América Latina

9 diciembre, 2015

Suspenden la comisión parlamentaria que debe tratar la destitución de Dilma Rousseff

Este martes el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil ordenó que se postergue el accionar de la comisión de la Cámara de Diputados que debe tratar el pedido de impeachment contra la jefa de Estado. Según la Justicia, debe evaluar posibles irregularidades en la conformación del órgano de evaluación.

Este martes el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil ordenó que se postergue el accionar de la comisión de la Cámara de Diputados que debe tratar el pedido de impeachment contra la jefa de Estado. Según la Justicia, debe evaluar posibles irregularidades en la conformación del órgano de evaluación.

La decisión fue tomada por el ministro del STF Edson Fachin luego de que el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, fuera acusado de hacer maniobras fraudulentas para conformar la comisión al llevar a cabo la elección de sus miembros a través del voto secreto. «Además, solicito informaciones, en el plazo de 24 horas, contadas desde esta comunicación, sobre la forma y elección de la Comisión Especial», añadió Fachin.

Durante la deliberación, Fachin determinó que el trabajo de la comisión sea interrumpido hasta que el caso sea analizado por la Corte Suprema en la sesión plenaria programada para el día 16 de diciembre.

Horas antes del fallo, la oposición al gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) encabezado por Rousseff, había logrado la mayoría en la comisión para el juicio político con 229 votos a favor y 199 en contra.

Pero la decisión de Cunha de recurrir al voto secreto para la elección fundamentó la presentación del Partido Comunista (PCdoB), que alegó irregularidades en el proceso.

«La Corte entendió que las alegaciones son relevantes. Está en riesgo que todo lo que fue hecho termine siendo nulo. Entonces, el STF suspende todos los trabajos de la comisión hasta el 16 de diciembre, cuando se reúnen los 11 jueces del tribunal para decidir», afirmó a la agencia AFP Ademar Borges, abogado del PCdoB.

La semana pasada Eduardo Cunha, que preside la cámara baja del país más grande de Sudamérica, aceptó luego de varias idas y vueltas el pedido de juicio político contra Rousseff. Cunha es el principal referente opositor, pertenece al Partido Movimiento Democrático de Brasil (PMDB) que es, paradójicamente, aliado del PT en el gobierno pero hace meses es la cara visible de un grupo de dirigentes que quieren a toda costa destituir a la mandataria.

Una vez aceptado el inicio del juicio político, el proceso consiste en que una comisión formada por diputados de todos los partidos (la misma que fue suspendida por el STF) analice la petición de destitución. Una vez conformada la comisión, la presidenta de Brasil tendrá un plazo de diez sesiones para declarar y posteriormente (hasta cinco sesiones más) los miembros de la comisión harán un informe a favor o en contra de su destitución.

En caso de que se dé el visto bueno al impeachment, 342 de los 513 diputados deberán aprobarlo para que el juicio pase a la siguiente instancia. Si se aprueba, la mandataria será apartada de su cargo por 180 días mientras el informe pasa al Senado, cámara que tendrá la decisión final: allí, en una sesión que debe ser presidida por el presidente del STF, 54 de los 81 senadores deben apoyar la salida de Rousseff para concretar su apartamiento definitivo del cargo.

 

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