Nacionales

31 marzo, 2016

Enrique Martínez: “Lo de Pichetto no tiene perdón intelectual ni moral”

Entrevista al coordinador del Instituto para la Producción Popular del Movimiento Evita en la que analiza los motivos que llevaron al bloque del Frente para la Victoria a habilitar en el Senado la aprobación del pago a los fondos buitre: los gobernadores y la coparticipación federal.

Entrevista al coordinador del Instituto para la Producción Popular del Movimiento Evita en la que analiza los motivos que llevaron al bloque del Frente para la Victoria a habilitar en el Senado la aprobación del pago a los fondos buitre: los gobernadores y la coparticipación federal.

Martínez es ex presidente del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y actual coordinador del Instituto para la Producción Popular del Movimiento Evita. En esta entrevista realizada por Con el pie izquierdo (Radio Sur FM 88.3) analizó el tratamiento en el Senado del pago a los Fondos Buitre y aseguró que la votación de la oposición al proyecto está íntimamente ligada a los fondos de la coparticipación federal.

– Antes parecía que iba a ser más complicado que el pago a los Fondos Buitre pase por el Congreso, ¿qué ocurrió?

– Más o menos. Lo que sucede tiene que ver con una relación entre Nación y las provincias que hace que los presupuestos provinciales dependan de manera decisiva de los aportes de Nación. La Nación tiene varias canillas selectivas, que puede administrar de modo totalmente arbitrario, y en consecuencia hace ya décadas que el gobierno nacional puede imponer de manera crítica su temperamento a los gobiernos provinciales. De manera que la ideología aquí está quedando una vez más en un segundo plano y mucha gente está votando sobre la necesidad de equilibrar su presupuesto o de pagar los sueldos de julio o agosto.

– Estas decisiones de legisladores nacionales tienen que ver con aquellas reuniones con gobernadores por el tema de la coparticipación.

– Definitivamente. Se citó a gobernadores lisa y llanamente para condicionarlos. Ni siquiera diría chantajearlos, sino para mostrarles que el gobierno nacional tiene la billetera y que por lo tanto decidirá apoyar a quien lo apoye. Entonces han avanzado crudamente con este proyecto. Hay algunas conductas que son insólitas como la de Miguel Ángel Pichetto [jefe del bloque del FPV en Senadores] que no es gobierno y decidió apoyar el proyecto. Pero todo el resto decidió ser totalmente coherente con la práctica política tradicional.

– La pregunta también va para Omar Perotti de Santa Fe. Claro, lo de Pichetto es lo más resonante porque es el jefe del bloque y justifica su voto diciendo algo contrafáctico que es que Néstor Kirchner hubiera pagado.

– Eso es una guasada que no tiene perdón intelectual ni moral porque no se puede invocar la opinión de alguien que ya no está para justificar un voto tan pero tan pesado. Pichetto pudo haber dicho muchas cosas, hasta pudo haber apuntalado la libertad de elección de los senadores, antes que salir a usar a Néstor Kirchner para fundamentar su voto.

– Si bien reconocés que es una lógica común este vínculo entre el poder Ejecutivo y el Legislativo y que algunas veces la ideología queda de lado, ¿cómo queda la correlación de fuerzas en el Congreso para todas las cosas que se vienen?

– En realidad el problema está en que Cambiemos considera que todo lo que ha sucedido en las etapas nacionales y populares es transitorio. Que los verdaderos dueños del país son las corporaciones y los sectores sociales minoritarios que ellos representan. Esa es una lógica intrínseca que no percibe el común de la gente que se terminó sumando a Cambiemos en la elección, porque la manipulación mediática es tan fuerte que creen que están votando algo propio cuando en realidad es algo ajeno.

A partir de ahí, la gente de Cambiemos, del PRO, se considera legítimamente con derecho a hacer absolutamente cualquier cosa: manipular cuando hay que manipular, chantajear cuando corresponda y tomar decisiones individuales a través de DNU cuando se les antoja. Esa es la lógica de estos cien días. No puede ser interpretado de otra manera.

– En el balance de los cien días del gobierno de Macri una de las cosas positivas que encontramos fue la marcha del 24 de marzo. Si bien todos los años hay marcha, en este caso fue muchísima gente. ¿Ven ustedes como algo positivo esa reacción popular?

– Yo creo que la gente reacciona en términos ideológicos de una manera positiva. Aún así 300, 400, 500 mil personas en la calle terminan siendo una minoría a la hora de influenciar el voto final. Todavía queda camino por recorrer y cosas por destruir de la acción de Cambiemos para que se termine de percibir el error de haber puesto en el gobierno una lógica de esa naturaleza. Pero por supuesto, no por casualidad la movilización del 24 de marzo superó largamente marchas anteriores.

 

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