29 marzo, 2016

El gobierno suspende temporalmente la construcción del Arsat III

Este lunes el presidente de la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales Sociedad Anónima (Arsat), Rodrigo De Loredo, declaró que quedará suspendido el proyecto de construcción del satélite Arsat III hasta tanto el Arsat II pueda comercializarse y generar fondos.

Este lunes el presidente de la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales Sociedad Anónima (Arsat), Rodrigo De Loredo, declaró que quedará suspendido el proyecto de construcción del satélite Arsat III hasta tanto el Arsat II pueda comercializarse y generar fondos.

«Arsat necesita autofinanciamiento porque nos encontramos con una empresa que tiene cosas buenas pero con un desmanejo de los fondos. Y en este camino buscamos la incorporación de socios colaborativos», expresó De Loredo al diario El Cronista.

El funcionario, que es yerno del ministro de Comunicaciones Oscar Aguad, explicó: «Llegamos y nos encontramos con que habían lanzado el Arsat II sin haber comercializado absolutamente nada. Ahora estamos presentando los permisos para vender la pisada del satélite».

La nueva gestión informó que «en el mundo satelital, por lo general se hacen preventas de hasta el 50% o 60% del satélite que vas a lanzar. Arsat II está prácticamente en cero en su comercialización. Ya hay un lucro cesante muy elevado».

El proyecto del Arsat III estaba previsto que finalizara en 2019, sin embargo con este anuncio esos plazos quedan en suspenso. «Nos reunimos con los proveedores, que son todas empresas internacionales, y les pedimos tiempos porque la única manera de financiarnos en vendiendo el II», apuntó De Loredo.

El presidente de Arsat comentó además que participó de varias reuniones durante el Satelite Show, realizado a comienzos de marzo en la ciudad de Washington, donde ofreció los servicios del segundo satélite geoestacionario argentino. En ese sentido prometió que si las charlas prosperan se podrían acelerar los procesos de la construcción del Arsat III.

Finalmente De Loredo cuestionó la anterior gestión, encabezada por Matías Bianchi, ya que «ejecutaba obras y se tomabas decisiones de inversiones elevadísimas sin los rigores que hubiesen requerido esos niveles de inversión».

Al conocerse la noticia el senador Juan Manuel Abal Medina escribió en su Twitter que pedirá «informes al Ejecutivo sobre esta preocupante noticia». «Esta decisión del gobierno demuestra que la ciencia y la técnica orientadas al desarrollo ya no son una prioridad en el presupuesto nacional», añadió.

Por su parte el diputado y ex ministro de Planificación, Julio de Vido, subrayó: «Nos gustaría conocer también la opinión del sector científico-tecnológico de la Argentina ante esta decisión que impactará en su desarrollo».

Una lógica sin futuro

El planteo de De Loredo suena lógico, ya que efectivamente el Arsat II debe brindar algún tipo de servicio y generar recursos para el Estado Nacional. No obstante, la mirada empresarial no se puede aplicar mecánicamente a la inversión en proyectos de la magnitud que tienen todos los relacionados a la industria aeroespacial.

De hecho, si se compara la inversión que hacia el Estado argentino en Arsat con la que, por ejemplo, hace Estados Unidos -un país mencionado siempre como ejemplo a seguir por los funcionarios locales- en la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), los datos son reveladores.

Según declaró el propio De Loredo en una entrevista con el diario Clarín, «para este año [2016] el presupuesto es de 2.800 millones, con un aporte adicional de 120 millones más». Esto implica, de acuerdo al presupuesto 2016 aprobado por el Congreso el año pasado, que menos de un 0,2% de los gastos corrientes del Estado se iban a destinar a la empresa satelital.

Estos números, están bastante alejados de la inversión que hace el Estado que preside Barack Obama en el mismo campo. Sin contar las inversiones en empresas privadas y contratistas u otras dependencias públicas dedicadas a la investigación aeroespacial, el presupuesto destinado a la NASA rondó, durante la última década, el 0,5% del presupuesto federal.

Hay que tener en cuenta que este es el presupuesto en un país que hace tiempo ha alcanzado logros importantes en al materia por lo que no necesita impulsar de cero su industria como si es el caso argentino. De hecho en 1966, durante la vigencia del programa Apolo, el presupuesto de la NASA alcanzó los 5900 millones de dólares, el equivalente a 4,41% del presupuesto de EEUU.

Como lo demuestra la historia de los Estados Unidos, resultará muy difícil que Argentina logre dar un salto en materia tecnológica y desarrollo de la industria aeroespacial si no existe un financiamiento estatal adecuado.

 

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