22 septiembre, 2015
Científicos del CONICET crean tejas a partir de caucho reciclado
Un equipo de investigación del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) que trabaja en el Centro Experimental de la Vivienda Económica (CEVE) viene desarrollando desde hace dos años un proyecto para elaborar tejas de caucho reutilizando neumáticos viejos.
Un equipo de investigación del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) que trabaja en el Centro Experimental de la Vivienda Económica (CEVE) viene desarrollando desde hace dos años un proyecto para elaborar tejas de caucho reutilizando neumáticos viejos.
Según la investigadora Rosana Gaggino -integrante del equipo del CONICET en el CEVE- «el uso del caucho es muy interesante ya que es un residuo que tiene muy poco reciclaje actualmente». Hoy por hoy se usa «para sustratos de canchas deportivas, aplicaciones muy puntuales, pero la gran mayoría de los neumáticos van a parar a los predios de enterramiento”, añadió Gaggino.
Por eso este proyecto cumple una doble función: la creación de un material alternativo a las tejas de cerámica y hormigón; y al mismo tiempo favorece el cuidado del medio ambiente.
El caucho tarda 500 años en degradarse y ante la imposibilidad de reutilizarlo se acumula en basurales a cielo abierto. Allí juntan agua en su interior lo cual, como explicó la investigadora del CONICET, “hace que proliferen mosquitos como el dengue y acarrea un problema sanitario bastante grande”.
Los ensayos realizados hasta el momento dan cuenta que estas tejas son más flexibles que las convencionales ya que se arquean pero no se fracturan. Esto también les permite brindar una mejor respuesta al impacto de piedra o granizo, mostrando una mayor resistencia.
Por otra parte los resultados sobre la conductividad térmica son superiores a los de la teja común ya que “el material tiene baja conductividad así que son muy aislantes”, aseguró la científica. Además demostraron tener buena reacción ante los estudios que midieron la permeabilidad al vapor de agua y al aire.
El caucho no es el único elemento que utiliza para fabricar este nuevo material, también se componen de una proporción de plástico, como el polietileno, que tiene un punto de ablandamiento bajo y actúa como ligante.
Al respecto Gaggino apuntó: “Tenemos un equipamiento importante que es una maquina extrusora con una prensa que comprime la mezcla con la que estamos haciendo las primeras experiencias para usar la formula mas adecuada». «Probamos distintos plásticos, dosificaciones y variamos la proporción”, concluyó.
¿Cómo se fabrican?
«Las tejas se hacen mediante un proceso de fusión de plásticos», señala el CONICET en su página web. La investigadora explicó al respecto que hay que tener la precaución de que el plástico que se use tenga un punto de fusión por debajo de la descomposición del caucho, lo cual, según su apreciación “limita un poco el proceso”.
Por ejemplo, el polietileno se funde a bajas temperaturas con respecto a otros plásticos, mientras el caucho no se funde, si no que se descompone a los 300 grados. Por eso el equilibrio entre los componentes debe ser muy preciso.
“Tenemos un compromiso entre la temperatura de fusión del polietileno para que no alcance la temperatura de descomposición del caucho. A su vez todo esto incide en la viscosidad de la mezcla. Si uno lo hace a bajas temperaturas esta aumenta bastante y eso hace que los motores se sobrecarguen y exista deterioro de las máquinas”, detalló Gaggino.
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