7 abril, 2016
«Hay que acortar distancias entre quienes consumen y quienes producen»
En el marco del tarifazo y los aumentos desmesurados de precios, la Asociación de Consumidores Libres propone un “apagón de consumo” para este jueves. Notas habló con Vanesa Della Casa, de Caracoles y Hormigas, distribuidora de la economía popular y solidaria, que analizó el rol de los consumidores y las alternativas de producción.
En el marco del tarifazo y los aumentos desmesurados de precios, la Asociación de Consumidores Libres propone un “apagón de consumo” para este jueves. Notas habló con Vanesa Della Casa, de Caracoles y Hormigas, distribuidora de la economía popular y solidaria, que analizó el rol de los consumidores y las alternativas de producción.
– ¿De qué se trata y por qué se organiza este “apagón de consumo»?
– No es la primera vez que se promueve algo así. Es una medida que propone a los consumidores una forma de organizar la bronca contra el aumento de los productos. Además en este caso se produce en un marco inflacionario donde las grandes cadenas de supermercado se aprovechan y aumentan sus porcentajes de comercialización. Las grandes cadenas le agregan a sus productos entre un 500% y un 1000%, algunos productos hasta 2000% del precio que se le paga a los productores.
También tienen acuerdos que sólo los pueden sostener aquellas grandes empresas del ámbito de la producción que pueden dejar grandes cantidades de mercadería en consignación o que les devuelvan mercadería en mal estado. Es decir, que solo pueden comercializar con los grandes supermercados aquellos productores que tienen gran margen de ganancia.
En este momento se suma, al habitual aumento y especulación en los mercados, los tarifazos en los servicios y en los impuestos que los consumidores también tienen que pagar.
La Asociación de Consumidores Libres busca con este apagón fomentar dentro de la sociedad un boicot a estos aumentos, generando un impacto profundo en aquellas grandes cadenas. También invitan a consumir en almacenes, en comercios barriales que, se supone -desde la economía popular no estamos tan seguros-, que producen márgenes de ganancia que sirven sólo para pagar el propio trabajo de los pequeños comercios.
– ¿Por qué es importante la conciencia y la acción de los consumidores?
– La intervención del consumidor activamente es, en parte, lo importante de estas medidas como el apagón. Entender que todas las personas somos consumidores. Desde que nos despertamos estamos pensando qué productos vamos a consumir, qué elementos llevar a nuestros hogares. Consumimos internet, servicio de telefonía, de todo.
En esta sociedad de consumo el sujeto como consumidor toma un rol importante y cobra un poder enorme ante las grandes marcas que se aprovechan. Pensar en un consumo organizado implica también organización comunitaria, en el espacio de trabajo, en el barrio. Y es a través de la organización que se genera impacto.
– Desde la economía popular van más allá con el planteo…
– Desde la economía popular, social y solidaria lo que proponemos es no solo hacer un boicot un día a las grandes marcas, sino empezar a reflexionar y hacer concreto el acto de consumo dirigido a otros sectores. Que tiene que ver con cooperativas, pequeños productores, organizaciones campesinas, de la agricultura familiar, organizaciones sociales que se organizan para producir. Lo que hacemos es redoblar la apuesta.
Entender que un apagón de consumo es importante pero si durante el año seguimos apostando a comprar en el supermercado también estamos depositando el dinero que ganamos como trabajadores en empresas que tienen ganancias la mayoría por fruto de explotación laboral, de capitales transnacionales, acuerdos empresariales que no benefician a nuestra economía regional.
Nuestra propuesta se basa en eso, en dirigir nuestro consumo a fomentar otras formas de producción. El gran apoyo lo tenemos que tener de la sociedad que consume y elige dónde hacerlo. Además que, aún con sus limitaciones, las políticas públicas que existían para apoyar estas otras formas de producción están retrocediendo.
La economía popular y solidaria se va a sostener si hay un sector del pueblo organizado consumiendo y apostando a estas formas que tienen que ver con no generar trabajo de explotación, sino uno que contemple valores cooperativos y solidarios en sintonía con el ambiente.
Lo que proponemos más allá del “apagón” que es un día, es reflexionar sobre cómo las grandes marcas, en especial las comercializadoras, sacan un gran porcentaje en la que la parte mínima es la que le llega al productor.
– ¿Y en cuanto a la relación con los productores?
– Estamos fomentando que se pueda consumir a través de redes de consumo, mercados y ferias populares. Para entender también que en la comercialización solidaria el productor fija un precio y luego se paga el trabajo del productor, con sus costos, y el trabajo de comercialización con sus costos. Esa cadena reduce la cantidad de intermediarios. Siempre decimos que hay que acortar distancias entre quienes consumen y quienes producen.
Las comercializadoras son redes solidarias que lo que hacen es acercar los productos de aquellos pequeños productores, fábricas recuperadas, cooperativas, organizaciones campesinas, directo a los consumidores. Lo mismo podemos encontrar en los mercados populares, donde a veces estamos frente a los mismos productores.
Nuestra propuesta surge en el marco de la economía popular y solidaria. Surge de pensar que en el consumidor organizado también está la posibilidad de pagar menos en lo que consumimos. Y además, y sobre todo, está dirigida hacia un sector que genera trabajo digno.
Foto: El Argentino – Zona Norte
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