#SinZoo: “El comercio de animales es el segundo tráfico ilegal del planeta”

La organización #SinZoo presentó un proyecto de ley para cerrar el zoológico porteño. Radio Sur entrevistó a Malala Fontan, integrante de la organización que habló del maltrato, el negocio y la vida en cautiverio de los animales en Argentina.

– ¿De quién son los animales que están en el zoológico de la ciudad de Buenos Aires?

– La concesionaria que está explotando el predio con los animales adentro es la misma desde hace 20 años. El zoológico, desde que se declaró la autonomía, pertenece a la Ciudad. Es un predio que está dentro del Parque 28 de febrero y, en teoría, los animales pertenecerían a la Ciudad de Buenos Aires. Pero la realidad es que no se sabe.

Los zoológicos entre sí permutan, canjean y hay compra-venta de animales. Y otros, provienen del tráfico ilegal de especies. Y esto último es muy conocido en el zoológico porteño porque Gabriel Aguado, el actual director, que trabajó durante los años ’90 como veterinario, en el año 1993 vendió dos chimpancés al zoológico de Córdoba que provenían del Circo Rodas y está denunciado por tráfico de especies. De modo que es altamente difícil determinar a quién pertenecen los animales porque los animales no tienen documentos ni fichas veterinarias, los historiales no son precisos, la orangután tristemente judicializada Sandra del año pasado hace ocho años se llamaba Marisa. Es muy difícil hacer el rastreo.

Algunos animales emblemáticos, como la elefanta Mara, sí sabemos que proviene del Circo Rodas, pero en la mayoría de los casos no sabemos si pertenecen a la Ciudad o a colecciones privadas. Nuestra denuncia es que, a pesar del pedido del ex secretario de Juan Carlos Villalonga, para que el zoológico no reproduzca más animales en cautiverio, ha nacido de una pareja de leones un nuevo ejemplar que es un león albino.

– Uno supone que un león albino encima vale más dinero.

– Sí, lamentablemente valen más porque son más raros. Como los tigres blancos que también nacieron en el zoológico y uno de ellos fue llevado a Córdoba. Lo que no se considera es que son animales que están enfermos, el albinismo genera problemas de visión, de piel, de pelaje y tienen tendencia a quedarse ciegos.

Es como si alguien se pusiera a reproducir humanos albinos para generar más albinos sólo para hacer negocios. Toman estos ejemplares que tienen problemas genéticos, los reproducen entre sí generando endogamia que produce más y más animales en peor estado y con expectativas de vida más corta, pero que se cotizan muy alto en el mercado internacional de animales. Esto nos parece gravísimo, porque el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires le pide al zoológico de la Ciudad de Buenos Aires que no reproduzca animales en cautiverio y ellos siguen reproduciendo.

Yo sé que la pareja de leones albinos que está en el zoológico se aman profundamente, se hacen compañía mutua en la inmensa soledad y depresión que significa encerrar a un animal salvaje de por vida, que se tengan el uno al otro y se amen, es una bendición. Pero deberían hacerle una vasectomía al macho para no seguir con la reproducción porque es generar más esclavos funcionales a las cárceles que son los zoológicos.

– En el caso de la pareja de chimpancés que nombraste recién, vendidos por Gabriel Aguado al zoológico de Córdoba: ¿El dinero se lo quedó él o fue al fondo del zoológico porteño?

– En el año 1993 la pareja de chimpancés venía de un circo y fueron vendidos al zoo de Córdoba, de modo que los cuatro mil dólares se los metieron en el bolsillo. Esto no es un invento nuestro. Estamos en contacto con varias organizaciones internacionales, una de ellas se llama TRAFFIC International y denuncia estos casos.

El tráfico de animales es el segundo comercio ilegal del planeta. Después del tráfico de armas y antes que el tráfico de drogas. Y vos me podés preguntar ¿Cómo? Y yo te digo: las penas son muy bajas porque son animales. Mirá si serán bajas que un hombre que vendió ilegalmente a dos chimpancés que venían del decomiso de un circo, hoy es el director del zoológico de la Ciudad de Buenos Aires.

– ¿Cuál es la propuesta de #SinZoo frente a estos hechos?

– Hace muchos años que grupos de activistas por los derechos de los animales se juntan en la puerta del zoológico porque es uno de los lugares donde la explotación animal es más evidente. Y desde el año 2012, cuando se venció la concesión y el legislador Adrián Camps denunció esto en la Legislatura, se encuentran ahí diferentes actores que confluyen en la construcción de un proyecto de ley se llama Jardín Ecológico.

Ese proyecto fue presentado por #SinZoo a través de Adrián Camps y con la firma de diez legisladores más, el 29 de abril del año pasado, por ser el día del animal. En este momento está tratándose en comisión de Ambiente. Tiene que pasar por dos comisiones más, que son la de Salud y la de Presupuesto. Le pedimos, entonces, a la comisión de Ambiente que se reunió esta semana que saque un dictamen urgente y pase a la siguiente comisión.

Esta semana se murió un lobo marino más en el acuario del zoo porque no le habían puesto suficiente agua en la pileta y el lobo nadó y nadó y nadó durante horas hasta que se agotó y lo encontraron muerto en el fondo de la pileta. ¿Se entiende? Uno necesita una altura de agua suficiente para que el lobo marino pueda saltar a la plataforma, si tiene menos no le queda más que nadar hasta morir exhausto. Esas son cosas que no pueden pasar más.

En las vacaciones de invierno del año pasado, nosotros armamos un lío muy fuerte en la puerta del zoológico porque desde hacía diez años el acuario sostenía un show con lobos marinos donde aplaudían, bailaban cumbia, se ensartaban aros en su cuello, todo porque están hambreados para obligarlos a hacer esas cosas y tanto los circos como los espectáculos con animales están prohibidos por la ley 1.446 en Capital Federal. ¿Qué pasó? Que en las vacaciones de invierno un lobo marino hizo 15 shows seguidos y se murió de cansancio. Ellos intentaron tapar esto, por supuesto, es conocido que en el zoológico se falsean los documentos de los animales.

– ¿Mundo Marino no funciona de esa manera con shows de animales?

– Sí, y también está prohibido por una ordenanza municipal del Partido de la Costa. Es triste, son los únicos propietarios de la única ballena orca cautiva en toda Latinoamérica. Es una orca macho que se llama Kshamenk y hace 20 años que está en esa misma piletita. Fue capturada cuando tenía seis años junto a otros miembros de su manada, que murieron cuando intentaron trasladarlos a Mundo Marino. Y esta es la única orca que sobrevivió.

No hay que olvidarse que esos animales se comunican por sonidos y Kshamenk está al lado del mar, donde llega a escuchar a sus congéneres. En la pileta dónde está no puede saltar, que es una actividad que realiza cualquier orca en libertad. Una ballena de este tipo nada cientos y cientos de kilómetros por día. Son animales que migran a diferentes zonas. De modo que tener confinado a un animal como este es una locura, es una aberración y es de una crueldad sin nombre.

Kshamenk está profundamente afectada por el cautiverio, hay una enfermedad que se llama zoocosis, que ataca a los animales con cautiverios prolongados y en el caso del zoológico porteño el 80% la sufre y la orca de Mundo Marino también. No nos asombremos si un día se morfa a un pibe o a un cuidador, cosa que ya ha sucedido en otras partes del mundo. Los delfines, cuando ya no soportan más la situación y es algo que ha pasado en varios acuarios, no suben a respirar y se suicidan. Ese es el nivel de conciencia que tienen algunos animales como los mamíferos marinos.