3 junio, 2016
«El debate que no se dio en el Parlamento se está dando en la calle»
Desde hace tres meses se suceden protestas en Francia contra la reforma laboral. La última jornada nacional de movilización fue el jueves 26 de mayo. Oriane Fléchaire, periodista francesa radicada en Buenos Aires, analizó en diálogo con Quemar las Naves las causas y desarrollo de este conflicto.
Desde hace tres meses se suceden protestas en Francia contra la reforma laboral. La última jornada nacional de movilización fue el jueves 26 de mayo. Oriane Fléchaire, periodista francesa radicada en Buenos Aires, analizó en diálogo con Quemar las Naves las causas y desarrollo de este conflicto.
– ¿Cuál es el escenario general por el cual se están llevando a cabo las protestas en Francia?
– Los franceses están muy enojados por la reforma laboral y también por el desempleo que, de todas formas, atravesó un leve descenso en estos últimos meses aunque no revirtió la tendencia. Estamos todavía por encima del 10% que es mucho para el país.
Esta reforma viene a flexibilizar las 35 horas semanales de trabajo que es una ley que introdujo el Partido Socialista 15 años atrás. A esto se suman otros cambios como la posibilidad de fraccionar la jornada laboral, flexibilizar los despidos, reducir la indemnización, permitir que se modifique el contrato de trabajo sin alterar la remuneración.
Pero en realidad, la polémica y la razón por la cual la gente se está manifestando cada vez más intensamente desde hace tres meses, es por el artículo segundo del proyecto de ley.
– ¿Qué plantea el artículo segundo?
– Este artículo le otorga una prevalencia a los acuerdos por empresa sobre el convenio colectivo. Lo que se está haciendo con eso es obligar a que cada trabajador tenga que pelear por sus condiciones de trabajo de forma aislada porque el convenio colectivo ya no va a tener tanto peso. Y esto también significa que los sindicatos que se sienten en la mesa de negociación no van a tener el mismo poder que venían teniendo. Ese es el artículo por el que realmente se terminó de convulsionar el país.
– ¿Las manifestaciones y huelgas que se están sucediendo se fueron intensificando con el paso del tiempo? ¿Es una reacción habitual en la sociedad francesa reaccionar de esta manera ante escenarios similares?
– Bastante, somos un pueblo que sabe responder. Es verdad que esta vez es una muestra poderosa del descontento. No podría compararlo porque las manifestaciones más recientes tuvieron más que ver con los atentados, la solidaridad con las víctimas y en contra del terrorismo.
Pero si es verdad que venimos de una larga tradición de salir a la calle a manifestar reclamos. Lo que sí sucedió es que se fue intensificando la movilización con el transcurso de estos meses.
Comenzó siendo impulsada principalmente por los sectores estudiantiles congregándose en la Plaza de la República y de ahí se empezaron a disparar otras movilizaciones. Ya sumamos ocho jornadas de protesta nacional. Se fueron sumando distintos sectores de trabajadores: de los puertos, transporte, energía.
– Frente a estas protestas ¿cómo se ve afectada la figura del presidente François Hollande?
– Muy mal. El gobierno quiso saltar un paso que fue el del debate parlamentario. El Ejecutivo recurrió a un artículo de la Constitución que le permite aprobar una ley sin el aval del Parlamento. Entonces el debate que no se dio donde se tenía que dar, se está dando en la calle. Con las condiciones que eso implica.
Con esa toma de decisión, de forzar el paso de esa ley, la figura de Hollande quedó en un lugar muy protagónico. Pongo un ejemplo: la cara más visible de la movilización sindical hoy es la Confederación General de los Trabajadores (CGT). El secretario general pidió hablar directamente con el presidente. Creo que eso habla muy claramente de donde está parada esa figura presidencial.
Está mal parada además porque eso traduce una enorme desagregación de todos los sectores. Dentro del Ejecutivo cada ministro va expresando matices respecto de esa ley que quiere impulsar si o si Hollande.
– Vos mencionabas a la CGT ¿cuál es el peso de esa central sindical? ¿tiene una influencia importante?
– La tiene, si. De hecho es uno de los principales negociadores en este conflicto. Ojo igual que la CGT no está sola. Moviliza a muchísima gente, tiene un poder de convocatoria muy grande, representa a muchos sectores, pero no son los únicos. También se fueron sumando Fuerza Obrera, otros partidos de izquierda con menos representación pero ahí están, las agrupaciones estudiantiles, etc.
Pero peso tiene. De hecho ahora hay una cuestión casi ideológica. Ya la CGT no puede dar marcha atrás. Lleva la bandera del “No a la reforma laboral” y Hollande, que está en esa puja con los sindicatos tampoco quiere ceder porque implicaría una inmensa pérdida de credibilidad a tan poco tiempo de nuevas elecciones presidenciales que son el año que viene.
Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.