23 abril, 2016
¿En qué se me va el sueldo?
Qué puede comprar una persona (o una familia) con su ingreso depende de cuánto gana, qué compra y cómo evoluciona (aumenta) el valor de lo que adquiere. La Dirección de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires estimó, para marzo de 2016 que una familia tipo inquilina necesitaba $17.000 para vivir. Notas elaboró una infografía con los datos y los analiza.

La erosión del poder de compra del salario es una frase que se escucha y lee en los medios hace tiempo, pero que fundamentalmente se siente mes a mes: los sueldos, aún si estos gozan de la saludable actualización por paritarias, cada vez alcanzan para ahorrar menos, o para comprar menos si el ahorro está fuera del mapa completamente.
Qué puede comprar una persona (o una familia) con su ingreso depende de cuánto gana, qué compra y cómo evoluciona (aumenta) el valor de lo que adquiere.
La canasta de consumo de un hogar es un combo de productos y servicios que una familia tipo necesita para vivir durante un mes. Su constitución depende de cómo está conformado el núcleo familiar, de los hábitos de consumo, y de una serie de factores como por ejemplo si se es inquilino o propietario, si algún miembro estudia, realiza actividades artísticas, culturales, la distancia del hogar respecto de estas actividades cotidianas y el trabajo, entre otros elementos.
Valorizar (estimar cuánto cuesta) ese set de bienes y servicios parece algo absolutamente personal. Nadie tiene el mismo patrón de consumo. Para estos fines, los institutos de estadística nacionales o distritales realizan estimaciones de canastas “tipo” o modelo.
La Dirección de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires elaboró un sistema de canastas que tipifican estos combos para cinco tipos de hogares distintos y las valorizan periódicamente. Para marzo de 2016, las canastas estimadas eran las siguientes:
Familia propietaria:
pareja de adultos que trabajan,
con hijos menores de edad
y propietarios de la vivienda
$14.090
Jubilados propietarios:
pareja de adultos mayores
que no trabajan ni alquilan
$7.104
Hogar unipersonal:
soltero que trabaja y es propietario
$4.701
Familia inquilina:
pareja de adultos que trabajan,
con hijos menores de edad y alquilan
$17.531
Pareja inquilina:
pareja de adultos que trabajan,
no tienen hijos y alquilan
$10.736
Estas estadísticas se utilizan, entre otras cosas, como elementos en las negociaciones salariales, o medir pobreza e indigencia. En la infografía vemos, por ejemplo, la composición de la canasta de una familia inquilina:
Ahora bien, tratemos de personalizar algunos de los componentes poniendo en cuestión dos elementos: por un lado los supuestos sobre los que se arman estas estimaciones, y por el otro algunos precios de referencia.
Para construir los changuitos de consumo se toman una serie de supuestos, entre ellos:
– Que ninguna familia paga por servicio doméstico (ni para el cuidado de niños o adultos), tampoco por educación arancelada, ni medicina prepaga.
– Se excluyen gastos nocivos para la salud, como por ejemplo cigarrillos.
– Se considera que para los hogares unipersonales o de parejas con un ambiente alcanza, mientras que para las familias estiman alquileres de dos ambientes. Además, los valores del mercado inmobiliario parecen bastante desactualizados.
– El gasto en transporte toma en cuenta “presunciones” de actividad: el Hogar 5 se desplaza más veces porque trabaja y estudia, el Hogar 4 apenas alcanza para dos viajes diarios de los adultos.
ALQUILERES
Por ejemplo, para la familia inquilina se estiman $3.440 de alquiler y para una pareja $2.844. Podrán ser valores representativos de contratos viejos que han sido renovados, pero no se condicen con los valores de mercado en la actualidad. Según la consultora Reporte Inmobiliario, el valor promedio de alquiler mensual de un monoambiente superaba en marzo los $4.200. Dependiendo de la zona y las características, los alquileres iban de un mínimo de $2.500 a un máximo de $7.250. Los departamentos con un dormitorio promediaban $5.457 y los de tres ambientes $7.533, con mínimos de $5.300 y máximos de $13.000.
Además de contemplar el monto de alquiler también habría que contemplar los costos de ingreso y renovación de las viviendas. Si para entrar, sin contar el depósito, la comisión inmobiliaria fuera de dos meses, entonces al valor mensual del alquiler hay que sumarle un 8%, que equivale al prorrateo del costo de ingreso. En este rubro queda en evidencia la subestimación de los valores para la estimación de la canasta.
SERVICIOS
En cuanto a los servicios de la vivienda, la estimación contempla el incremento en la tarifa eléctrica. Los incrementos en gas (que desde abril se estiman en torno al 300%) y agua serán componentes a tener en cuenta en los próximos meses.
En materia de transporte, merece la pena recordar que las estimaciones para marzo no midieron el aumento de tarifas de colectivos que se implementó a partir de abril.
EDUCACIÓN
Si algún integrante del hogar paga por servicios educativos, como ser guardería, escolarización, cursos, etc., estos gastos deberían adicionarse en el monto total ya que por ejemplo en las familias con hijos se contemplan únicamente $1.075. Esto, además teniendo en cuenta que hablamos del mes en que inician las clases, y que entre febrero y marzo las familias deben adquirir las canastas escolares que según estimaciones de Cámara de Papelerías, Librerías y Afines (CAPLA), arrancan a partir de los $400 para cada niño (un 25% más caras que el año pasado).
¿Los sueldos alcanzan?
Ahora bien, saber a cuánto asciende el costo de vida no dice nada al respecto de la capacidad para poder adquirir estos bienes y servicios. Según la misma Dirección de Estadística, el ingreso familiar promedio en Capital Federal era, para finales de 2015, de $19.700.
Sin embargo la realidad no es la misma en todos los hogares de la ciudad: el dato no incluye a la población sin ingresos, por un lado, y por el otro se observa una muy desigual distribución del ingreso de los hogares según zona de residencia: los hogares del norte promediaban casi $24.000 de ingreso mientras que los del sur apenas superaban $16.450, cifra que ni siquiera alcanza al valor de la canasta familiar inquilina, que trepó por encima de los $17.000.
La jubilación mínima se ubica en torno a los $5.000. La estimación de la canasta de una pareja de jubilados alcanzó los $7.000. Si los dos cobran la mínima llegan a cubrir la canasta, pero no lo hacen si deben pagar alquiler, ya que esta estimación presupone que son propietarios. Además, la reducción de la cobertura por parte del PAMI a 168 medicamentos, presionará al alza la canasta para este tipo de hogares en abril.
Malabares para que quede sueldo a fin de mes
Los familias porteñas llevan varios años siendo creativas para llenar changuitos en supermercados. El programa “Ahora 12” contribuía en algún punto a financiar compras de equipamiento para el hogar y vestimenta. En respuesta, florecen iniciativas de compras comunitarias, organizaciones sociales y políticas gestionan bolsones de productos del mercado central o la economía popular.
Los tarifazos en servicios vigentes y por venir, en transportes, el incremento en el monotributo, educación y planes de salud encierran una sola esperanza: que las paritarias reconstituyan el poder de compra de los salarios erosionados por la inflación.
Julia Pena – @penajulia
Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.