26 noviembre, 2015
Macri, Prat-Gay y la economía de la transición: winter is coming
Con la victoria aun latente Mauricio Macri comenzó a dar algunas precisiones sobre su política económica. El saludo de las cámaras empresariales y la relación con los sectores agropecuarios Presiones inflacionarias, devaluación y la autonomía del Central.

La transición que sucederá formalmente el 10 de diciembre con el traspaso de la banda presidencial por parte de la presidenta Cristina Fernández a su sucesor Mauricio Macri, empezó a plantearse desde el mismo momento en que Daniel Scioli reconoció el pasado domingo 22 de noviembre su derrota en el ballotage.
Este proceso sin embargo dista mucho de jugarse solamente en el ámbito político administrativo así como en la elección de quienes ocuparán los diferentes cargos; el mercado y los principales agentes económicos que en el intervienen tienen mucho para decir sobre lo que sucederá de acá al 10 de diciembre.
Conocidos los números tras la primera vuelta y la diferencia de tan solo tres puntos entre Daniel Scioli y Mauricio Macri, así como el aura de vencedor que rodeó a este último, las acciones líderes rebotaron en la Bolsa de Buenos Aires desde aquel lunes de octubre poselectoral, registrando un suba del 23,3% promedio.
A partir de aquella fecha y hasta hoy, con la victoria de la alianza Cambiemos ya consumada, el actual equipo económico comenzó a librar una fuerte pulseada para contener presiones devaluacioncitas y alza inflacionaria.
Buscando adelantarse a cualquier futura devaluación sectores que controlan importantes segmentos de la economía comenzaron a subir precios en rubros tan diversos como el de insumos para imprentas y alimentación, carnes o harinas, con incrementos que van del 10% al 50%. Por otra parte desde la Cámara de Desarrollo Argentino y Países del Sudeste Asiático (Cedeapsa), que nuclea a los supermercados chinos, se denunció un 10% de aumento en alimentos enlatados. Los productos de Precios Cuidados si bien no fueron alcanzados por estas acciones se comenzaron a entregar en menor cantidad.
Tiempo atrás el futuro ministro de Economía designado por Macri, Alfonso Prat-Gay, había adelantado que según su mirada el tipo de cambio oficial no afectaba a nadie, mientras los otros (paralelo, turista, ahorro) si lo hacían.
“La propuesta nuestra es unificar todo en un precio, da lo mismo ser productor, consumidor, ahorrista, turista o inversor», señaló en aquel entonces el ex JP Morgan, y concluyó: “El precio del dólar es uno y lo que va a suceder es que va a subir el oficial, que no afecta prácticamente a nadie, y van a bajar todos los otros, que afectan a la gran mayoría de la población”. Con estas declaraciones Prat-Gay buscaba instalar la idea de que la devaluación ya se había realizado, omitiendo que la gran mayoría de las operaciones de importaciones y exportaciones se hacen al valor del tipo de cambio oficial.
El planteamiento de Prat-Gay fue luego confirmado por Mauricio Macri, quien durante la campaña aseguró que va a existir a partir del 10 de diciembre un único tipo de cambio y un levantamiento de los controles existentes hasta la fecha, el llamado “cepo”.
Sin embargo, pese a lo sostenido como promesa de campaña y con las elecciones del domingo concluidas, desde el equipo económico del PRO aun no parece haber certezas sobre en qué valor fijar al dólar tras el recambio presidencial.
Mientras en la conferencia de prensa brindada el lunes 23 el líder del PRO sostuvo que los controles cambiarios se van a levantar recién cuando la economía esté “ordenada y realmente genere las condiciones para volver a crecer y vuelva la inversión”, evitando dar mayores precisiones sobre el asunto, al día siguiente afirmó categóricamente que desde su primer día como presidente “va a haber un único dólar para todos. El cepo ya no tiene sentido porque dejaron pelado el Banco Central. No hay más dólares. El cepo fue un error gravísimo, pero podía tener algún sentido si hubiera todavía 20 mil millones de dólares”. Estas diferencias parecen vislumbrar que aun dentro del propio económico continúa el tironeo sobre estas cuestiones.
La pulseada por el tipo de cambio no se agota, sin embargo, en el rumbo que pueda elegir Macri y su gabinete. Mientras el país se preparaba para el ballotage, el día anterior y por medio de una circular del Banco Central, su titular Alejandro Vanoli obligó a los bancos a reducir sus posiciones en dólares del 15% al 5%. Si bien dichos dólares no se computan en las reservas del Central, si permiten mantener cierto nivel de liquidez en el mercado, resistiendo presiones para devaluar.
El valor del dólar y el levantamiento del cepo también llegaron al sector agropecuario, quien viene reclamando el fin de las retenciones para el trigo y el maíz, como parte de una “normalización”, tal como fue definida por Luis Miguel Etchevehere, presidente de la Sociedad Rural.
Fue el propio Etchevehere quien le recordó a Macri que “hay 8800 millones de dólares en granos guardados, que es lo que quedaría por vender”. “Levantar el cepo cambiario influye y entendemos que eso es lo que se va a hacer. Además, si sacan retenciones al trigo y al maíz esto se vendería a fin de año sin retenciones y eso significa volver a la normalidad”, sostuvo el titular de la entidad rural.
Según los datos consignados el sector agropecuario mantiene aún sin liquidar 17,2 millones de toneladas. La liquidación de divisas al 20 de noviembre era de un 19,3% menor que para el mismo periodo del año anterior, y en relación a esta misma semana pero de noviembre de 2014 la diferencia llega a un 72% menos.
En esta misma línea de política económica, Macri señalo que se reformará la Carta Orgánica del Banco Central para devolverle el grado de autonomía que Cristina Fernández modificó tras remover a su entonces presidente Martin Redrado, en enero de 2010, acusado de “incumplimiento de los deberes de funcionario público”.
La autonomía de la entidad monetaria es un reclamo siempre presente del lobby empresarial y apunta a la posibilidad de dirigir la política monetaria y financiera sin control del propio Ejecutivo nacional.
Mientras se acerca la asunción del electo presidente, las expectativas por una futura devaluación comienzan a hacerse presente entre los agentes formadores de precio. Al saludo por parte de las cámaras agropecuarias que recibió Macri, se sumó el del Foro de Convergencia Empresarial, entidad que nuclea a 75 poderosas organizaciones empresariales.
Por su parte la calificadora de riesgo Moody’s subió la nota de la perspectiva de deuda argentina de “estable” a “positiva”. “La llegada de Mauricio Macri a la presidencia de la Nación incrementará las probabilidades de implementación de políticas crediticias entre las cuales se incluye la resolución de la disputa con los acreedores holdout”, sostuvieron desde la calificadora, abriendo la puerta a un nuevo ciclo de endeudamiento.
Todos estos sectores esperan que el equipo económico de Cambiemos tome las medidas que entre globos de colores y revolución de la alegría, se vienen pregonando desde hace tiempo.
Leandro Navarro – @navarro_lean
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