9 marzo, 2016

El Día de la Mujer Trabajadora en las calles porteñas

A nueve meses de la movilización Ni Una Menos, y a apenas tres meses de la asunción del gobierno de Mauricio Macri, un nuevo 8 de marzo gritó en las calles por más igualdad de género, equidad salarial, reincorporación de los y las trabajadoras despedidas y el cupo laboral trans.

A nueve meses de la movilización Ni Una Menos, y a apenas tres meses de la asunción del gobierno de Mauricio Macri, un nuevo 8 de marzo gritó en las calles por más igualdad de género, equidad salarial, reincorporación de los y las trabajadoras despedidas y el cupo laboral trans.

La concentración en la cuadra de Avenida Rivadavia, lindante a la Plaza del Congreso, comenzó a tomar forma cerca de las 17:30 horas. Tras haber realizado un acto en las puertas del Ministerio de Trabajo sobre Avenida Callao, en el que hablaron distintas trabajadoras en lucha y despedidas de sus puestos de trabajo, la CTA Autónoma y un conjunto de organizaciones políticas y sociales (la Corriente Clasista y Combativa, MST, entre otras) se sumaron a la plaza en la que se encontraban ya algunas de las más de treinta organizaciones convocantes, como Las Rojas (MAS), Plenario de trabajadoras (PO), Mala Junta (Patria Grande), la Central de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Pan y Rosas (PTS) y organizaciones feministas como la Campaña por el derecho al aborto seguro legal y gratuito y la Campaña contra las violencias.

En el ingreso a la plaza se encontraban referentes de las mujeres en lucha como Nora Cortiñas (Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora), quien fue recibida con besos y abrazos por muchas de las dirigentes allí presentes. Cerca de las 18 la policía dio aviso que liberaron la avenida para el tránsito de los manifestantes, luego de constatar que no había ningún peligro inminente entre las y los presentes.

Unos minutos después con las banderas en alto comenzó el recorrido por Avenida de Mayo. Con paso lento pero firme avanzaron las diferentes columnas que ocupaban las diez cuadras hasta unirse en la Plaza. Los cánticos y consignas no tardaron en hacerse escuchar y un “¡vivas nos queremos!”, a todo pulmón, hizo eco durante toda la jornada.

Entre megáfonos, banderas y remeras agitándose con furia se llegó a Plaza de Mayo para la lectura del documento que reunió los reclamos de la masiva convocatoria.

“Las mujeres, doblemente explotadas y oprimidas, seguimos siendo la mayoría de las trabajadoras en negro, la mayoría de las precarizadas, las jefas de los hogares más pobres y cobramos un 36% menos que los varones”, se leyó y se reclamó “igual salario por igual trabajo y el acceso a todas las categorías laborales en igualdad de condiciones”.

En esta misma línea, se mostró la solidaridad con las y los trabajadores despedidos luego de la asunción del gobierno PRO y se exigió su inmediata reincorporación. Además de los planes de inserción laboral, capacitación y cupo laboral trans. A su vez se recordó el paro de estatales del 24 de febrero y se reclamó por la eliminación del nuevo protocolo represivo de la protesta.

Luego de nueve meses de la jornada masiva Ni Una Menos, que marcó un antes y un después en la lucha feminista, se gritó una vez más “¡Basta de femicidios y violencia contra las mujeres!”. Desde dicha fecha los números cambiaron para peor, hoy muere una mujer cada 26 horas y no hay medidas legales para combatir la violencia machista. Por esto se exigió que “se declare la Emergencia Nacional en Violencia de Género para conseguir partidas urgentes que vayan a la construcción de refugios para las mujeres en situación de violencia y sus hijos e hijas; para brindar atención médica, legal y psicológica». Además del “aumento del presupuesto para la Ley para prevenir, erradicar y sancionar la violencia contra las mujeres”.

Otro eje principal de esta convocatoria fue por el aborto legal, seguro y gratuito, que hoy en día sigue siendo una deuda de los diferentes gobiernos. Se demandó su implementación, a la par que la plaza gritó un fuerte “aborto legal en el hospital”.

Pero además de esta problemática sin resolver, con la gestión PRO se suma el vaciamiento del Programa Nacional de Salud Sexual y Reproductiva, con una creciente falta de anticonceptivos en los centros de salud, por lo que se remarcó que las que políticas respecto a la educación y salud sexual no están en la agenda del nuevo gobierno.

Rocío Varela – @rociovarelac

Foto: Malena Quinteros

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