23 septiembre, 2015
El miércoles se queda corto: No me ama
En Notas – Periodismo Popular entendemos que, en los tiempos que corren, no siempre se dispone de dos horas para ver una buena obra cinematográfica. Por eso te acercamos, semana a semana, los mejores cortometrajes al alcance de un click. Hoy: No me ama, de Martín Piroyansky

En Notas – Periodismo Popular entendemos que, en los tiempos que corren, no siempre se dispone de dos horas para ver una buena película. La realidad es que no hace falta tanto tiempo para ver qué historias tienen para contar realizadores de todo el mundo y por eso te acercamos, semana a semana, los mejores cortometrajes al alcance de un click. Hoy: No me ama, de Martin Piroyansky.
Cuando se trata de neurosis, sobre todo en lo amoroso, la guerra pasa, como por ningún otro lugar, por la cabeza. Esto lo entendieron muchos directores a lo largo y ancho de la alameda del cine. Desde Allen hasta Wong Kar Wai, lo que no se dice y se muestra quedó en nuestra retina y en nuestro estómago a través de personajes hiper racionalizados que en lugar de hablar piensan y en vez de actuar… piensan un poco mas. Piroyanski, su director y protagonista, lo entendió. Y lo plasmó en imágenes. Y, encima de todo eso, lo narró.
Martín y María son una pareja de jóvenes que decide hacer un viaje a Colonia, Uruguay. El chico supone que unas vacaciones le darían un poco de oxígeno a la relación tras dos años de apacible armonía. Sin embargo, estas suposiciones se extienden hacia una cadena de elucubraciones que lo llevan a darse cuenta de algo que dispara su psicosis: en todo su noviazgo, María nunca le dijo que le ama. Paseos, caminatas por la playa, noches en el hostel y arrumacos admirando el atardecer son atravesados por las discusiones que tiene Martín con él mismo intentando decidir qué hacer respecto a la no-explicitación de amor de su pareja. Finalmente, se decide: tiene que dejarla.
Lo que a simple vista puede ser visto como un melodrama pastoso de una pareja de hippies con OSDE, se ve corrido a un costado a los primeros minutos del corto: la gracia de Piroyansky, ya reconocible a la distancia, se ve potenciada desde la sola presencia de su voz, que acompaña en off durante todo el relato sin restarle fuerza a las imágenes en forma alguna.
La producción, compuesta sólo por siete personas (incluidos los actores), corrió a cargo casi de forma completa por su director. Según el propio Piroyansky el guión era leído durante el rodaje por su asistente de dirección dándole el pie a los intérpretes para ejecutar sus acciones. Esto da cuenta de lo ajustado del mecanismo que hace funcionar tan bien este corto.
Su simpleza y aparente espontaneidad está tan bien lograda que realmente le hace juego a la identificación con los espectadores, llegando incluso a olvidarnos que una voz en off (tan mal vista por la academia) nos describe lo que ocurre convirtiéndose en otro personaje adentro de la historia.
Los paseos en Colonia podrían ser un fin de semana en Colón, una tarde en las sierras de Córdoba o una noche en el Abasto. Lo que le pasa a Martín nos pasó a todos y este joven director no dudó en calzarse la camiseta más pesada para contarlo.
Iván Soler – @vansoler
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