17 noviembre, 2015
Los excluidos del macrismo (1): la niñez y las mujeres
Ante el ballotage del próximo 22 de noviembre, Notas publica una serie de entrevistas para conocer la realidad de aquellas personas para las que el gobierno de Mauricio Macri en la Ciudad de Buenos Aires no significó un «cambio» positivo. Son los sujetos silenciados, recluidos, ignorados por las políticas del Pro. Primera entrega: Mujeres, niños y niñas en la voz de María Elena Naddeo.

Mucho se ha escrito en estas semanas que distancian la primera de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales argentinas sobre el modelo económico propuesto por Mauricio Macri, las propuestas sobre seguridad o el rol de tal o cual institución. Pero de lo que poco se ha dicho es de los sujetos concretos que son beneficiados o afectados por sus políticas de gobierno de cada uno de ellos.
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) no es equiparable al gobierno de un país. Eso resulta clarísimo. Pero las decisiones concretas tomadas en materia de políticas públicas nos hablan de las prioridades de Mauricio Macri que gobernó los últimos ocho años la ciudad, en particular porque -con excepción de su primo Jorge en Vicente López- es la única y más desarrollada experiencia gubernamental del Pro. En Notas presentamos una serie de entrevistas para desmenuzar su accionar en la Ciudad desde la mirada de los sujetos afectados por sus decisiones.
En esta oportunidad, María Elena Naddeo, ex-legisladora y directora general de Niñez Adolescencia, Género y Diversidad de la Defensoría del Pueblo de la CABA, relata cuáles fueron (y cuáles no) las prioridades y apuestas del Pro en materia de políticas de niñez y género.
– ¿Cuál es la mirada que tiene la Defensoría del Pueblo de la Ciudad respecto a las políticas públicas en niñez?
– Lo que nosotros advertimos a través de numerosos monitoreos que hemos hecho desde la Legislatura primero y desde la Defensoría del Pueblo de la Ciudad después, es que hay un retroceso en las políticas sociales en general y en particular en las políticas de niñez y de género. ¿Por qué hablamos de retroceso? Porque en realidad el presupuesto, la inversión volcada en estas dos áreas ha disminuido respecto del resto de las áreas del gobierno de la Ciudad.
Hay áreas que han tenido prioridad, como espacio público y medio ambiente (por el tema de los contratos de la basura, las bicisendas, los metrobuses). Todo eso se ha llevado el incremento más grande de la historia del presupuesto de la CABA.
Las áreas sociales han sufrido un retraimiento y esto tiene consecuencias negativas. Por ejemplo, los equipos técnicos y profesionales del área de niñez, y pasa lo mismo en género, no han sido jerarquizados, hay una altísima rotación del personal, lo que implica que en las defensorías barriales, en los equipos jurídicos de emergencia que es un dispositivo muy importante de guardia de abogados, permanentemente hay cambio de personal. Un mismo niño o niña, una misma familia, pueden ser atendidos a lo largo de un año por tres profesionales distintos. Lo cual redunda en una atención inadecuada, un deterioro general del sistema de protección integral de derechos de la niñez.
– Cuando el oficialismo porteño responde esto dice que efectivamente el presupuesto social en realidad creció en términos numéricos pero bajó en términos porcentuales porque se agregó al presupuesto general el tema de la Policía Metropolitana, ¿qué tanto hay de cierto en eso?
– Eso es una manera de justificar la falta de compromiso y prioridad que tienen con las políticas de infancia. Hay una mirada que pone la prioridad en la policía y las políticas que tienen que ver con el maquillaje de la ciudad. Debería haber un aumento general sostenido en el tiempo.
Por ejemplo, el tema hogares para niños y niñas que están sin cuidados parentales, son víctimas de violencia o han sido abandonados. En la CABA hay una política de contratación de hogares por convenio con organizaciones no gubernamentales, algunos de los cuales son muy buenos y cumplen una tarea importante, pero la mayoría en 2015 tienen sede en la provincia de Buenos Aires, en Villa Elisa, en Longchamps, entre otros. Eso hace muy difícil, en primer lugar, el contacto de los chicos con sus escuelas y su familia ampliada, es un problema serio, que no tiene que ver con el presupuesto directamente sino con la concepción de la política pública. Claro, es más barato alquilar en provincia de Buenos Aires, en un lugar alejado, que alquilar o comprar una casa grande para albergar niños en la ciudad. Me parece que en esto hay un déficit muy grande del gobierno de la Ciudad.
– ¿En términos de políticas de género cuál fue la política del macrismo?
– En el tema de género y los programas y políticas de la Dirección General de la Mujer, podemos advertir y señalar que la ciudad cuenta con siete Centros Integrales de la Mujer (CIM), que son los mismos que existen desde 2003. El último CIM fue inaugurado en Lugano en 2003. Lo único que hizo el gobierno de la Ciudad después fue convertir al de la calle 24 de noviembre, que tenía atención diurna, en uno de atención las 24 horas. Le agregó el turno noche. Y creó un refugio para víctimas de trata que funciona y articula con los juzgados federales. En ocho años son las dos cosas que hizo para mujeres en situación de violencia.
La falta de formación en general de perspectiva de género en el gobierno de la Ciudad es muy alta. Intentamos seguir el Plan de Igualdad de Oportunidades y Trato que existe y es una ley de la ciudad, pero es de escaso cumplimiento.
Lo mismo pasa con otros temas vinculados a las mujeres como aborto no punible. Mauricio Macri vetó la ley que se había votado en la legislatura porteña e intentó aplicar un protocolo en los hospitales públicos que obstaculiza el acceso a las mujeres que necesitan interrumpir un embarazo de forma legal (violación o cuando representan riesgo para la salud o vida de la mujer) de acuerdo al fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Afortunadamente fue interceptado por la Justicia y ahora se tiene que acatar el marco que puso la Corte, pero eso es en contra de la voluntad del Pro, que obstaculiza estos temas de manera permanente.
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