16 noviembre, 2015
Aluvión
Por Marcelo Padilla, desde Mendoza. Hoy la política ha rebalsado los platos y los vasos. La sopa despejada de moscas. Las dirigencias cómodas, los escritorios de los funcionarios, los expedientes, hoy no mueven una aguja. Se discutirá más luego todo eso pero hoy solo hay lugar para una decisión entre dos polos, ideológicos, biodegradables, o como quieran llamarles.

Por Marcelo Padilla, desde Mendoza. Es lluvia la calle y toda la ciudad y la provincia se limpian del polvo de meses. Cielo gris pero no negro, gotas en las ventanas y en los lentes, en los vidrios de los cafés y, en las casas, las goteras. Se salva eso, con un fuentón, y así seguimos. El agua bendice y la chipica brota desde las entrañas de la pacha. El país es un torbellino de coros y cantos y gritos y puteadas que maldicen. Momento único. Historia del presente. Bisagra tal vez y ese beso de dos adolescentes empapados en la plaza. Amor y odio. Rabia, enjundia. Adusto gesto del hombre que maneja en un tráfico vomitivo.
La vida en un día. Días frescos pero con temperatura corporal afiebrada. Leales, nuestra argentinidad, briosa, en las verdulerías de los barrios. Suenan las sirenas, queman las heladeras en un espasmo histérico. Es el país que se da vuelta como una media.
La sociedad toda metida y enredada en una discusión que va de las redes sociales hasta el almuerzo, pasa por los colectivos y taxis, se cuela en las clases de los colegios y universidades, fábricas y esquinas fosilizadas por la pasmosa identidad de los quiebres sísmicos. Estamos en un año sísmico.
La política gana una vez más la mente de los delirantes en los llamados nosocomios. Locos y presos, gerentes y bodegueros, pelotas de trapo echadas al viento que lleva y trae escupidas de agua de un dios que no da la cara. El amor o el odio. Los errores burocráticos oficiales y los anuncios tenebrosos de la oposición.
Hoy la política ha rebalsado los platos y los vasos. La sopa despejada de moscas. Las dirigencias cómodas, los escritorios de los funcionarios, los expedientes, hoy no mueven una aguja. Se discutirá más luego todo eso pero hoy solo hay lugar para una decisión entre dos polos, ideológicos, biodegradables o como quieran llamarles.
Un movimiento de atrevidos ha movido el avispero en el país y a la contra eso le está doliendo porque responde con agravios, ironías y sorna. Son los que no quieren pensar, son los que solo reaccionan encuadrados en una ola amarilla como el periodismo que se pinta y autecelebra por lo hecho en estos años de meta y ponga.
De este lado del mostrador, miles de errores. Confort. Pero a esos errores se los comen los logros. Y esa es la cuestión hoy en día. Focalizar en los errores o ver los logros. Al convencido dios lo ayuda. Al que madruga no. Hay un despertar tipo doce del mediodía. Pero hay un despertar.
Cientos de miles de seres humanos hundidos en el piélago del mar han llegado a las costas. Son los que traen de las profundidades el tesoro de los pobres diablos. ¿Dónde estaban?, se preguntan en Miami los que quieren un cambio. Pues estaban sumergidos buscándose, nadando en los desiertos, flotando en el sopor de los sillones callados.
Ha pasado algo. Un giro o desvío cósmico que se nutre de las tres marías que están brillando. Y hoy, mal que les pese a los que acostumbran a dirigir, son los atrevidos quienes mandan y marcan la agenda. Defensores. Un equipo de defensores que cuida el primer tiempo en terreno visitante pero que sale en el segundo a comerse la cancha en rodeo enajenado.
Ya mete miedo. Las adhesiones a los movimientos por el Amor Sí, Macri No, son cada vez más grandes. Se suman no solo los peronistas. Y ahí está el gran problema para los guardianes de los barcos. Han venido otros, los del piélago del mar a soltar amarras. A interpelar a la sociedad desde otro lugar. Por abajo y por arriba. Sin dios pero con Patria.
Se vibra una toma de conciencia de que los derechos adquiridos no llegan para quedarse cosificados. Corren peligro y eso implica defenderlos. La creatividad de esa defensa es la estrategia sin guita ni aparato porque basta nomás ver cómo de la nada -como costureras y costureros- se teje un entramado socioafectivo inédito, inesperado, que va más allá de Scioli.
Lo trasciende. Porque la multitud que defiende no tiene un hombre o una mujer solos. Se ha horizontalizado el devenir de la marea popular. Se está construyendo, más allá de los resultados del 22, un capital social y político que hará temblar las estructuras.
Atrevidos y atrevidas. Ni el papa se la juega. Se la juega el aluvión desde el barro. Sin patrones. Han salido a convencer desde el amor. Han confundido a propios y extraños con una canción que pide más contacto físico y menos mediático. Ahí están, fatigando las horas, levantando ánimos caídos, demostrándoles a muchos que será imposible quedarse dormidos.
Marcelo Padilla es periodista, sociólogo y docente de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Cuyo. El texto fue leído en la convocatoria Amor Sí, Macri No del pasado sábado 14 en la ciudad de Mendoza.
Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.