20 octubre, 2015
La extrema derecha le impide a Netanyahu dividir Jerusalén
El intento del primer ministro de separar los barrios árabes de los judíos fue rechazado por miembros de su propio gabinete, que ven este movimiento como una muestra de debilidad y apuntan a recrudecer la represión directa de los palestinos.

El pasado 14 de octubre, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, hizo públicas sus intenciones de construir “barreras temporarias” de concreto, para dividir los barrios árabes de los judíos en Jerusalén. La construcción, que debía estar terminada para el 21 de octubre, dio inicio separando algunas zonas del barrio judío de Armon Hanatziv, del árabe Jabel Mukaber.
Sin embargo, en una reunión de gabinete el último domingo, los ministros del partido de extrema derecha Hogar Judío rechazaron la iniciativa, con el apoyo de varios miembros del Likud, partido de Netanyahu. Uno de ellos, el ministro de Transporte, Yisrael Katz, aseguró que consideraba la muralla como “un triunfo del terror” y que debía ser demolida inmediatamente. “Debemos defender los hogares de Armon Hanatziv con acciones agresivas contra las infraestructuras terroristas y las provocaciones en Jabel Mukaber”, afirmó.
Netanyahu enfrenta así un nuevo problema en su ya de por sí endeble gobierno: las críticas en su propio gabinete ya no provienen solamente de los partidos de ultraderecha, si no de miembros del Likud. Dependiendo del desarrollo del actual conflicto, el escenario de la caída de Netanyahu y el ascenso de un gobierno “puro” de Hogar Judío y sus aliados más cercanos se vuelve más realista. Una reciente encuesta del Canal 2 de Israel lo ubicó al primer ministro como el tercer político mejor capacitado para lidiar con la crisis, por detrás de Avigdor Lieberman, líder de Israel Nuestra Casa, y Naftalí Bennett, cabeza de Hogar Judío.
“Mejor que sufran ellos a que huyamos nosotros”
Así se refirió Yisrael Katz a su propuesta de seguridad para evitar la construcción del muro. Su exigencia a Netanyahu fue que se formara un grupo de francotiradores y otros efectivos de seguridad para posarse en las zonas limítrofes entre barrios árabes y judíos. El ministro busca así generar una dinámica similar a la de la frontera de Gaza, donde cualquier acercamiento fuera de lo común de un árabe o un grupo de ellos es implacablemente reprimido por el Ejército. Los nueve palestinos muertos en la Franja en las últimas dos semanas sirven como ejemplo.
Bennett, por su parte, en su doble rol de líder de Hogar Judío y ministro de Educación, aseguró que “un muro de disuasión” y no uno de concreto, terminará con el “terror”. “Este muro exige que se terminen las provocaciones y que los terroristas sean asesinados antes de que tengan oportunidad de herir a personas inocentes. Significa que un terrorista al que se le dispara estará muerto y nunca volverá a caminar. Significa que Israel tiene bajo control su patria para siempre, inconmovible ante el terrorismo”.
“Los terroristas no se merecen un Estado, y nuestro muro de disuasión debe asegurarse de que entiendan esto”. Estas palabras salieron de la boca del hombre que, según un alto porcentaje de israelíes, es el más capacitado para lidiar con la crisis y traer la paz en la región.
Más muros en el horizonte
Al día siguiente del anuncio de su intención de construir muros en Jerusalén, Netanyahu hizo público que Israel construiría un nuevo muro divisorio de 65 kilómetros de largo, rodeando toda la frontera de la Franja de Gaza. Así, el primer ministro busca prevenir la “infiltración de terroristas” en los asentamientos judíos limítrofes.
El Estado israelí continúa la construcción del muro de Cisjordania, una barrera de 721 kilómetros para “proteger” los cientos de asentamientos ilegales judíos que avanzan sobre zonas que, según los Acuerdos de Oslo, están bajo administración palestina. Esta división no respeta la Línea Verde establecida en 1949 como frontera entre Israel y Cisjordania y, una vez finalizado, dejará aislado al menos el 10% del territorio palestino, convertido en “islas” rodeadas por el ejército israelí.
La violencia continúa e Israel, lejos de ofrecer soluciones de paz, se fortifica aún más y aumenta las medidas represivas. La solución de los dos Estados, que lleva mucho tiempo agonizando, está a punto de ser enterrada definitivamente.
Nicolás Zyssholtz – @likasisol
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