Nacionales

14 agosto, 2015

Tres miradas sobre las inundaciones en la Provincia de Buenos Aires

Entre excusas de funcionarios, acusaciones de inescrupulosos y gente desesperada porque ha perdido todo, las inundaciones en la Provincia de Buenos Aires una vez más han dado que hablar. Una breve síntesis de los análisis (serios) que se han hecho al respecto.

Entre excusas de funcionarios, acusaciones de inescrupulosos y gente desesperada porque ha perdido todo, las inundaciones en la Provincia de Buenos Aires una vez más han dado que hablar. Una breve síntesis de los análisis (serios) que se han hecho al respecto.

Hace 130 años

Si, hace más de un siglo Florentino Ameghino publicó un pequeño libro titulado Las secas y las inundaciones en la Provincia de Buenos Aires. Dicho texto tenía un subtítulo aun más claro: “Obras de retención y no de desagüe”.

La obra de Ameghino, si bien analiza cuestiones muy puntales de la época, comienza con una frase que tiene notable actualidad: “Todos esperan con impaciencia el día que el pico del trabajador empiece la excavación de los canales de desagüe (…) Todos abrigan la esperanza de que dichos trabajos librarán a la Provincia de las inundaciones”.

Sin embargo, el autor advierte que “si ellos [los canales] no son complemento de obras más eficaces y de mayor consideración, reportarán probablemente más perjuicios que beneficios”.

Para Ameghino era evidente que “las aguas excedentes de las planicies elevadas y terrenos de poco declive corren a los ríos con lentitud, pero es permitido suponer que por medio de los canales de desagüe se precipitarían a los cauces de los ríos” y entonces “las crecientes y desbordes se producirían con mayor rapidez que ahora y ocasionarían estragos aun más considerables en un menor espacio de tiempo”.

“Como complemento de todos estos males”, prosigue el naturalista, “la enorme cantidad de materias terrosas arrastradas por las aguas pluviales a los canales de desagüe, sería llevada por estos a la embocadura de ellos o de los ríos en donde se acumularían en forma de barras que obstruirían el curso de las aguas”.

Ameghino no pudo pronosticar que esas materias terrosas se convertirían, 130 años después, en grandes obras del negocio inmobiliario.

El caso de Luján: entre los desagües y los countries

La ciudad de Luján ha sido una de las más afectadas como viene sucediendo en los últimos años ante cada lluvia importante. Sobre este tema dialogó Radio Sur con Enrique Viale, abogado especializado en temas ambientales, que explicó que si bien existe “un cambio climático global, que es consecuencia también del hombre, ese cambio climático no hace que las autoridades estén exentas de responsabilidad porque ya no es una sorpresa. Hay que planificar”.

Sin embargo esto no es lo que ha sucedido en la cuenca del Río Luján. Allí “se están construyendo urbanizaciones cerradas de manera indiscriminada en la cuenca baja y hay canales de desagote de los campos sojeros en la cuenca alta, todo con complicidad de las autoridades políticas”, subrayó Viale.

Los canales permiten justamente lo que Ameghino anticipaba como un problema: que el agua fluya más fácilmente de los terrenos altos provocando estragos río abajo. A esto se le suma un problema en el otro extremo de la cuenca.

Existe una “visión extendida de que los countries tienen una relación idílica con la naturaleza”, problematizó Viale. Pero en realidad la mayoría de estos barrios cerrados que se hicieron en la cuenca baja del Río Luján “se construyeron sobre humedales”.

“Los humedales son lugares bajos que tienen la característica de ser una especie de esponja que absorbe estas crecidas extraordinarias. Para construir esos countries, los primeros meses son camiones y camiones de tierra para elevar el suelo hasta cuatro o cinco metros para que, justamente, no se inunde”, precisó el abogado.

Entonces lo que sucede es que se da un escurrimiento “mucho más lento” del agua. “Luján antes también se inundaba pero escurría más rápido”, añadió el entrevistado.

Por eso esta situación “no exime de responsabilidad al gobierno provincial y los gobiernos municipales. En la provincia existe lo que se llama una Autoridad del agua que debería controlar los canales clandestinos. También cuando se construye sobre un humedal el ordenamiento territorial es en parte responsabilidad provincial y también municipal”.

Finalmente el abogado destacó que “esto tiene también una relación muy peligrosa con la especulación inmobiliaria. Un poder real que muchas veces no tenemos en cuenta”. Por eso “no es una cuestión de obras. Todos creemos que es una solución ingenieril pero esto va a seguir pasando si no se revisa el ordenamiento territorial”, concluyó.

El conurbano no es llano

“Si vos sacas todo y quedara campo como era originalmente vas a encontrar los arroyos que ahora están enterrados, tapados por cemento. Están debajo de las avenidas, de las casas. También vas a encontrar lomadas”, señaló a Notas el arquitecto Guillermo Boffelli, ex funcionario de la Municipalidad de Quilmes.

Boffelli analizó como el desarrollo urbano no planificado a partir del crecimiento demográfico del área metropolitana de Buenos Aires es uno de los causantes de que hoy barrios enteros se inunden ante cada lluvia fuerte. “Los ramales ferroviarios van saliendo como si fuesen una mano abierta. La palma de la mano es la capital y cada uno de los dedos es una zona alta”, explicó el arquitecto. El problema es que “en el medio hay zonas bajas que son cuencas hídricas. Las ciudades crecieron por dónde va la vía. Lo que quedó en el medio era campo hace 50 años pero nadie planificó nada y se urbanizó al lado de los arroyos”.

El ex funcionario de la Municipalidad de Quilmes planteó que una posible solución es la construcción de reservorios de agua: “Cuando vos salís de Rosario para Córdoba y pasas por Roldán ves el arroyo Ludueña y a lo lejos un terraplén gigante con un dique. Eso se llama reservorio de agua que se hace donde nace el río”.

Esto sirve para evitar los desbordes porque “cuando llueve, en todos los ríos y arroyos se da una creciente. Esa creciente, con un reservorio de agua se puede contener, hacer un dique y formar una laguna. Después de la lluvia largas el agua”, evitando la inundación.

Pero el problema en el área metropolitana es que hay diferentes jurisdicciones y diferentes responsables políticos. “Para los arroyos de Quilmes tenés que ir a hacer el reservorio de agua a Florencio Varela. Hay otro intendente, es otro municipio”, apuntó Boffelli. “Entonces para que no se te inunde Quilmes vos te tenés que ir a Florencio Varela a decirle al intendente que te de 20 hectáreas para hacer un reservorio cuando llueve”, ejemplificó el arquitecto y concluyó: “Tenés que trabajar con una planificación a largo plazo que el conurbano nunca la tuvo. Acá no hay ninguna planificación urbana y nunca la hubo”.

Santiago Mayor – @SantiMayor

Foto: Municipalidad de Mercedes

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