4 septiembre, 2015
Antiprincesas máximas
Sudestada y Chirimbote editaron unos hermosísimos libros de cuentos que apuestan por subvertir los roles tradicionales de los cuentos de hadas apostando por historias de mujeres fuertes, independientes y rebeldes. Frida Kahlo y Violeta Parra son las primeras antiprincesas.

La naciente editorial Chirimbote, en coedición con Sudestada, ha comenzado a editar unos bellísimos libros de cuentos dentro de una serie que han decidido titular “Antiprincesas”. La apuesta fundamental es la de presentar modelos diferentes para las niñas actuales, contando historias con mujeres protagonistas que se hayan destacado por su rebeldía y apasionamiento, logrando abrir un camino propio en un mundo de hombres.
Al momento de la fiesta de disfraces los niños corren (corrimos) con absoluta ventaja respecto de las niñas. Se puede optar por ser durante un rato Spiderman, Batman o cualquiera de los Vengadores, un pirata o un cowboy si uno se inclina por lo vintage o, la fácil, cualquier héroe del deporte.
Las nenas, en cambio, suelen ver bastante acotadas sus elecciones. Hasta hace unos años el reinado de las princesas era indiscutible. Ahora, como para empeorar el panorama, también se ha popularizado el disfraz de monja, gracias a una telenovela que no vamos a condescender a mencionar.
¿Pero concretamente qué hacen las princesas de los cuentos? Prácticamente nada. “No tienes más que hacer que ser hermosa”, supo decir Miguel Hernández en un desafortunado verso. Esta duerme hasta que viene el príncipe a despertarla con un beso, aquella es expulsada de la casa y tiene que ser cobijada por una troupe de enanos mineros, mientras la de más allá espera sentada a que le devuelvan el zapatito perdido. Nada. Meros objetos bellos y pasivos para que los hombres demuestren su heroísmo e inteligencia y, finalmente, las merezcan. Las únicas mujeres activas y autodeterminadas de los cuentos son, no casualmente, las brujas malvadas.
Si bien este modelo tradicional de mujer propuesto mayoritariamente por el universo de películas, series y juguetes para niñas parece venir cambiando hasta en el centro mismo de Mordor (Mérida, la heroína de Brave, producto Disney-Pixar, se la banca muchísimo), lo cierto es que la cosa viene muy lenta y hace falta echar mucha más leña al fuego.
Antiprincesas es la apuesta con la que nació la asociación editorial entre Sudestada y Chirimbote a mediados de este 2015. La idea matriz era la de proponer modelos para las niñas (y niños, por qué no) que combatan los estereotipos tradicionalmente sexistas de los cuentos de hadas. Por eso los primeros libros de la colección estuvieron dedicados a Frida Kahlo y a Violeta Parra.
Nadia Fink, redactora de la revista Sudestada, fue la responsable del texto de los dos primeros volúmenes de estos cuentos para niñas del siglo XXI: “Contamos historias de mujeres… ¿Por qué?, porque conocemos muchísimas historias de hombres importantes, pero no tanto de ellas… Sabemos de algunas princesas, es verdad, pero qué lejos están de nuestra realidad esas chicas que viven en castillos enormes y fríos. Hay mujeres por acá, en América Latina, que rompieron los moldes de la época”.
Estos personajes femeninos y latinoamericanos, mujeres fuertes y combativas, se proponen como nuevos espejos para que las niñas puedan mirarse. “Nos embarcamos en el desafío de contar historias para chicas y chicos. Esas que no siempre se cuentan o que se cuentan a medias, desde un punto de vista que pone a esos seres un poco lejos y un poco inalcanzables. Hablamos de quienes se animaron y corrieron sus propios límites, de quienes intentaron entender el mundo de otra manera, saltar obstáculos y dejar una obra que está más allá de cualquier tiempo”, cuenta Fink.
Los dos hermosos primeros volúmenes de la serie Antiprincesas se encuentran ilustrados por Pitu, quien también colabora hace tiempo con Sudestada. Su trazo es simple sin ser condescendiente para los niños (las versiones de los cuadros de Frida son todo un placer) y su uso del color es verdaderamente festivo.
Los libros además incluyen actividades didácticas divertidas que pueden ser tomadas por los docentes. En este sentido también el diseño de los libros es dinámico y moderno gracias al aporte de Martín Azcurra. En cuanto a estas decisiones colectivas, explica Fink: “Una de nuestras preocupaciones es tratar de comprender los formatos nuevos que experimentan las chicas y chicos de hoy, donde el lenguaje no es lineal, sino distribuido en múltiples ventanas de la pantalla que interactúan entre sí. Eso nos parece fundamental. Valoramos a las nuevas generaciones y no renegamos de sus cambios y evoluciones, por eso intentamos transformar en arte su mirada nueva sobre el mundo”.
Los textos apuntan a resaltar los logros políticos, artísticos o científicos de sus protagonistas, antes que su faceta romántica. Y no le escapan a temas a priori más delicados de tratar en un libro infantil: se habla naturalmente de la bisexualidad de Frida o de los conflictos que tuvo Violeta con un marido que sólo la quería de ama de casa.
La tercera de la serie será Juana Azurduy, mientras que aún no están definidas próximas heroínas. Se evaluaron Alfonsina Storni y Alejandra Pizarnik, pero sus vidas “demasiado trágicas” no se prestan tan amablemente a la adaptación infantil, también la escultora Lola Mora o Micaela Bastidas, compañera y consejera de Tupac Amaru II, protagonista de la independencia peruana. Pero habrá que esperar a 2016 para conocer a las nuevas antiprincesas.
Pedro Perucca – @PedroP71
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