23 agosto, 2016
Socialismo santafesino: todo el poder a… ¿las multinacionales?
Por Leandro Yanson, desde Rosario. A mitad de año el Frente Cívico y Social que gobierna Santa Fe ha impulsado una emisión histórica de deuda, por 500 millones de dólares, la cual pone los hilos de la provincia en manos de los organismos de crédito por los siguientes años. Ante el hecho consumado, sólo resta preguntarse quiénes ganan y quiénes pierden ante esta política.

Por Leandro Yanson, desde Rosario. A mitad de año el Frente Cívico y Social que gobierna Santa Fe impulsó una emisión histórica de deuda, por 500 millones de dólares, la cual pone los hilos de la provincia en manos de los organismos de crédito por los siguientes años. Ante el hecho consumado, sólo resta preguntarse quiénes ganan y quiénes pierden ante esta política.
El principal destino de este monto son los arreglos en las vías interurbanas, que conforman el circuito exportador que une los silos rebosantes de grano ubicados a lo largo de toda la provincia, con los puertos de San Martín, Timbúes, San Lorenzo, Arroyo Seco y Rosario. Son cerca de 40 rutas provinciales y para este gasto se van a poner el 42,4% del total, es decir, 212 millones de dólares.
Las empresas responsables de garantizar la implementación de las mejoras viales, han gozado de los beneficios de cobrar el peaje, pero no han cumplido con su parte del trato. Por eso ahora vendrá otra empresa privada a reemplazarlas, mientras que quienes deben pagar los arreglos de las autopistas y rutas de Santa Fe, son los propios santafesinos.
Sólo hay un ganador
La idea tras esta política del gobierno es garantizar que aumenten las ganancias de las grandes multinacionales que operan en Santa Fe, facilitando el tránsito de la producción agrícola hasta su despacho en los puertos.
Reducir los costos de flete es el único modo que tienen estas empresas para lograr su objetivo, ya que el ajuste a través de la reducción de mano de obra se encuentra en una situación tensa a lo largo del país, y además se enfrentan a varios de los gremios que más fuerza han cobrado en el último año (Aceiteros y Portuarios). Por ello, tanto el socialismo como las empresas tienen en cuenta el costo que tendría una huelga general de los empleados ante un conflicto laboral.
Por el lado impositivo, las compañías ya se encuentran beneficiadas desde hace varios años, no debiendo pagar por ejemplo ingresos brutos. Frente a un escenario de desregulación a nivel nacional, tan sólo la soja aún tiene retenciones del 30% y el resto de los cereales se hallan exentos, por lo que es un terreno difícil para el gobierno provincial avanzar en ese sentido.
Uno de los mayores problemas que enfrenta el agronegocio en la actualidad es el estancamiento producido por la gran movilización de camiones que transportan granos: llevan el 80% de los cereales a los puertos. El número aproximado de camiones que viajan anualmente es de 3 millones. Es durante la cosecha donde más frecuente se desarrolla este embotellamiento.
El otro gran problema lo representa el calado del Río Paraná, es decir la distancia entre la línea de flotación y la quilla de las embarcaciones. Según la Bolsa de Comercio de Rosario, las empresas del agro se ahorrarían 75,5 millones de dólares en caso de aumentarse el calado del canal de navegación a 38 pies, que actualmente es de 34. Si se aumentase en tan sólo dos pies, el beneficio sería de 27 millones
En números, el calado de 34 pies que hay en Rosario, por ejemplo, permite a un buque con una bodega para 50 mil toneladas cargar tan sólo 38,8 mil toneladas, obligando a las embarcaciones a dirigirse hacia Bahía Blanca para completar la carga.
Lo que permitiría mejorar el dragado del Paraná en el cordón portuario santafesino es reducir la cantidad de buques que las exportadoras deberían destinar a transportar los cereales producidos en el país, reduciendo el costo comercial en Argentina y permitiéndoles utilizar los buques restantes en otras transacciones.
En los 70 kilómetros de la hidrovía Paraná – Paraguay están radicadas 29 terminales portuarias, de las cuales 19 despachan granos, aceites y subproductos. La gran mayoría (12 en total) tienen plantas de molienda de oleaginosas anexadas a sus terminales portuarias.
El amo juega al esclavo
El artículo 4º del proyecto de ley afirma que se renuncia a la jurisdicción soberana de la provincia para que sea Nueva York quien decida cuál va a ser el destino de los habitantes de Santa Fe si no se logra pagar.
Esta maniobra acerca la política impulsada por el gobernador Miguel Lifschitz (Partido Socialista en el Frente Cívico y Social) a la de Mauricio Macri, ya que busca garantizar un pacto económico con los sectores de poder, garantizándoles el flujo de sus negocios, utilizando como método la emisión de deuda. Así queda sometida la provincia a posibles juicios en jurisdicción estadounidense. Ello remite a la puja entre el gobierno kirchnerista y la corte de Thomas Griesa, que puso en debate a nivel mundial la soberanía de los países y el insaciable apetito de los fondos de capital.
Desgraciadamente antes de la capitulación por parte del gobierno del PRO ya se había fijado un precedente establecido en la ONU por parte del gobierno del FPV, que concedió finalmente la “multilateralidad” en el sometimiento nacional, se trata de los “Principios Básicos recomendados para los casos de Reestructuración de Deudas”
Lo que establecen es que cuando un país entra en default, se acabaron las instancias legales nacionales, y dicho país se tiene que poner en manos de mecanismos internacionales, impuestos de antemano, para cumplir los requerimientos
El agronegocio en pocos números… y pocas manos
Por el río Paraná, desde la terminales portuarias del Gran Rosario, salen más del 80% de los granos, aceites y harinas proteicas que exporta la Argentina, en lo que es el principal negocio del país. Sólo el complejo sojero genera en divisas más de 20 mil millones de dólares por año.
Tan sólo siete empresas concentran alrededor del 70% de la capacidad de producción total de aceites, a la vez que la propiedad de las otras etapas productivas previas a la elaboración aceitera, poseyendo incluso terminales portuarias particulares.
La mayoría de estas empresas son multinacionales. Por dimensión y volumen las principales son de origen estadounidense (Cargill, Bunge, ADM, Alfred Toepfer) y les siguen las de capital chino (Nidera y Noble). Además está la permanencia de capitales europeos como Dreyfus (Francia) , Grupo Moreno (Suiza) y con algún capital nacional como Vicentin (Argentina-Canadá) y Aceitera General Deheza.
Para dimensionar el peso que el complejo sojero tiene en nuestro país basta con observar que en 2015, las retenciones al agronegocio fueron de 80 mil millones de pesos, el 65% proveniente de los impuestos a la soja.
Incluso con la modificación a las retenciones por parte de Macri, será apenas mayor lo que empezarán a ahorrarse en el agro a lo que seguirá cobrando el Estado por el 30% que se mantiene en la soja: unos 5 mil millones de dólares por año.
A pesar de que la deuda emitida por el socialismo santafesino tiene como destino instituciones educativas y mejoras en hidrovías, el fin de la misma no se desvía de los aires de “cambio” que recorren Argentina, ya que prioriza generar mejores condiciones para que las empresas extranjeras sigan llevándose la riqueza afuera sin invertir, mientras que los ciudadanos de Santa Fe pagan los platos rotos y pierden la soberanía sobre sus recursos.
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