28 abril, 2016
Las opciones de Brasil: Dilma Rousseff o el buey, la biblia y la bala
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, que atraviesa un proceso de impeachment que busca destituirla del cargo, declaró este miércoles que lo que están realizando los legisladores de la oposición es un «golpe de Estado». Mientras tanto los opositores ya piensan en cómo será un nuevo gobierno sin el PT.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, que atraviesa un proceso de impeachment que busca destituirla del cargo, declaró este miércoles que lo que están realizando los legisladores de la oposición es un «golpe de Estado» y que peleará para defender su gobierno democráticamente electo.
«No puede haber un juicio político sin una base legal, de lo contrario constituye un golpe», dijo la mandataria. En ese sentido añadió: «Hay varias formas de realizar un golpe, entre esos están los golpes por las armas, pero ahora hay un nuevo tipo de golpe que se hace con las manos desnudas y es violando la Constitución, no permitiremos que prospere».
Para que no queden dudas de su posición aseveró: «Voy a seguir luchando hasta que la democracia sea respetada en Brasil».
La presidenta cuestionó asimismo que si no posee cuentas en el exterior, ni pesan acusaciones de corrupción en su contra, y «mucho menos he usado dinero público para beneficiarme, ¿de qué me acusan? me inventaron prácticas de manipulación contable».
Hay que recordar que la acusación se fundamenta en una resolución del Tribunal de Cuentas brasileño que no aprobó el presupuesto presentado por el Ejecutivo concerniente al año 2014, por supuestamente “haber modificado el déficit”. Eso sería motivo suficiente para destituirla.
Rousseff, que ya sufrió una primera derrota en al Cámara de Diputados donde una mayoría calificada votó a favor de iniciarle juicio político, ahora espera que el Senado se reúna para evaluar si efectivamente da curso o no al proceso. Si la Cámara Alta decide iniciar el impeachment, la jefa de Estado deberá ser apartada de su cargo por 180 días hasta que se dicte una sentencia definitiva.
En su lugar, debería asumir el vicepresidente (acusado por la Justicia en causas de corrupción), Michel Temer que pertenece al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), ex aliado del Partido de los Trabajadores (PT) y ahora uno de los principales impulsores de su salida del gobierno.
Si Dilma Rousseff es removida definitivamente de su cargo, Temer tendría que completar el mandato vigente hasta 2018.
Temer ya piensa en su gobierno con el buey, la biblia y la bala
El vicepresidente pertenece a la misma formación política que Eduardo Cunha, presidente de la Cámara de Diputados y responsable de dar inicio al juicio político.
Ante el escenario probable de que el Senado de curso al impeachment y la presidenta sea apartada de su cargo, en principio por los 180 días que estipula ley, Temer ya comenzó a planear como será su gobierno.
Sin ir más lejos, recientemente se supo que el Frente Parlamentar da Agropecuária (FPA) -un grupo de más de 200 legisladores que impulsan el agronegocio en Brasil- se reunió con el potencial titular del Ejecutivo para negociar un nuevo gabinete y algunas medidas.
El periódico Brasil de Fato señaló que «los ruralistas quieren espacio en el ministerio de Hacienda y de Justicia, siendo esta última cartera la responsable de cuestiones importantes desde el punto de vista de los intereses de los grandes propietarios de tierras en Brasil, como en la demarcación de tierras indígenas».
Asimismo solicitaron «el uso de las Fuerzas Armadas para reprimir conflictos agrarios en áreas rurales». De esta forma buscan legalizar una práctica que, en los hechos, llevan a cabo los grandes terratenientes de Brasil. El caso más reciente tuvo como saldo el asesinato de dos campesinos del Movimiento Sin Tierra (MST) en el Estado de Paraná.
El FPA integra, no obstante, un bloque más amplio conocido como la “Bancada BBB” (buey, biblia y bala) compuesto también por evangélicos y defensores del endurecimientos de la legislación penal y liberación del uso de armas.
Allí estuvo la base más fuerte de la votación contra Dilma Rousseff en la Cámara de Diputados y ahora son quienes buscan acomodarse ante la posibilidad de un nuevo gobierno.
“Ya fuimos hasta él [Temer] y le sugerimos que cree una interlocución oficial con la bancada BBB”, afirmó el diputado Sóstenes Cavalcante, tesorero del Frente Parlamentar Evangélica, al periódico Estado de S. Paulo.
Por su parte el legislador Danilo Forte señaló que el vicepresidente (dando por sentado que asumirá el Ejecutivo) tendrá que «hacer reformas desde el punto de vista de la liberalización de la economía, con baja de los intereses, dar liquidez al mercado, cambiar la legislación laboral, que hoy se hace muy caro para las empresas”.
Una pequeña muestra de lo que pretenden quienes, hace apenas un año y medio, perdieron las elecciones en las urnas y hoy buscan llegar al gobierno mediante un golpe de Estado.
Santiago Mayor – @SantiMayor
Foto: Marcio Fernandes
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