19 octubre, 2015

Condenaron a todos los policías imputados por la «Masacre de Quilmes»

Este lunes por la mañana el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de Quilmes condenó a los diez policías acusados de ser responsables -directos o indirectos- de la denominada «Masacre de Quilmes» en 2004 en la que murieron cuatro jóvenes.

Este lunes por la mañana el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de Quilmes condenó a los diez policías acusados de ser responsables -directos o indirectos- de la denominada «Masacre de Quilmes» en 2004 en la que murieron cuatro jóvenes.

La jueza Alicia Anache y los magistrados Armando Topalián y Alejandro Portunato dictaron penas de entre tres y 19 años de prisión para los oficiales, además de una inhabilitación especial perpetua para ocupar cargos públicos al comisario a cargo en el momento de la masacre.

Fueron encontrados responsables de apremios ilegales, tormentos y la muerte sufrida por los jóvenes Elías Giménez (15), Diego Maldonado (16), Miguel Aranda (17) y Manuel Figueroa (17).

El que recibió la pena más alta, a 19 años, fue Fernando Pedreira. Por su parte el comisario Juan Pedro Soria, además de la inhabilitación, fue condenado a diez años, igual que el oficial D’ Elia. Entre tres y cuatro años fue la condena para el resto de los agentes: Basilio Vujovich, Guzmán, Jorge Gómez, Franco Góngora, Gustavo Altamirano, Humberto Ávila y Elizabeth Grosso. A este último grupo se les otorgó la prisión domiciliaria monitoreada con pulsera.

Según informó Andar Agencia, Isabel Figueroa, la mamá de Manuel dijo entre lágrimas al salir de la audiencia: “La lucha fue buena no sé qué más decir. Queríamos que todos fueran condenados, y lo bueno es que todos tienen condenas efectivas, aunque hay unos que van a la casa y yo a mi hijo no lo tengo en mi casa, ellos se van a la casa».

«Me di el gusto de gritarles ¡asesinos!, quería decirles tantas cosas pero bueno, no me salió. Se hizo un poquito de justicia después de 12 años que se cumplen mañana, y la larga caminata dio sus frutos”, añadió.

Pelagio Giménez, papá de Elías, opinó que “la condena va a sentar un buen precedente para todos los policías y de que se puede hacer justicia si los familiares luchan. Nosotros siempre tuvimos esperanza y esperábamos una sentencia pero nos sorprendieron los jueces y yo estoy muy agradecido. También por los 11 años de lucha sin peleas, sin problemas, llevamos cuarenta y pico de días de juicio oral y de nuestra parte nunca hubo un inconveniente”.

Por su parte Margarita Jarque, la abogada a cargo del programa de litigio estratégico de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), organismo que realizó una veeduría durante el juicio, consideró que “esto construye fundamentalmente un sentido de justicia: nadie ha quedado absuelto, se ha condenado para las pruebas que había de un modo ejemplar, sobre todo al comisario y a quienes tenían una mayor responsabilidad».

Además subrayó que «hay reparación para las familias después de una lucha de tantos años, por tanta unidad en esa lucha, que han sido realmente un ejemplo. Pensando una proyección por fuera de este juicio, si bien no hemos visto la sentencia es un precedente muy importante para un montón de hechos de este tipo que han sucedido y siguen sucediendo en la provincia de Buenos Aires y en todo el país”.

“Si a tu hijo lo llevan detenido y es menor de edad plántate en la puerta de la comisaría y no lo abandones. Porque cuando a mi hijo lo llevaron detenido por un error nosotros pensamos que ya iba a volver a casa y lo devolvieron en una bolsa de residuos», relató Giménez y concluyó: «Esto no puede volver a pasar nunca con nadie, porque aún si uno es culpable de algo no puede pagar así lo que hizo, no con la muerte”.

El 20 de octubre de 2004 a la noche, 17 adolescentes detenidos en la Comisaría 1° de Quilmes iniciaron una quema de colchones a modo de protesta por los malos tratos recibidos. Siete estaban en un calabozo y los restantes diez en otro.

Esa tarde, los policías habían ingresado a las celdas, los hicieron desnudar y los golpearon, una práctica que en el juicio fue denunciada como «sistemática». Incluso, testigos declararon que los detenidos eran obligados a pelearse entre sí y los uniformados “apostaban” a ver quién ganaba.

Ante el incendio los oficiales dejaron a los jóvenes dentro de las celdas sin tomar ninguna medida. Varios sufrieron intoxicación y quemaduras de distinta índole mientras que Elías, Diego, Miguel y Manuel no sobrevivieron.

 

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