27 octubre, 2015
Enrique Martínez: «El resultado electoral es consecuencia de que nunca respetamos la participación»
Ante los resultados de las elecciones presidenciales de este domingo Radio Sur dialogó con Enrique Martínez, ex presidente del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y actual coordinador del Instituto para la Producción Popular del Movimiento Evita, para conocer su opinión al respecto.
Ante los resultados de las elecciones presidenciales de este domingo Radio Sur dialogó con Enrique Martínez, ex presidente del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y actual coordinador del Instituto para la Producción Popular del Movimiento Evita, para conocer su opinión al respecto.
Martínez se mostró muy crítico de como se llegó desde el mismo kirchnerismo a esta elección y manifestó su preocupación por un posible triunfo de Mauricio Macri en el ballotage ante Daniel Scioli.
– En principio ningún analista, ni partido político, ni periodista preveía este resultado electoral ¿Qué es lo que se puede analizar al respecto?
– Es obvio que ni siquiera los principales protagonistas beneficiados por el resultado lo esperaban. Los gestos del domingo mostraron claramente que no esperaban ganar en la provincia de Buenos Aires ni en otros distritos. Esto indica que lo que sucedió fue más estructural que fruto de la adhesión a un cierto liderazgo.
Respecto a lo que pasó, debo comenzar por decir que me duele enormemente como sociedad, no como partidario de una fórmula. Es la culminación de un proceso donde la democracia se convirtió en democracia delegativa, donde se sostuvo permanentemente que había que adherir a personas y que los ciudadanos tenían que esperar los resultados. Eso viene desde la época del menemismo y más atrás.
Pero el proceso del kirchnerismo lo repitió. En el sentido de que todos los interesantes logros sociales que se consiguieron durante la última década, casi su totalidad, fueron atribuidos a el liderazgo de Néstor y Cristina sin ninguna participación popular relevante.
En consecuencia cuando la gente se aleja de la política lo que quiere es que las elecciones pasen pronto, que se elija a alguien que sea simpático, que administre su realidad sin molestarlo demasiado y comienzan a elegirse personas cada vez menos relevantes, menos intelectualmente líderes y aquí estamos.
Creo que los resultados del domingo muestran una posibilidad de que Scioli gane en segunda vuelta, con muchísimo esfuerzo y apreciando la importancia de establecer un escenario de participación, pero lo de la provincia de Buenos Aires ya es irreversible. Tener a María Eugenia Vidal como gobernadora -y me hago cargo de lo que digo- es un fracaso de la Argentina.
Alguien que va a ser un instrumento de las corporaciones fue elegida a cargo de la provincia más importante del país.
– ¿Considerás que la candidatura de Aníbal Fernández por el Frente para la Victoria era la indicada para disputar la provincia de Buenos Aires?
– No, es la contracara. Todo lo que hizo la organización política que se montó a la sombra del poder, todo lo que hizo La Cámpora fue repetir la lógica que yo acabo de comentar: construir de arriba hacia abajo, sin participación, autoasignándose todo mérito que se pudiera lograr.
El domingo la cúpula de campaña de Aníbal Fernández se reunió en un hotel sin participar del acto del Luna Park lo que demuestra claramente la ceguera, la parcialidad y la falta de realismo de algunos espacios del propio kirchnerismo.
– ¿Qué fue lo que cambió desde las PASO hasta las elecciones generales que produjo que Scioli sacará un menor porcentaje de votos?
– La verdad es que no estoy en condiciones de analizarlo con los resultados tan recientes. No se porque cayó el voto de Scioli respecto de las primarias.
Probablemente Scioli adhirió a algunos aspectos que a la gente le molestaron pero la verdad que no lo tengo muy claro. Lo que si tengo claro es que la política circula por un espacio de marketing donde el votante termina decidiendo por quién lo va a molestar menos o agredir menos o va a permitir que sus ahorros los pueda derivar al dólar de la manera más libre.
Eso nos lleva a un país inestable, complicado, injusto y hacia eso vamos. Una dirección que jamás hubiéramos querido recorrer, pero es consecuencia de que nunca respetamos la participación.
– Si bien todavía falta el ballotage, el resultado del domingo deja al candidato de Cambiemos mucho más cerca de ganar que lo que se podía prever ¿Alguna vez concebiste la posibilidad de que Macri pudiera llegar a la presidencia?
– Si, me imagino a Macri presidente y a Cavallo jefe de asesores. A esta altura del partido dos puntos y medio a favor de Scioli no garantizan que vaya a ganar.
Me imagino a Cavallo, a Melconian, al FMI asesorando, a las grandes corporaciones norteamericanas diciéndole lo que tiene que hacer y él haciéndolo. Claro que me lo imagino. Eso sería terrible para el país.
– Independientemente de quién sea el próximo presidente ¿cuánto poder tiene o tendrá el Congreso, el Poder Legislativo, para contrarrestar un gobierno que quiera dar marcha atrás con ciertos derechos y conquistas populares?
– El Legislativo va a entrar en una etapa de inacción porque va a estar totalmente trabado. El peronismo o el kirchnerismo en particular no va a tener una mayoría en diputados y tampoco la va a tener ningún otro. El Senado va a estar controlado por el peronismo. Así que imagínense un escenario tanto con Macri como con Scioli presidente. Va a ser complicado para negociar.
La forma de negociar que el movimiento popular debería llevar adelante es la participación pero es algo que hay que re-aprender sobre la marcha. Cómo evitar manipular a la gente para pasar a contar con su participación es algo que está perdiéndose. Está en la memoria colectiva de hace una generación pero desde los 90 para adelante hemos hecho todo lo posible para dejarla de lado.
– Vos hablabas de que la política hoy circula por un escenario de marketing, ahora bien desde el 2001 para acá se puede decir que hubo un aumento de la participación política ¿cómo se explica esta contradicción?
– No es cierto que fue creciendo. Basta con mirarlo en términos de generaciones para ver que las manifestaciones de cierres de campaña de Alfonsín y Luder en 1983 no tienen absolutamente nada que ver con los actos de 20 mil, 50 mil personas que es lo máximo que se ha logrado hacer en los últimos tiempos con organizaciones casi administradas.
Creo que los sectores medios y buena parte de los sectores populares se sienten ajenos a la política y han sido manejados a través de consignas por una organización de cuadros que fue llenando los espacios políticos, digitando, diferenciando entre amigos y adversarios. No creo en ese relato del aumento de la participación política. No creo que haya mayor participación política hoy que hace 30 años.
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