Educación y Ciencia

24 julio, 2016

Pokémon Go: millones y recelos por la fiebre amarillo-Pikachu

Un negocio multimillonario, violaciones de privacidad de los usuarios y sospechas sobre la utilización de la información para inteligencia son algunos de los efectos colaterales de la búsqueda compulsiva de pokémones por el mundo.

Ya no queda duda alguna de que Pokémon Go es el fenómeno tecnológico del año y, tal vez, de la década. En las últimas semanas ha sido el producto con mayor consumo online, superando al porno, lo que ya es mucho decir. Ya ha habido choques por conductores distraídos buscando pokémon, parques invadidos de entrenadores, récords de descargas, robos de celulares en puntos estratégicos, comisarías e iglesias invadidas, alertas por aplicaciones truchas, comunidades preocupadas, acuerdos millonarios entre empresas, un fan que caminó 153 kilómetros para atrapar a todos los pokémon disponibles en EE.UU. y, como no podía ser de otra manera, también teorías conspirativas.

Pokémon Go da para todo. Nintendo, la compañía creadora, ha duplicado su valor en bolsa desde el lanzamiento de esta nueva versión para smatphones del clásico, superando a Sony. Se espera que Apple embolse 3 mil millones de dólares en los próximos años por negocios vinculados con el fenómeno. McDonald’s Japón fue la primera compañía en sellar un acuerdo con Pokémon Go para convertir sus locales de comida en Pokestops y gimnasios y sus acciones también volaron al cielo.

Mientras tanto, en nuestro país sólo se puede jugar en algunas ciudades de la Patagonia en una fase de prueba (aparentemente porque están conectadas a servidores de Oceanía), tensando la paciencia de los fanáticos que desesperan por el lanzamiento oficial luego de que hace algunas semanas los miles de descargas de aplicaciones truchas hicieran colapsar los servidores. Hace algunas semanas que se anuncia para las próximas semanas.

Desde la página oficial de Pokémon Go Argentina informan: «Desde que se produjo la filtración de la aplicación, los entrenadores argentinos pusimos a prueba el Pokémon Go hasta que los servidores se cayeron a causa de la masividad de los jugadores activos, pero no todos los entrenadores dejaron de jugar en el país. Existen servidores que no colapsaron y que no pasaron a la inactividad, estos servidores son los que alcanzan en funcionamiento a la mayor parte de la Patagonia Argentina. Estos servidores permanecen activos desde la primera prueba de la aplicación y aún hoy después de la segunda siguen en funcionamiento”.

Pokémon Go nace por el acuerdo de Nintendo con la compañía desarrolladora de software Niantic, con sede en San Francisco. La compañía fue creada en 2010 por el fundador de Keyhole, John Hanke, como Niantic Labs y al principio fue una startup interna de Google, pasando a ser una compañía independiente recién en octubre de 2015.

Se sabe que todas las aplicaciones que para descargar de las tiendas Android o Apple suelen tener políticas de privacidad bastante vidriosas, requiriendo acceso a funciones del celular que en principio parecieran no tener absolutamente nada que ver con el funcionamiento del programa descargado. En el caso de Pokémon Go éstas políticas son aún más laxas. Con la aceptación de la descarga no sólo se permite el acceso total a la ubicación y cámara del celular (requisitos comprensibles por la necesidad de geolocalización para el efecto de realidad aumentada) sino también acceso total a tu cuenta de Google, si es que te logueaste por esta vía.

En uno de los ítems de la política de privacidad se avisa: “Podemos divulgar cualquier información sobre usted (o sus menores autorizados) que esté en nuestra posesión o control a agentes del gobierno o de enjuiciamiento civil o a entidades privadas si creemos, a nuestro único criterio, que es necesario o adecuado: (a) para responder a reclamaciones, procesos legales (incluidas citaciones judiciales); (b) para proteger nuestras propiedades, derechos y seguridad y las propiedades, derechos y seguridad de un tercero o el público en general; (c) identificar y detener cualquier actividad que consideremos que sea ilegal, no ética o punible”.

Para constatar alguno de los vínculos de Hanke, el fundador de Keyhole y Niantic, con los sistemas de inteligencia militar estadounidense no hace falta más que visitar Wikipedia. Allí se informa: “Keyhole Inc., fundado en 2001, fue una empresa pionera en el desarrollo de software especializado en aplicaciones de visualización de datos geoespaciales y adquirida por Google en 2004. La primera ronda de financiación provino de Sony y el capital adicional provino de NVIDIA. Posteriormente recibió fondos de la CIA, a través de su empresa de capital, In-Q-Tel y del Inversor Angel Brian McClendon, que más tarde entró como miembro de la junta”. El artículo luego agrega: “Algunos de los principales productos que se basaron en la tecnología de núcleo de Keyhole fueron Google Earth, Google Maps, Google Mobile y el Keyhole Markup Language. El nombre de Keyhole es también un homenaje a los satélites de reconocimiento KH, de reconocimiento militar de hace 30 años”.

Más allá de las teorías conspiranoicas que articulan estos datos con el supuesto Nuevo Orden Mundial (NWO, por sus siglas en inglés), lo cierto es que la capacidad de acceso irrestricto a las fotos, micrófonos y cámaras de los celulares de millones de ciudadanos en manos de agencias vinculadas a los servicios de inteligencia estadounidenses está lejos de ser un dato tranquilizador. Si ya las agencias de información se han aprovechado en forma de Google Maps y de Google Street View, imaginemos cuán tentador podría ser tener el aprovechamiento de los datos aportados inocentemente por cientos de jugadores buscando a un pokémon en torno a algún punto estratégico que se desea vigilar.

Mientras tanto en Rusia el mayor banco del país, Sberbank, ya está vendiendo seguros para los entrenadores que se lastimen mientras juegan a Pokémon Go (hasta 800 euros de indemnización) y hay decenas de promociones de marcas que quieren subirse a la fiebre amarillo-Pikachu. Pero por el lado del gobierno prima la desconfianza y varios diputados plantean la necesidad de regular el juego recientemente lanzado en el país por considerarlo una posible herramienta de espionaje y un instrumento para provocar caos en el país. El ministro de Comunicaciones, Nikolai Nikirofov, también denunció: «Creo que todo esto ha sido creado por agencias de espionaje que están recogiendo así información por todo el mundo». Si bien aún se pueden cazar monstruos de bolsillo en el Kremlin ya voceros de Putin aclararon que ese no debe ser el motivo para visitar el palacio presidencial.

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