Europa

16 septiembre, 2015

Elecciones en Grecia: entre la incertidumbre y la desmoralización

El próximo domingo 20 de septiembre se llevará adelante una nueva elección general en Grecia en un escenario marcado por la disputa entre la coalición de izquierda, Syriza, y los conservadores de Nueva Democracia. No obstante, según las encuestas, ningún partido logrará la mayoría para formar gobierno por sí solo.

El próximo domingo 20 de septiembre se llevará adelante una nueva elección general en Grecia. Se trata de la segunda elección de este tipo en el 2015 y la quinta en los últimos seis años. Syriza busca que Alexis Tsipras pueda ser elegido nuevamente como primer ministro luego de renunciar a su cargo por haber firmado un acuerdo que iba en contra de algunos de los planteos de su programa electoral. Mientras que los conservadores de Nueva Democracia buscan volver a ocupar un lugar central en la política del Estado heleno.

Según la encuesta realizada por el instituto demoscópico Pro Rata publicada el viernes por el diario Efimerida ron Syntakton, Syriza obtendría un 28,5% de los votos y Nueva Democracia 23,5%. En tercer lugar se ubicaría el partido fascista Amanecer Dorado -que hace campaña por expulsar a los refugiados- con el 6,5% de los votos.

El partido comunista (KKE) y el partido socialdemocrata (PASOK) apenas alcanzarían el 4,5%. Y peleando por alcanzar el 3% para tener diputados se encuentran el partido liberal To Potami, los nacionalista de ANEL y Unidad Popular (la plataforma que rompió con Syriza luego del acuerdo).

De acuerdo a este estudio, por ahora ninguno de los dos candidatos con más posibilidades obtendría la mayoría de los diputados necesarios para formar gobierno sin realizar alianzas, mientras que el armado de un gobierno de unidad entre Syriza y Nueva Democracia sería apoyado por el 35% de los votantes.

Ante un escenario pos-electoral aún incierto ambos partidos se disputan los votos de los indecisos que llegan al 17,5%.

El centro de estudios Bridging Europe, con un sondeo realizado el pasado 4 de septiembre, determinó que el 73% de los encuestados se declaran insatisfechos con las propuestas de todos los partidos. En esa encuesta el 53% de los griegos desea que el nuevo gobierno esté formado por «no profesionales de la política».

Mientras se da la campaña electoral en el país hay un gobierno interino presidido por Vasiliki Thanou (presidenta del Tribunal Supremo de Justicia). Asimismo miles de refugiados arriban a Grecia y decenas mueren naufragando en sus costas. La crisis de los refugiados parece haberse impuesto en el centro de la agenda de debate y haber corrido de ese lugar al acuerdo firmado por el gobierno de Syriza.

Syriza vs Nueva Democracia

Este lunes se llevó adelante el segundo debate televisivo entre el candidato de izquierda Alexis Tsipras y el conservador Vangelis Meimarakis en la televisora pública ERT reabierta por el gobierno de Syriza.

En el debate Tsipras rechazó la posibilidad de que Syriza conforme un gobierno de coalición con Nueva Democracia en el caso de resultar vencedor. A su vez, se mostró confiado en obtener la mayoría con sus aliados de ANEL. También destacó que «cuando me encomiende el presidente la formación de un gobierno, intentaré que sea el más amplio posible».

La propuesta de Syriza se concentra en tratar de disminuir las consecuencias sociales del nuevo acuerdo que establece recortes en pensiones, privatizaciones de empresas estatales y aumentos del IVA -entre otras medidas-. Entre sus propuestas más ambiciosas se destaca la creación de 300 mil nuevos empleos en los próximos años y fundar una nuevo banco de desarrollo utilizando el nuevo programa de inversiones logrado con el acuerdo. Otras fuentes de financiamiento presentes en su programa se obtendrían a partir de atacar el fraude fiscal y la corrupción.

Por su parte, Meimarakis de Nueva Democracia propone conformar un gabinete de unidad entre las fuerzas pro-europeas (entre ellas Syriza) y tecnócratas que se encargue de gestionar el nuevo acuerdo firmado en julio. En el debate del lunes el candidato conservador acusó a Tsipras por generar confusión con su programa como se demostró a la hora de firmar el Memorándum.

Otra de las críticas conservadoras a Syriza se dio en torno a la crisis de los refugiados. Meimarakis acusó al partido de izquierda de fomentar que los «inmigrantes ilegales» se dirijan a Grecia. Y Tsipras respondió sosteniendo que se trata de una crisis «compleja» y condenó el análisis del conservador por hablar de «inmigrantes ilegales» y no de «refugiados escapando de la guerra».

Poco apoyo a las fuerzas anti-Memorándum

La mayoría de los griegos rechaza las políticas de ajuste neoliberal pero como marca una encuesta realizada por Pro Rata a fines del mes de agosto, el 68% considera que había que aceptar el acuerdo a cualquier precio. Esa contradicción en esta elección se salda por el lado más negativo cuando se analizan las expectativas electorales de las fuerzas políticas que se oponen al acuerdo.

El caso más interesante para analizar es el de Unidad Popular. Panagiotis Lafazanis (ex ministro de Energía), Zoi Kostandopoulou (presidenta del parlamento) y Manolis Glezos (ex-eurodiputado y referente histórico de la lucha antifascista) eran referentes importantes de Syriza que no han aceptado el acuerdo y ahora conforman Unidad Popular. La nueva plataforma no ha podido aún captar ni siquiera los votos que Syriza ha perdido entre la elección de enero y la actual.

Este martes en su acto central en Atenas Unidad Popular tuvo el apoyo de dirigentes de Podemos de España como los parlamentarios andaluces Jesús Rodríguez y Jesús Romero. Rodríguez declaró horas antes que «las perspectivas para Unidad Popular son muy difíciles, pero si no hay nadie del OXI en el nuevo parlamento será un desastre». «Se trata de una cuestión principios», agregó.

Los votos de quienes están en contra del acuerdo tampoco engrosan el apoyo de otros partidos de izquierda como el KKE.

La desmoralización y la anti-política

En enero las elecciones en Grecia fueron seguidas con atención desde todos los lugares del mundo. Se trataba de unos comicios dónde se enfrentaba la esperanza de terminar con las políticas neoliberales que predominaron en Europa en las últimas décadas contra el miedo conservador. En septiembre las expectativas y los niveles de confrontación son los mismos.

El acuerdo apoyado por Syriza como la «única vía posible» ha generado una fuerte desmoralización entre quienes lo apoyaron y aún lo apoyan. También ha generado el resurgimiento de la anti-política de quienes consideran que gane quien gane todo será similar.

El domingo Grecia tendrá las elecciones que menos entusiasman a su población en lo que va del 2015, las consecuencias aun son inciertas aunque no dejarán de ser decisivas para el curso de la crisis griega.

Lucas Villasenin – @villaseninl

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