Anulan temporalmente el intento de juicio político contra Dilma

El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil intervino a pedido de un diputado oficialista y suspendió el intento de juicio político a la presidenta Dilma Rousseff que impulsaba desde la oposición Eduardo Cunha. En vez de mayoría simple como pretendía, necesitarán tres cuartos de la cámara para iniciar el proceso.

El intento de la oposición brasileña de iniciar un juicio político a Rousseff y destituirla quedó temporalmente anulado el martes gracias a la intervención del STF. El magistrado Teori Zavaski  dio lugar a la solicitud del legislador del Partido de los Trabajadores (PT) Wadih Damous, que obliga a contar con el sufragio de tres cuartos de la Cámara de Diputados y no de mayoría simple como planteaba Cunha (PMDB) para comenzar un juicio político a la jefa de Estado.

Para poder proceder con el impeachment la oposición necesitaba el consenso pleno del STF, con lo cual quedó suspendida la posibilidad. A su vez, desde el tribunal exigieron al jefe de la bancada de diputados que promovía la investigación a la presidenta una explicación acerca de la interpretación que realizó de las normas de la cámara que lo llevaron a plantear la votación.

Desde el gobierno reafirmaron que cualquier intento por avanzar con un juicio político contra la presidenta Rousseff será interpretado como una «ruptura constitucional» mientras que desde otros países latinoamericanos se solidarizaron con la lideresa del PT, como el caso de Venezuela. El presidente Nicolás Maduro advirtió que no se quedará callado ante los intentos golpistas que se gestan contra su homóloga brasileña, Dilma Rousseff. “Llamaremos a consultas y apoyaremos los movimientos sociales en Brasil”, aseguró Maduro.

Cunha, el principal referente opositor, pertenece al Partido Movimiento Democrático de Brasil (PMDB) que es, paradójicamente, aliado del PT en el gobierno. Hace meses es la cara visible de un grupo de dirigentes que quieren a toda costa destituir a Dilma del gobierno. En este caso, el argumento era una supuesta maniobra fiscal para acomodar las cuentas públicas. Pero en los últimos meses el dirigente recibió de otros legisladores alrededor de 20 solicitudes de impeachment que rechazó por inconsistencias jurídicas.

Brasil atraviesa una fuerte crisis económica y política hace meses que incluye la devaluación de la moneda y grandes manifestaciones contra el gobierno del PT.

Pero, como decía Notas, la cruzada por el pedido de juicio político (“impeachment”) no sólo no tiene sustento legal sino que incluso ha dividido a las fuerzas opositoras y grupos de poder de Brasil. Por ejemplo, cámaras empresarias de San Pablo y Rio de Janeiro a principio de mes mostraron apoyo e intenciones de “mantener la estabilidad”. “Es momento de responsabilidad, diálogo y acción”, dijeron en una carta. También el titular de la Confederación Nacional de la Industria (CNI), Robson Andrade, se declaró en contra del impeachment porque “las instituciones deben ser respetadas y Rousseff fue elegida”. Tampoco el compañero de partido de Cunha, Renan Calheiros, presidente del Senado, apoya el pedido de juicio político.

Seguirán las idas y venidas en las próximas semanas de interpretación de reglamentos y leyes, presentaciones judiciales e intervenciones de los tres poderes del Estado. Lo cierto es que la situación en Brasil no tiene una salida cierta y tanto desde el gobierno como de las organizaciones políticas y sociales que adhieren al mismo se teme que alguna de las maniobras termine por dar en el país un «golpe a la paraguaya».