Economía

8 abril, 2016

Fuga y evasión: del HSBC a Panamá Papers

Los mecanismos de la fuga de capitales y evasión fiscal al calor de lo revelado por Panamá Papers y la causa contra el HSBC. Los casos de los actuales funcionarios nacionales involucrados en estas causas y que hoy deben frenar a los evasores.

Corría el mes de noviembre del año 2014 cuando el entonces titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, presentó ante la justicia una demanda contra el banco HSBC por evasión fiscal y asociación ilícita.

Según la denuncia, la entidad de origen británico había servido como facilitador para que ciudadanos argentinos, utilizando 4040 cuentas bancarias en Suiza sin declarar, evadieran responsabilidades impositivas por unos 3500 millones de dólares (el 0,6% del PIB).

La información había sido suministrada al periodismo internacional por el ingeniero en sistemas y ex empleado del HSCB Hervé Falciani y correspondía a los años 2004, 2005, 2006 y 2007. Entre aquellas 4040 cuentas se podían encontrar las del ex CEO de YPF, Sebastián Eskenazi, Carlos Alberto Moltini, titular de Cablevisión, directivos de Mastellone, Deustche Bank, Bridas y una a nombre de Amalia Fortabat, cuyo administrador era el actual ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay.

Los datos obtenidos por Falciani permitieron comprobar cómo el HSBC utilizaba su plataforma financiera junto a la red de sucursales disponibles para ocultar la actividad de sus clientes. Se utilizaban sociedades creadas en territorios off-shore (Bahamas, Islas Vírgenes, Islas Caimán), junto a toda una red de facilitadores como abogados, economistas, contadores, apoderados y dependientes, que creaban complejas estructuras de evasión con el objetivo de ocultar la identidad de los titulares de los fondos depositados.

Operatorias similares con sociedades off-shore y toda esta red de expertos en evasión fiscal es la que ha puesto en evidencia la divulgación de los denominados Panamá Papers, cuyo alcance aún no logra terminar de vislumbrarse y que representa una parte mínima de toda esta dinámica tan condenada como permitida en los centros financieros del capitalismo.

El estudio Mossack Fonseca, se suma a otros como Conyers, Maples and Calder, Appleby, Carey Olsen o Ozannes and Walkers, que al decir de Nicholas Shaxson -autor del libro Las islas del tesoro, sobre los paraísos fiscales- constituyen “un regimiento mucho más extenso de elegantes contadores, abogados y banqueros: piezas de una infraestructura privada internacional que pone en funcionamiento el sistema entero”.

Detrás de todas estas operaciones se encuentran dos fenómenos que si bien son diferentes están estrechamente entrelazados: la evasión fiscal y la fuga de capitales.

Fuga y misterio

Siguiendo a los economistas Eduardo Basualdo y Matías Kulfas, la fuga de capitales tiene lugar cuando los residentes de una economía remiten al exterior fondos utilizados para realizar diferentes tipos de inversiones, buscando escapar de controles gubernamentales. Aunque no se trata de una operación necesariamente ilegal, la evidencia muestra que para el caso de América Latina una parte muy importante de la misma está vinculada a actividades ilegales o de evasión impositiva.

En la Argentina la fuga de capitales jugó un rol central en la agudización de la restricción externa, en especial a partir de la reforma financiera llevada adelante por José Alfredo Martínez de Hoz en el año 1977 y de la política económica implementada durante la convertibilidad.

Tras el fin del esquema de caja de conversión, a partir del año 2002 la fuga de capitales “distó de mantener un ritmo uniforme a lo largo del tiempo, sucediéndose subas abruptas con períodos de disminución e incluso prolongada estabilidad”, según señala el investigador Jorge Gaggero en Argentina. Fuga de capitales (2002-2012).

Entre los picos alcanzados por esta operatoria se cuentan la salida de la convertibilidad, el segundo trimestre del año 2007 y del año 2009 (crisis financiera internacional mediante), y entre comienzo de 2010 y 2011, hasta la instalación de los controles de capitales (el mal llamado cepo).

Si bien varía de acuerdo la fuente utilizada y la metodología empleada, la fuga de capitales hoy en la Argentina representa un stock de entre 200 mil y 400 mil millones de dólares, según datos del año 2012. El ratio riqueza off shore/PIB, 109%, supera ampliamente el de otros países de la región como México, Brasil o Chile.

Flojos de papeles

Entre los problemas para enfrentar la fuga de capitales se encuentran, según reseña el propio Gaggero: las características estructurales de la economía local (concentración y transnacionalización), la estructura tributaria y las debilidades de la gestión estatal, incapaz de controlar operaciones como subfacturación de exportaciones, sobrevaloración de importaciones y triangulaciones vía paraísos fiscales.

El panorama para la Argentina no parece muy alentador de cara al futuro, y no solo por la eliminación de diferentes herramientas de control por parte del equipo económico, sino también por la asunción de Mariano Federici y María Eugenia Talerico al frente de la Unidad de Información Financiera (UIF) a partir del 10 de diciembre con la llegada de al gobierno de la alianza Cambiemos.

Mientras el primero, ex abogado del FMI, está vinculado a un estudio litigante contra la propia UIF, Talerico, abogada del HSBC hasta diciembre, defendió a la entidad financiera en causas de lavado, que ahora debe investigar.

Tanto la divulgación ocurrida a partir del caso Panamá Papers como del HSBC ponen de manifiesto los diferentes mecanismos utilizados para evadir responsabilidades tributarias, así como la compleja estructura creada para dichos fines.

Como ya se indicó en este portal, según los números estimados por Alejandro Rebossio, el año pasado el Estado argentino dejó de recaudar, entre fuga y evasión fiscal, el equivalente al déficit fiscal y a los aportes que el Banco Central y la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) transfirieron al Tesoro para cubrir gastos.

Los efectos adversos de la fuga de capitales se miden por la incapacidad de aumentar la capacidad productiva y la fortaleza financiera de un país, incrementando las necesidades del endeudamiento externo y los costos para llevarlo a cabo.

Leandro Navarro – @navarro_lean

Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.

Aportá a Notas