Europa

21 agosto, 2015

Una decisión audaz: Tsipras renunció y habrá elecciones en Grecia

Este jueves Alexis Tsipras anunció su renuncia como primer ministro y la de su gabinete. El mismo día en que Grecia recibió el financiamiento del primer tramo del tercer rescate luego de ocho meses de intensas negociaciones. Las elecciones se realizarían el próximo 20 de septiembre.

Este jueves Alexis Tsipras anunció su renuncia como primer ministro y la de su gabinete. El mismo día en que Grecia recibió el financiamiento del primer tramo del tercer rescate luego de ocho meses de intensas negociaciones. Las elecciones se realizarían el próximo 20 de septiembre.

Hace semanas estaba anunciado que el jueves 20 de agosto sería un día clave para el futuro de Grecia. Para que el Estado heleno no volviera a caer en default tenía que pagar al Banco Central Europeo (BCE) 3.200 millones de euros y para eso necesitaba recibir el primer desembolso acordado en el tercer plan de rescate. Simultáneamente -luego de las sucesivas divisiones al interior de Syriza en torno al acuerdo- la concreción del plan de rescate iría de la mano de la decisión del gobierno de convocar a un voto de confianza en el Parlamento o convocar directamente a unas nuevas elecciones.

Finalmente, está última opción fue la que predominó. Luego de conversar telefónicamente con líderes políticos del continente y presentar su renuncia al presidente de la República Prokopis Pavlópulos, Tsipras hizo pública la decisión de su gobierno a través de la televisión pública. Luego de presentada la carta de renuncia y hasta que se realicen las próximas elecciones el cargo de primera ministra lo asumirá Vasilikí Thanou-Christopjilou -la actual presidenta del Tribunal Supremo Griego-

Por qué se convoca a elecciones

Desde los últimos días del 2014 que Syriza está en el centro de la escena política mundial luego de que el ex primer ministro Antonis Samaras se viera obligado a convocar a elecciones. Desde entonces, una posible salida del euro de Grecia ante el triunfo de la coalición de izquierda que se negara a aceptar las condiciones impuestas por la Troika (FMI, BCE y Comisión Europea) para aceptar un nuevo plan de rescate, comenzó a transformarse en el fantasma del continente europeo.

Syriza no fue votado en enero para continuar aceptando las privatizaciones, el recorte de las pensiones o el aumento del IVA bajo la supervisión del FMI pero tampoco para irse de la zona euro. Luego de ocho meses de negociaciones el gobierno heleno ha sido consecuente con su propuesta de no irse de la zona euro tirando por la borda todas las hipótesis conservadoras sobre un inevitable «Grexit». Pero no ha podido ser consecuente con el Programa de Tesalónica por el cual los griegos votaron a Syriza en enero.

El gobierno presidido por Alexis Tsipras ha cedido a aceptar políticas de austeridad que meses atrás rechazaba. Siendo consciente de que el acuerdo está muy lejos de ser el ideal, Tsipras ha declarado: «Sé que no logramos todo lo que prometimos al pueblo griego pero hemos salvado al país, diciendo a Europa que la austeridad debe terminar”.

Entre el dilema de salir del euro o tener que aplicar medidas de austeridad esperando mejores oportunidades la mayoría de Syriza eligió la segunda opción. El costo principal para el partido fue dar por terminada su unidad política. En las sesiones parlamentarias una minoría que alcanza a 40 diputados se ha opuesto al nuevo acuerdo. La Plataforma de Izquierda y la juventud del partido también han rechazado esta decisión.

Ante el nuevo escenario, con una ruptura del bloque parlamentario del gobierno, se hubiera debido convocar a un voto de confianza haciendo depender la continuidad del gobierno del cambio de posición de algunos diputados de Syriza que se opusieron al acuerdo o de nuevos pactos políticos. En ese marco es que Tsipras y los dirigentes de la mayoría de Syriza eligieron la opción de apelar directamente a la voluntad de la mayoría del pueblo heleno para que se elija al próximo gobierno.

“Mi mandato del 25 de enero ha vencido, ahora el pueblo debe pronunciarse y ustedes con su voto decidirán si negociamos bien o no”, sentenció Tsipras.

Se sigue jugando el futuro de Europa

La decisión de convocar a una nueva elección por parte de Tsipras ha sido una decisión audaz e inteligente. La última encuesta conocida en el país data del 22 de julio cuando ya se había llegado a un acuerdo y fue realizada por la consultora Bridging Europe. En ese estudio Syriza contaba con el apoyo del 41,2% del electorado seguido por el partido conservador Nueva Democracia que apenas alcanzaba el 23,1%. En caso de mantener ese apoyo Syriza no sólo volvería al gobierno con más apoyo que en enero sino que evitaría la necesidad de pactar con el partido nacionalista ANEL alcanzando la mayoría absoluta.

Una variable que será importante tener en cuenta en las próximas semanas es el desenvolvimiento de la interna de Syriza. Está convocado un nuevo congreso con renovación de dirigentes para el próximo mes de septiembre en el cuál los sectores que se oponen al acuerdo se verán obligados a decidir si permanecen o abandonan el partido. La Plataforma de Izquierda que actualmente es parte de la organización ya ha fundado un nuevo movimiento y habrá que ver su capacidad de restarle votos al partido liderado por Tsipras.

A las pocos minutos de anunciada la noticia Syriza ya recibía el apoyo de la izquierda europea. Jean Luc Mélenchon -de Front de Gauche de Francia- anunciaba su apoyo en twitter: «El método de Tsipras es respetuoso de la democracia», dijo. Y también Iñigo Errejón de Podemos de España valoraba la decisión destacando que «un presidente que trata a su pueblo como mayor de edad sabe que, cuando se agota un programa electoral, hay que convocar elecciones».

A pesar de que el gobierno heleno aceptó muchas de las condiciones impuestas por la Troika, desde los partidos conservadores, liberales y socialdemocratas de Europa han tenido como principal objetivo terminar con el gobierno de Syriza y la popularidad que ostenta. Estas fuerzas necesitan que la derrota de Syriza sea total para terminar con cualquier posibilidad de que se vuelva a cuestionar el orden neoliberal en el continente.

Por esa razón, la nueva elección en Grecia -al igual que la elección de enero o el referéndum de julio- repercutirá en todo el escenario político del continente y será decisivo para el futuro.

Lucas Villasenin – @villaseninl

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