25 marzo, 2016
Un nuevo “siluetazo” en la zona norte del conurbano
En la noche del miércoles 23 de marzo, organizaciones políticas y de derechos humanos de Vicente López, San Isidro, San Fernando y Tigre aficharon siluetas representado a los desaparecidos de la zona.

En la noche del miércoles 23 de marzo, organizaciones políticas y de derechos humanos de Vicente López, San Isidro, San Fernando y Tigre aficharon siluetas representado a los desaparecidos de la zona.
La figura del desaparecido en la Argentina, indudablemente acumula un peso real pero a su vez simbólico. Ante los juzgamientos por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar, fue el propio dictador Jorge Rafael Videla quien declaró como “cómoda” la figura del desaparecido, porque no impactaría en la sociedad como lo haría un fusilamiento público. Y fue la utilización de esa figura con la que explicaba: «Mientras sea desaparecido no puede tener ningún tratamiento especial. No tiene entidad, no está. Ni muerto ni vivo, está desaparecido”.
Sin embargo, los pueblos construyen su propia historia, y en ese camino que no siempre es lineal y en donde existen tropiezos, también construyen símbolos e identidades de su propia realidad.
Más de 30 años de siluetazo
Luego de la Guerra de Malvinas (1982) y sobre todo durante los últimos meses de 1983, la dictadura militar perdió legitimidad a la par que el pueblo comenzó a salir cada vez más a las calles perdiendo el miedo. Fue durante una de las Marchas de la Resistencia en septiembre de ese año, cuando un grupo de artistas visuales de Bellas Artes, con el acompañamiento de las Madres y diferentes organismos de derechos humanos, realizaron una intervención callejera que consistía en la confección de figuras humanas pintadas solo por su silueta, que buscaban representar la presencia de los desaparecidos.
En un contexto donde se imponía el terror y los reclamos difícilmente lograban tener algún tipo de expresión, las siluetas, que ese día fueron pegadas en la Plaza de Mayo y alrededores, pasaron junto con los pañuelos de las Madres, a ser uno de los emblemas que simbolizan el reclamo de memoria, verdad y justicia, quedando instaladas en el imaginario social y colectivo.
Siluetazo capitulo Norte
Al igual que muchas ciudades importantes, los municipios de la zona norte del Gran Buenos Aires sufrieron fuertemente el terrorismo de Estado. Alrededor de 600 desaparecidos y desaparecidas fue el saldo de la feroz represión librada en la zona del cordón industrial donde se desarrollaba fuerte participación gremial, donde resaltan los casos de Roberto Santucho y parte de la dirigencia del PRT, los ceramistas de Lozadur, los obreros del astillero Astarsa y el caso del Floreal “El Negrito” Avellaneda militante de la Federación Juvenil Comunista, de 15 años de edad.
Desde hace 22 años en la vigilia de cada 24 de marzo decenas de organizaciones sociales, culturales y políticas recuerdan a las víctimas de la dictadura colocando siluetas en los diferentes barrios.
“Lo que hacemos es mantener viva la memoria. Ponerle nombre a las siluetas es darle identidad, lo contrario a la idea perversa de Videla. Las siluetas tienen identidad, tienen nombre y tienen historia. Nuestro compromiso es recordar lo que paso para nunca más vuelva a ocurrir”, comenta Jorge Witis presidente de la Comisión por la Memoria, Verdad y Justicia de zona norte, organismo que hoy impulsa y convoca la realización del siluetazo en los municipios de Vicente López, San Isidro, San Fernando y Tigre.
Este 24 de marzo, a 40 años del último golpe de Estado, la zona norte amaneció recordando a sus desaparecidos, haciéndolos aparecer en siluetas, nombres y consignas.
Es de esta forma que lo simbólico toma su estado real. Y como diría Paco Urondo, los pueblos escriben su historia, aprenden a defenderse, a rescatar lo suyo, su realidad.
Bruno Chiodi – @BrunoAmauta
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