13 septiembre, 2016
El gobierno logró derogar un impuesto sobre la renta financiera
Por Federico Dalponte. Escondido en la reciente «ley ómnibus» de blanqueo y pago a jubilados, un artículo impreciso anuló el gravamen sobre los dividendos societarios que regía desde 2013. La medida, denunciada por José Nun, se inscribe en la línea trazada por Martínez de Hoz y Cavallo.
Por Federico Dalponte. Casi un centenar de artículos tiene la ley de blanqueo de capitales, pero hubo uno que pasó desapercibido. Con una remisión confusa, el artículo 75º eliminó el párrafo que gravaba los dividendos generados por las acciones de sociedades anónimas.
El tributo había sido incorporado en septiembre de 2013, y anunciado por Cristina Fernández de Kirchner como un gravamen a la renta financiera. Por defecto o por exceso, en aquel entonces las críticas a la iniciativa fueron profusas y variadas. En cualquier caso, la decisiva mayoría oficialista incorporó la nueva disposición a la vieja Ley de Impuesto a las Ganancias y así regía hasta ahora.
Por su parte, en pleno clima electoral, tanto el PRO como la Coalición Cívica y la UCR votaron aquella vez en contra de la propuesta. Repetían entre sus argumentos -con cierta vaguedad- que estaban de acuerdo con la intención, pero que la norma era perfectible. De hecho, el actual ministro Alfonso Prat-Gay bregaba ya en 2012 por gravar los dividendos societarios.
Pero hoy, dos años después, los votos de Cambiemos sirvieron en cambio para deshacerse de la disposición. Siempre en silencio y por lo bajo. Lo curioso, en este caso, fue que el ojo del debate estuvo naturalmente puesto en el blanqueo de capitales y en el pago a los jubilados. Nunca, ni oficialistas ni opositores, pusieron en cuestionamiento ese artículo del proyecto.
Según el ex secretario de Cultura José Nun, el destacado tributarista Antonio Hugo Figueroa alertó a varios legisladores sobre ese detalle escondido entre el centenar de artículos. Pero no tuvo éxito.
En la votación en particular en el Senado, apenas Juan Manuel Abal Medina optó expresamente por rechazar esa disposición. Aunque no así el resto de sus compañeros de bloque. Esa noche de fines de junio, el apoyo del Frente para la Victoria fue fundamental para la aprobación de la ley.
El diminuto artículo, en su redacción final, reza: “Derógase el sexto párrafo del artículo 90 de la ley 20.628 de impuesto a las ganancias (t.o. 1997) y sus modificaciones.”
Parece poco, casi accidental, pero resume una postura central del actual gobierno. La norma que beneficia a los accionistas tiene larga data y éste apenas es un capítulo más. Sancionada en 1973, la Ley de Impuesto a las Ganancias incluía originariamente este gravamen, pero Martínez de Hoz lo borró durante la dictadura. En 1986, fue reinstalado durante el gobierno de Raúl Alfonsín, aunque poco después fue anulado a instancias de Domingo Cavallo en pleno menemismo.
Dos décadas después, el mismo debate inconcluso. Como Martínez de Hoz y Cavallo, el gobierno de Mauricio Macri inclinó la balanza hacia un lado y no se inmutó. Así dado, en su formato actual el impuesto alcanza al salario de los trabajadores, pero no los dividendos de los financistas.
@fdalponte
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