24 febrero, 2016
Claves para entender el resultado del referéndum en Bolivia
Por Lucas Villasenin. El domingo triunfo el «no» en el referéndum para modificar la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia. Con este resultado Evo Morales y a Álvaro García Linera no podrán volver a presentarse en la próxima elección general de 2019.

Por Lucas Villasenin. El domingo triunfo el «no» en el referéndum para modificar la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia. Con este resultado Evo Morales y a Álvaro García Linera no podrán volver a presentarse en la próxima elección general de 2019.
El resultado con el 99,69% de las actas computadas indicó que el 51,3% de los votantes se inclinaron por el «no» y un 48,7% por el «si». La demora en los resultados definitivos y en el reconocimiento del resultado se debió a las dificultades que mantiene el país en sus vías de comunicación.
Las actas que mas tardaron en llegar al Tribunal Supremos Electoral (TSE) son aquellas que pertenecen a zonas rurales y alejadas de los centros urbanos. Los grupos opositores se adjudicaron el triunfo del «no» el mismo domingo con una escasa cantidad de actas transmitidas. La tensión fue aumentando a medida en que la brecha entre el «si» y el «no» se iba achicando.
El martes al mediodía ante el aumento de las presiones, García Linera tuvo que dar una conferencia de prensa. «Como ustedes saben el voto que primero se contabiliza es el que está en las ciudades y el que se cuenta al final es el de las áreas rurales. Es el voto de los campesinos, de los indígenas y de los más pobres el que intenta ser escamoteado por un despliegue de matonaje electoral por parte de la fuerza de la derecha».
A pesar de la demora en la transmisión de actas ni las misiones de la UNASUR y la OEA, ni los delegados de los partidos, ni los veedores populares internacionales denunciaron que la misma tuviera que ver con la posibilidad a de tergiversar el resultado.
El referéndum fue la primera elección en la que el MAS fue derrotado en la urnas desde su llegada al gobierno en 2006. El resultado mostró un cambio contundente respecto a la elección general de 2014 en la que triunfó con el 61,3% de los votos.
Tres claves de una derrota
1. Desde su llegada al gobierno el MAS construyó una hegemonía que expresa el rechazo al neoliberalismo y que orienta sus políticas hacia el proyecto del socialismo comunitario. Esa hegemonía fue demostrada en las urnas cuando llegó a alcanzar el 67% de los votos en agosto de 2008 y semanas después grupos opositores desataron un plan golpista que fue derrotado. Desde entonces, la oposición quedó sumergida en la fragmentación y la marginalidad política.
En 2015 la oposición tuvo buenos resultados en las elecciones departamentales. Logró ganar en Santa Cruz y Tarija como se podía suponer, pero también en La Paz que hasta entonces se presentaba como un bastión del MAS. Felix Patzi, Rubén Costa y Adrián Alacázar con sus triunfos daban cuenta de la diversidad de una oposición que no mostraba posibilidad alguna de unificarse para dañar la hegemonía del MAS.
La convocatoria al referéndum y la campaña por el «no» unificó a quienes hasta el momento carecían de articulación política o confluencia ideológica alguna. El resultado demuestra que esta unidad de la oposición ha causado un daño sustancial al proceso de cambio.
2. Las agresivas campañas opositoras en Bolivia no son una novedad pero la campaña sucia de esta elección fue más efectiva y planificada que en otras ocasiones.
La corrupción es un delito que en Bolivia se asocia a los gobiernos neoliberales y en diciembre de 2015 casos de corrupción estallaron al interior del gobierno. Líderes indígenas y campesinos que ejercían altos cargos fueron juzgados y detenidos. Si bien ninguno involucró directamente a Evo Morales, los medios de comunicación se encargaron de hacer ese trabajo durante la campaña.
El caso de Gabriela Zapata -la ex pareja de Morales- fue el más emblemático. Ella es ejecutiva de la empresa china CAMC que ha firmado contratos con el Estado y el vínculo afectivo previo bastó para denunciar al presidente boliviano por «tráfico de influencias» sin prueba alguna. A pesar de la convocatoria desde el gobierno a una comisión investigadora o a la suspensión de contratos, el daño ya estaba realizado.
Esta campaña que confundió los objetivos que perseguía el referéndum y sembró dudas sobre la honestidad del mismo Evo Morales fue tan planificada y exitosa que en los últimos días casi no hubo campaña por el «no».
3. La fecha del referéndum fue puesta por la Asamblea Legislativa el 5 de noviembre de 2015. Para esa fecha aún no habían triunfado Mauricio Macri en Argentina ni la oposición en Venezuela. Y, si bien las encuestas no eran favorables en un comienzo, era difícil pronosticar una derrota electoral del gobierno que se presentaba como el más sólido de la región.
Con los resultados de los comicios de Argentina y Venezuela, el referéndum en Bolivia cobró una dimensión regional en la cual se puso en juego mucho más que un «si» a Evo Morales. La oposición local encontró la oportunidad para moralizar a sus propias fuerzas y para confluir con una campaña internacional de desprestigio del líder indígena.
Tres tareas para revertir los triunfos neoliberales
Con estos resultados electorales se abre una nueva etapa en el continente y se formulan algunas tareas prioritarias para quienes defienden las políticas anti-neoliberales en América Latina.
1. Así como fue difícil pronosticar el resultado de estas elecciones, es necesario resaltar que se subestimó la capacidad del daño que era capaz de causar la nueva derecha latinoamericana. Estudiar y seguir minuciosamente sus próximos movimientos será fundamental para enfrentar sus iniciativas más inmediatas.
2. Desde la llegada al gobierno del MAS se redujo la pobreza extrema del 38,2% al 17,3% y a pesar de poder señalarse muchos éxitos semejantes, las derrotas electorales demuestran que con esos éxitos solos no alcanza. Así como Fidel Castro convocó a librar una profunda batalla de ideas en el auge de la hegemonía neoliberal en el continente, hoy continúa siendo primordial llevarla adelante con más inteligencia. El sentido común, los valores y las ideas que acompañaron el saqueo del continente por el capital transnacional demuestran estar sumamente vigentes.
3. En 2005 la derrota del ALCA en Mar del Plata fue el resultado de la lucha de los pueblos de Nuestra América, pero fundamentalmente de la unidad en torno a una política determinada. Y, si la unidad popular fue fundamental para derrotar al imperialismo, en esta nueva etapa se hace imprescindible para frenarlo en su ofensiva. La próxima visita de Barack Obama a la Argentina es una ocasión que hace posible expresar esa unidad.
La visita del presidente norteamericano a Cuba y Argentina, los diálogos por la paz de Colombia, la próxima cumbre de la UNASUR en Montevideo o la elección en Perú el 10 de abril marcan la agenda más inmediata del continente. La certeza es que una nueva etapa se ha abierto. Los balances son necesarios, pero fundamentalmente lo son nuevas políticas que frenen a la ofensiva imperialista.
@villaseninl
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