América Latina

28 septiembre, 2015

Los pilares que sostienen el modelo neoliberal en Chile

El pasado 11 de septiembre se cumplieron 42 años desde el golpe militar que derrocó al gobierno de Salvador Allende. Hasta el día de hoy siguen vigentes los pilares dictatoriales que abrazan el modelo neoliberal versión chilena, instaurado en dictadura y administrado por todos los gobiernos desde entonces.

El pasado 11 de septiembre se cumplieron 42 años desde el golpe militar que derrocó al gobierno de Salvador Allende. Los bombardeos en La Moneda marcaron el fin de la “vía chilena al socialismo” y el inicio de una de las épocas más oscuras de Chile. Represión y terrorismo de un Estado que persiguió, torturó y mató a miles de personas.

La dictadura de Augusto Pinochet se mantuvo 17 años. El plebiscito de 1988 fue un inédito fin para un gobierno dictatorial, que finalmente entregó el poder en 1990. Pero la historia no necesariamente ha tenido un desenlace feliz. Hasta el día de hoy siguen vigentes los pilares dictatoriales que abrazan el modelo neoliberal versión chilena, instaurado en dictadura y administrado por todos los gobiernos desde entonces.

Pese a ser considerado como una de las economías emergentes en la región (“el jaguar de Latinoamérica”, como se le llamó en los años 90) y ser miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Chile mantiene altos niveles de desigualdad. Mientras el 70% del país vive con menos de ocho mil pesos argentinos y diez millones de personas están endeudadas, el 1% de los más ricos del país concentran el 30% de la riqueza.

Aquí presentamos las reformas hechas por Pinochet que amarran la transición democrática hasta el día de hoy:

  • Constitución Política

Días después del golpe, la junta militar ordenó la creación de la “Comisión Ortúzar”, encargada de redactar la nueva Carta Magna. Es la principal traba para un cambio en el modelo económico social en Chile, pues su principal objetivo fue neutralizar toda posibilidad de transformación. Consagró, por ejemplo, las supramayorías en el Congreso, lo que obliga a que para cualquier cambio fundamental en la Constitución deba existir un acuerdo entre las fuerzas políticas. Además le da protección adicional a través del Tribunal Constitucional, que también funciona con un régimen supramayoritario. Garantiza el rol subsidiario del Estado y el derecho a la propiedad privada tiene la primacía.

Se trata de una estructura casi impenetrable, pese a las reformas que se la han hecho. La más importante fue en 2005 en el gobierno de Ricardo Lagos, cuando se eliminaron algunos “enclaves autoritarios” como los senadores designados y vitalicios (el propio Pinochet fue senador durante ocho años tras la dictadura).

  • Plan Laboral

Creado por José Piñera (hermano del ex presidente) en 1979, instauró una nueva concepción del sindicalismo desmovilizado. Los ejes del proyecto fueron limitar la negociación colectiva a nivel de empresa, permitir el reemplazo de trabajadores en huelga, existencia de sindicatos y grupos negociadores paralelos dentro de una misma empresa y la despolitización sindical.

La reforma laboral propuesta por el actual gobierno de Michelle Bachelet se pensó como superación del Plan Laboral, pero mantiene el rechazo a la negociación colectiva por rama y el reemplazo en huelga vía “servicios mínimos” que debe definir el sindicato.

  • Educación

En 1981, la dictadura decidió permitir la creación de universidades privadas en Chile. Esto inició una creciente mercantilización de la educación superior, marcada por el crecimiento inorgánico de matrículas y la baja progresiva de aportes directos del Estado a las instituciones. Hoy la Universidad de Chile, principal universidad pública del país, solo recibe el 8% de su financiamiento de parte del Estado. Las universidades, bajo la lógica del autofinanciamiento, han debido acomodarse al mercado para sobrevivir. Aparecen así fenómenos como el aumento sostenido de aranceles, la venta de conocimiento y  la flexibilización laboral.

En la educación primaria y secundaria operó la misma lógica: disminución de aportes del Estado, descentralización (escuelas pasaron a los municipios) y priorización en el crecimiento de la educación privada.

  •  Salud

La Ley de Instituciones de Salud Previsional (Isapres) de 1981 marcó el inicio del actual sistema de salud chileno, donde los subsistemas público y privado compiten entre ellos. Al igual que en educación, la disminución de aportes, descentralización y priorización de salud privada terminó precarizando la salud pública.

Las Isapres tienen ganancias millonarias todos los años (en 2014 aumentaron sus ganancias en 50%, pese a ser un año de “desaceleración económica”), mientras el costo de la atención se sostiene en los bolsillos de las personas.

  • Sistema de pensiones

Creadas también en 1981, las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) instalaron un régimen de capitalización individual. Son empresas privadas con fines de lucro que administran recursos de todos los chilenos, utilizando ese dinero para especulación e inversión en el mercado. Las pensiones, por su parte, son muy bajas e insuficientes.

  • Privatización del cobre

Otra obra de José Piñera. El cobre había sido renacionalizado por Salvador Allende, pero a través de la Ley de Minería se privatizó. Actualmente el 70% de la minería está en manos de privados. 

  • Privatización del agua

El Código de Aguas aprobado en dictadura y vigente hasta hoy permite la propiedad privada sobre el agua y el derecho a comercializar sobre ella.

En 2012, el Congreso aprobó la llamada Ley de Pesca, que entrega derechos de explotación marítima a siete familias a perpetuidad. Controlan más del 70% de la capacidad pesquera de un país que tiene más de seis mil kilómetros de costa.

  • Privatización de empresas del Estado

La periodista Maria Olivia Monckeberg presenta en su libro El Saqueo de los grupos económicos al Estado chileno cómo fue el proceso de privatización de empresas del Estado entre 1985 y 1989. Fueron 30 empresas que generaron una pérdida de más de mil millones de dólares.

Uno de los ejemplos más gráficos es la Compañía de Acero del Pacífico, vendida en cien millones de dólares cuando su valor era de 800. Aparecen también la azucarera Iansa, Endesa, Chilectra, el Banco de Chile y la Sociedad Química y Minera de Chile (SQM).

Esta última es la minera no metálica más grande del mundo. Fue privatizada en 1987 y entregada a Julio Ponce Lerou, ex yerno de Pinochet. En 2014 y durante todo este 2015 ha estallado una de las peores crisis políticas en el último tiempo en Chile, ligadas al financiamiento ilegal de la política. SQM tiene 11 millones de dólares en boletas sin justificar, que le permitieron eludir impuestos y financiar transversalmente las campañas de la derecha y de la Nueva Mayoría.

Francisco Parra


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