30 septiembre, 2015
Aborto y educación sexual: la hipocresía de María Eugenia Vidal
Por María Paula García. La vicejefa de gobierno porteño por el PRO y candidata a gobernadora de la Provincia de Buenos Aires por Cambiemos, María Eugenia Vidal, expresó su opinión sobre el aborto. “Yo estoy a favor de la vida. Ninguna mujer elige abortar”, afirmó. Una manera florida de decir, en realidad, que no está a favor de la despenalización y legalización de la interrupción voluntaria del embarazo.

Por María Paula García. La vicejefa de gobierno porteño por el PRO y candidata a gobernadora de la provincia de Buenos Aires por Cambiemos, María Eugenia Vidal, expresó su opinión sobre el aborto. “Yo estoy a favor de la vida. Ninguna mujer elige abortar”, afirmó. Una manera florida de decir, en realidad, que no está a favor de la despenalización y legalización de la interrupción voluntaria del embarazo.
La declaración no sorprende en absoluto. No refleja ningún cambio, valga la paradoja, de la candidata de Cambiemos. El PRO como fuerza política no sólo ha vetado el protocolo para la atención de los abortos en aquellos casos permitidos por la ley que aprobó la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires en 2012, sino que además ha votado en contra de leyes ampliatorias de derechos a nivel nacional, como la de matrimonio igualitario y la de fertilización asistida. Eso sí, todos los años celebra el “Día de los derechos del niño por nacer”, una fecha antiabortista instituida por Carlos Menem en 1998.
Sin embargo, los dichos de Vidal llaman la atención. Tanto por la tergiversación de la realidad que contienen, como por su caradurez extrema.
No es verdad que una mujer no elige abortar. En Argentina se practican 500 mil abortos anuales y, así como no hay políticas que asuman al aborto como un problema de salud pública, tampoco hay un estudio oficial exhaustivo que provea información sobre quiénes son esas mujeres y por qué tomaron esa decisión. Los únicos datos disponibles son los sistematizados por las Socorristas, una red de feministas que acompañan a mujeres que deciden abortar utilizando Misprostol y que viene ayudando a reducir las muertes por abortos inseguros.
Según los datos publicados por esta red, en lo que va del año 1293 mujeres abortaron con este método de forma segura y mientras que un 30,1% de ellas decidió interrumpir su embarazo porque no está incluido en su proyecto de vida, el 25,1% lo hizo por no querer ser madre en ese momento.
Las mujeres que abortan eligen hacerlo. Y lo hacen incluso arriesgando su vida en un aborto inseguro. Lo que varía en cada mujer son sus razones y motivaciones más íntimas. Es por ello que la declaración de Vidal, politóloga graduada de la Universidad Católica Argentina, no sólo es errónea, sino que además es nociva: no coloca a las mujeres en el lugar de sujetas que deciden sobre sus cuerpos y sus vidas, sino en el lugar de seres infantiles y pasibles de ser tuteladas.
Pero eso no es todo. Porque además agregó que “el Estado tiene que hacer una autocrítica de por qué una mujer tiene que llegar a esa decisión, que nunca es libre. Debe dar educación sexual que necesitan y acompañarlas”. Para terminar diciendo, finalmente, que «muchas jóvenes tienen hijos porque carecen de otro proyecto de futuro debido a que no pudieron terminar el secundario o no consiguen trabajo. En esas chicas no hubo un Estado presente».
Sería bueno que la autocrítica del Estado comenzara por ella misma, que ha sido ministra de Desarrollo Social durante la primera gestión de Mauricio Macri y vicejefa de su gobierno durante esta segunda gestión que está por finalizar. Porque si hay algo que no viene haciendo el PRO en la Ciudad de Buenos Aires es acompañar a las mujeres.
En el 2014 el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires destinó para el cumplimiento de la educación sexual integral apenas un 0,001% de su presupuesto. Y si tomamos la partida del Ministerio de Educación, veremos que los fondos destinados para ello representan sólo el 0,006%, 805 mil pesos que además son en su mayoría destinados a organizaciones no gubernamentales que dan talleres en colegios.
Los datos surgen del Monitoreo de la Ley de Educación Sexual de la Ciudad, elaborado por los equipos de educación y salud de La Fábrica Porteña y hablan por sí solos: se destinan 105 mil pesos a la financiación de capacitaciones, materiales o formación específica.
Pero todavía hay más. El mismo monitoreo revela que “si tomamos el conjunto de programas asociados con la difusión, prevención, atención y asistencia de cuestiones asociadas con el ejercicio de los derechos sexuales de los porteños y porteñas, vemos que esta problemática dista de tener un respaldo fiscal que nos haga pensar en la posibilidad de obtener resultados favorables».
«En concreto», afirman, «durante los siete años de gestión PRO, identificamos de manera variable y en todos los casos prácticamente sin financiamiento la presencia alternativa de programas y subpartidas asociadas con esta problemática».
Para concluir, también dan cuenta de que «la sumatoria de asignaciones presupuestarias de los programas asociados a los derechos sexuales nunca superó los 4.795.000 pesos de 2010, y el presupuesto agregado de estos programas contemplado para este año, con 2.992.000 pesos, representa el 0,0049% del presupuesto total del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires”.
¿A qué Estado y a qué autocrítica se referirá Vidal en sus declaraciones? Está claro que las motivaciones que tienen las mujeres al decidir interrumpir un embarazo no deseado / no planificado son diversas y también que en dichas decisiones hay una responsabilidad del Estado en el déficit o en la ausencia de desarrollo e implementación de políticas públicas.
Es típico. Los mismos que se dicen fervientes defensores de la vida y se oponen a que mujeres puedan abortar en condiciones seguras son los mismos que les quitan la posibilidad de acceder a una educación sexual integral y a métodos anticonceptivos para evitar embarazos no deseados. Los mismos que celebran el «día del niño por nacer» son los que no generan vacantes en el nivel inicial o tercerizan a través de punteros u ONGs centros de primera infancia que no son otra cosa que guarderías para los hijos e hijas de las mujeres sin recursos. Los mismos que hablan de acompañar a las mujeres son los mismos que desarman programas de atención a víctimas de delitos sexuales e invisibilizan otros para combatir la trata de personas.
Pero en campaña se puede decir cualquier cosa. Y mientras que otro exponente del PRO como Miguel Del Sel llegó a decir que las niñas de 12 o 13 años se embarazan para cobrar la Asignación por Embarazo y luego la Asignación Universal por Hijo, para Vidal las jóvenes se embarazan porque carecen de otro proyecto de futuro.
Diferentes opiniones pero un mismo sustrato ideológico: la estigmatización del embarazo adolescente en jóvenes de bajos recursos, el desprecio por los derechos y la autonomía de las mujeres hechos política cotidiana. Cambiemos.
@MariaPaula_71
Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.