y los motivos por los cuales ningún sondeo acertó el resultado final en el cual Daniel Scioli se impuso por apenas dos puntos sobre Mauricio Macri.
En diálogo con Radio Sur Tow explicó como funciona la dinámica de las encuestas así como también los motivos por los cuales estas se difunden o no. Una mirada relevante para comprender lo que se viene de cara a la segunda vuelta electoral y las distintas especulaciones al respecto.
– Considerando que ninguna encuesta se acercó al resultado final de la elección ¿cómo se puede analizar lo que pasó, tanto en los números definitivos como en las previsiones que fueron desacertadas?
– El resultado dice que la elección está abierta, no hay nada definido. Estamos yendo a un ballotage que no se puede predecir. Las encuestas son un capítulo aparte que vengo estudiando bien y tienen su gran problema: la incapacidad de capturar lo que pasa en el último tramo de la campaña con los indecisos.
Entonces lo que pasó en concreto es que la última semana los indecisos se volcaron masivamente a favor de Macri. Eso es básicamente lo que explica el 36% a 34% que terminó plasmándose en las urnas.
Además una cosa bastante insólita como lo que pasó en la provincia de Buenos Aires con un corte de boleta que favoreció María Eugenia Vidal, rompiendo la tendencia a que la boleta de presidente sea la que arrastra y tiene la misma cantidad de votos que la boleta de gobernador. Evidentemente hay un electorado consciente que se da cuenta que si quiere votar a alguien, no hay segunda vuelta en la provincia. Que lo que plantean las PASO no es definitivo.
En términos de números hay una caída importante del Frente para la Victoria en todo el territorio salvo en Córdoba donde mejoró un poco pero ahí Macri mejoró mucho más. Y algunas competencias de gobernación también marcaron la pauta como la victoria de Gerardo Morales en Jujuy.
– En el caso de Morales tenía boletas con cuatro candidatos a presidente: Mauricio Macri, Sergio Massa, Margarita Stolbizer y Adolfo Rodríguez Saá.
– Si, llevaba muchas más boletas presidenciales lo cual fue una buena estrategia. En Santa Cruz hicieron lo mismo y sin embargo no les alcanzó. En Tucumán también había un esquema parecido y en Formosa ni hablar, sin embargo Gildo Insfrán se impuso y fue reelecto. Entonces eso facilita, mejora, pero no determina.
Uno comparativamente ve que en realidad Morales ganó porque en frente tenía un rival que estaba muy desgastado y él logro una buena oferta electoral. El electorado percibe eso y premia lo que le parece que es mejor. Es lo que pasó en la provincia de Buenos Aires. El Frente para la Victoria a nivel de gobernador perdió cinco puntos si sumamos lo que sacaron Aníbal Fernández y Julián Domínguez en las PASO.
Después está la cuestión de la gente que no fue a votar en las primarias y si fue a votar a esta que también, de alguna manera, se volcaron por Cambiemos.
Entonces tenés mayor participación que desbalancea la predicción o proyección que se puede hacer respecto a las PASO e indecisos que se volcaron también hacia un costado algo que es imposible de prever en las encuestas.
Finalmente es cierto también que la campaña electoral del oficialismo no tuvo el entusiasmo que si tuvo Cambiemos. Lograron generar una expectativa mucho más movilizadora como la que, por ejemplo, había tenido la campaña de Cristina en 2007, en 2011.
– Es verdad que se planteó de parte de Cambiemos una oportunidad histórica mientras que desde el Frente para la Victoria se puso de relieve la idea de que esto era lo mejor que se pudo hacer para ver si se podía ganar. Ahora bien, volviendo al resultado vos marcabas el tema de los indecisos y la gente que no había votado en las PASO y si fue a votar ahora ¿Hasta que punto las encuestas son creíbles o buscan provocar una situación?
– Este año hice un seguimiento de todas las encuestas que fueron publicadas en medios digitales, que fueron como 500 y están todas en mi blog. Con eso intenté ver si podían predecir mediante promedios y proyecciones los resultados.
En algunos casos daba bien, pero en este caso evidentemente hubo problemas en las mediciones o sus supuestos. No obstante hay que tener en cuenta que cualquier encuesta que se publica en un medio es porque el cliente quiere que así sea. Por eso se publican las encuestas que lo favorecen.
No estoy diciendo que los encuestadores dan números dibujados pero ya desde el principio una encuesta que se publica en un diario está puesta porque alguien sabe que lo beneficia a sí mismo o perjudica a otro. Por eso hay que tomarla como eso, como una encuesta publicada que tiene un sesgo.
Me parece que el problema que puede haber en este caso es que se de un sesgo plutocrático. El que más paga encuestas y más publica, finalmente en el promedio parece que tiene más votos pero en realidad está tomando una muestra de las encuestas que se han producido en un lapso que, da la coincidencia, son las que le convienen.
En ese juego, salvo que los del otro bando también publiquen las suyas y se anulen mutuamente, va a haber una tendencia a mostrar los números nada más de una parte. En este caso se tendían a publicar las mediciones que favorecían a Scioli y mucho menos las otras.
– De acá a la segunda vuelta van a aparecer distintos analistas explicando si los votos de Massa van a ir para un lado o para el otro, lo mismo con Stolbizer, etc. ¿Existe alguna forma, una técnica, para realmente saber eso?
– Ahí lo que hay son las encuestas. Se pregunta a quién votaste en primera vuelta, a quién vas a votar y se sacan conclusiones.
Pero uno puede tener una proporción muy importante de gente que no contesta o que hoy dice que va a votar alguien y después otro día decide votar a otro. Hay una cosa volátil y muchos supuestos como que la gente no cambia de opinión o que dice la verdad cuando contesta.
Entonces todas son aproximaciones que cuando el margen es pequeño se pierde precisión. La estadística no puede resolver ese problema de darle el número exacto a la gente y decirle lo que va a salir. Le va a dar un rango y si ese rango se superpone con el del otro no se puede decir quien gana.
Debo reconocer que, en base al seguimiento que hice, es más complejo de lo que parece. Hay de todo y mejor no quedarse enamorado de los números porque se entra en un juego que después puede terminar engañando.
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