23 octubre, 2015
Irresponsabilidades compartidas: ¿Qué pasa con los chicos de Vélez?
El conjunto de Liniers está pasando por el peor momento de la última década. Lejos está de parecer aquel club “modelo” como se lo llamó hace unos años. Hoy en día es la clara muestra de uno de los grandes problemas que presentan los clubes: la profesionalización de los juveniles.

El conjunto de Liniers está pasando por el peor momento de la última década. Lejos está de parecer aquel club “modelo” como se lo llamó hace unos años. Hoy en día es la clara muestra de uno de los grandes problemas que presentan los clubes: la profesionalización de los juveniles.
“Los chicos contestan, llegan tarde, son maleducados. Algunos se relajan porque no tienen competencia», dijo Fabian Cubero hace unas semanas. Las palabras vienen del máximo referente del equipo de Liniers, haciendo público el problema que tiene el club con sus juveniles, que hoy en día conforman la mayor parte del plantel profesional.
Leandro Somoza, Fabián Cubero y Roberto Nanni son los únicos del equipo que superan los 30 años. A la lista de “experimentados” se le puede sumar Milton Caraglio por un lado y Leandro Desábato, Iván Bella y Alan Aguerre por otro, tres jugadores del riñón del club pero que ya promedian los 25 años. El resto no supera los 22. A mitad de año se fueron Hernán Pellerano y Mariano Pavone, antes Sebastián Sosa.
La juventud predomina y dominan sus vicios. Los tiempos han cambiado y el fútbol no es la excepción. Los más grandes eran más respetados, los más chicos se morían de ganas por jugar con los más grandes. Hoy, otras parecen ser las prioridades. ¿Vélez es reflejo de la nueva sociedad? ¿Por qué Vélez y no otros clubes?
“Lo que dijo Fabián me dolió mucho porque tiene razón. Está bien que lo haya dicho porque se siente golpeado. A veces no somos profesionales como tendríamos que ser”, aseguró Lucio Compagnucci. Justamente él vivió un episodio particular a principio de año aunque fuera del club, cuando recibió tres fechas de suspensión por parte de la Conmebol en el Sudamericano sub 20 tras agredir a un jugador.
Otro caso emblemático es el de Leonardo Rolón. El joven se quedó dormido y se perdió el micro que viajaba a Rosario para jugar ante Central en la reserva. Para colmo, subió una foto a las redes sociales con el buzo del Canalla. A la semana estaba armando las valijas para viajar a Ecuador, donde se fue a préstamo a jugar al Emelec.
¿Qué rol cumple el técnico en estos casos? Es evidente que no se le puede atribuir exclusivamente a Miguel Ángel Russo la falta de disciplina del plantel. Sin embargo, siendo el entrenador de primera, le cabe una cuota de responsabilidad.
Tras el partido ante Racing por la fecha 15, el ex técnico canalla fue lapidario con uno de sus dirigidos: “Perez Acuña no piensa, el puesto era para él porque Cubero tiene que cumplir seis fechas de suspensión. Ahora a lo mejor voy a buscar un lateral derecho, esta es la realidad. Es el castigo que tienen que tener por su incapacidad de no aprender y es lo que más les va a doler”. A esto le agregó una cuota de autocrítica, señalando que les cuesta mucho “la educación deportiva de los chicos”. “Ellos tienen que entender que están en un club importante que les da una posibilidad que normalmente no te la dan dos o tres veces en la vida”, agregó.
Se sabe que en un plantel profesional tiene que haber un equilibrio entre experiencia y juventud. En Vélez no la hay, y aquí comienzan a tener responsabilidad las dirigencias del “club modelo”. «No hicieron ninguna adaptación previa al plantel de Primera. Tienen que estar acompañados, la responsabilidad que deben tener no la tienen”, había dicho Cubero también en referencia a los jóvenes del plantel.
La ecuación está a la vista, el jugador necesita un proceso y una integración óptima a la Primera. Esta camada no la tuvo en el Fortín por una razón: la necesidad que tiene el club de apelar a las inferiores apresuradamente por no poder permitirse la contratación de jugadores experimentados debido a la crisis financiera.
Lo que sucede en Vélez, entonces, es un mix de irresponsabilidades entre jóvenes jugadores y adultos dirigentes. Ahora bien, tanto en el Fortín como en el resto de los clubes argentinos, ¿se les da un acompañamiento ideal a los jugadores en su etapa de formación para que comprendan las responsabilidades que implica el ser profesional? ¿Cómo aprende un chico a ser profesional las 24 horas del día como pidió Somoza? ¿Cumple el psicólogo deportivo esa función? En ese caso, ¿éste trabaja sólo en primera o también en las categoría menores? Al menos desde el barrio de Liniers, deberán encontrar respuesta a alguno de esos interrogantes si no quieren que la cosa empeore dentro del campo de juego.
Lucas De París – @lucass_dp
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