14 julio, 2015
Francisco empapado en el nudo de la tormenta humana
Por Ulises Bosia. La presencia del Papa Francisco en América Latina relanzó su popularidad y fortaleció una influencia transformadora con un discurso de contenido sorprendente para cerrar la segunda edición del Encuentro Mundial de Movimientos Populares.

Por Ulises Bosia. La presencia del Papa Francisco en América Latina relanzó su popularidad y fortaleció una influencia transformadora con un discurso de contenido sorprendente para cerrar la segunda edición del Encuentro Mundial de Movimientos Populares.
En estas páginas ya hemos analizado el contenido de la primera reunión del Encuentro Mundial de Movimientos Populares realizada en el Vaticano en octubre del año pasado, así como también la relación entre Cristina y Francisco y las similitudes que pueden encontrarse entre el kirchnerismo y el papa llegado “desde el fin del mundo”. En este caso una nueva edición del Encuentro Mundial de Movimientos Populares realizada en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) nos permite continuar analizando este fenómeno.
A contracorriente
El contexto político en Nuestra América está lejos de ser el del Consenso de Washington, pero también dista de ser el que se vivía cinco o diez años atrás, cuando se rechazaba el ALCA o se promovían proyectos de integración hoy cajoneados, como el Banco del Sur.
En Argentina y Brasil transcurre un proceso de transición hacia formas más moderadas. Daniel Scioli logró convertirse en el sucesor de Cristina a la cabeza del Frente para la Victoria y todo indica que son grandes sus chances de sucederla también en la Casa Rosada. Por otro lado, el gobierno del PT implementó un plan de ajuste de la economía, que llevó al extremo de que la propia Dilma argumentara durante su último congreso partidario que “la demora en el ajuste actúa contra el país».
El bloque de países organizados en la ALBA sufrieron sin duda la desaparición física del comandante Hugo Chávez Frías, que jugaba un rol difícil de sustituir a nivel continental, aunque permanecen firmes resistiendo el rumbo. Evo Morales es quien busca tomar la posta, algo que también explica la realización del encuentro mencionado en Bolivia.
En ese contexto se enmarca la acción del Papa, fortaleciendo a contracorrienrte las tendencias a la integración latinoamericana y a la justicia social, así como también el enfrentamiento con el neoliberalismo. Ante las amenazas de una restauración neoliberal en nuestro continente, el inesperado espaldarazo proveniente del Vaticano resulta altamente valioso.
Pero no se queda allí, la prédica de Francisco ante los movimientos populares del mundo -“sembradores del cambio”, “poetas sociales”- se planta desafiante también frente a todos los discursos que plantean que un cambio radical es imposible, que hay que conformarse con lo hecho, que más no se puede.
En el principio fue el verbo
Las palabras de Francisco en el cierre del Encuentro golpean en la conciencia de millones y dejan entrever un contenido abiertamente transformador, de crítica abierta a la globalización neoliberal, de convocatoria a la organización popular y a que las organizaciones sean protagonistas de las decisiones políticas, de apoyo decidido a los trabajadores y trabajadoras de la economía popular, de cuestionamiento a los tratados de libre comercio en momentos en que el Mercosur negocia con la Unión Europea, a los planes de ajuste económico y a los monopolios mediáticos, de reivindicación de la lucha de los pueblos originarios y de defensa de la soberanía de los Estado nacionales.
Sintetizamos algunas de sus frases más contundentes, que este espacio limitado no alcanza a analizar:
“Ustedes me han relatado las múltiples exclusiones e injusticias que sufren en cada actividad laboral, en cada barrio, en cada territorio. Son tantas y tan diversas como tantas y diversas sus formas de enfrentarlas. Hay, sin embargo, un hilo invisible que une cada una de esas exclusiones, ¿podemos reconocerlo? Porque no se trata de cuestiones aisladas. Me pregunto si somos capaces de reconocer que estas realidades destructoras responden a un sistema que se ha hecho global. ¿Reconocemos que este sistema ha impuesto la lógica de las ganancias a cualquier costo sin pensar en la exclusión social o la destrucción de la naturaleza?
Si esto así, insisto, digámoslo sin miedo: queremos un cambio, un cambio real, un cambio de estructuras. Este sistema ya no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan los Pueblos… Y tampoco lo aguanta la Tierra, la hermana Madre Tierra como decía San Francisco”.
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“Ustedes, los más humildes, los explotados, los pobres y excluidos, pueden y hacen mucho. Me atrevo a decirles que el futuro de la humanidad está, en gran medida, en sus manos, en su capacidad de organizarse y promover alternativas creativas, en la búsqueda cotidiana de «las tres T» (trabajo, techo, tierra) y también, en su participación protagónica en los grandes procesos de cambio, Cambios nacionales, cambios regionales y cambios mundiales. ¡No se achiquen!”.
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“En estos últimos años, después de tantos desencuentros, muchos países latinoamericanos han visto crecer la fraternidad entre sus pueblos. Los gobiernos de la Región aunaron esfuerzos para hacer respetar su soberanía, la de cada país y la del conjunto regional, que tan bellamente, como nuestros Padres de antaño, llaman la «Patria Grande». Les pido a ustedes, hermanos y hermanas de los movimientos populares, que cuiden y acrecienten esa unidad.”
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“A pesar de estos avances, todavía subsisten factores que atentan contra este desarrollo humano equitativo y coartan la soberanía de los países de la «Patria Grande» y otras latitudes del planeta. El nuevo colonialismo adopta diversas fachadas. A veces, es el poder anónimo del ídolo dinero: corporaciones, prestamistas, algunos tratados denominados «de libres comercio» y la imposición de medidas de «austeridad» que siempre ajustan el cinturón de los trabajadores y de los pobres”.
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“Los gobiernos que asumen como propia la tarea de poner la economía al servicio de los pueblos deben promover el fortalecimiento, mejoramiento, coordinación y expansión de estas formas de economía popular y producción comunitaria”.
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“Del mismo modo, la concentración monopólica de los medios de comunicación social que pretende imponer pautas alienantes de consumo y cierta uniformidad cultural es otra de las formas que adopta el nuevo colonialismo”.
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“Pido humildemente perdón, no sólo por las ofensas de la propia Iglesia sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América”.
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“Ninguna familia sin vivienda, ningún campesino sin tierra, ningún trabajador sin derechos, ningún pueblo sin soberanía, ninguna persona sin dignidad, ningún niño sin infancia, ningún joven sin posibilidades, ningún anciano sin una venerable vejez”.
@ulibosia
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