Cultura

14 agosto, 2015

Día del Niño: algo de historia y libros para regalar

Una breve historia del Día del Niño, de su origen y viciscitudes político-comerciales en nuestro país, junto con una lista de libros para regalar a niños y niñas en su día.

La Declaración de los Derechos del Niño fue aprobada por la Liga de las Naciones reunida en Ginebra el 26 de septiembre de 1924. Un año después, la Conferencia Mundial sobre el Bienestar de los Niños declaró por primera vez el Día Internacional del Niño. La fecha acordada fue el 1 de junio.

Años después, en 1954, la Asamblea General de las Naciones Unidas recomendó que se instituyera en todos los países un Día Universal del Niño. Cada país estableció la fecha según su buen saber y entender. El primer país del mundo en establecer una fecha oficial para el festejo fue Turquía, cuando Kemal Ataturk fijó el 23 de abril como Día del Niño. En España hay una fecha para Madrid, el segundo domingo de mayo, que es diferente al del resto del país, donde se celebra el 15 de abril. En Japón hay un día para el niño y un día para la niña. Etcétera.

En nuestro país comenzó a festejarse en el año 1960, durante la presidencia de Arturo Frondizi. Hasta 2003 la fecha tradicional era la del primer domingo de agosto, pero ese año, en el marco de profunda crisis de una industria del juguete destruida por invasión de productos importados sin restricciones aduaneras, la Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ) propuso equiparar la fecha con la del festejo en Chile, el segundo domingo de agosto.

En el contexto de una industria diezmada por la convertibilidad menemista, que había sufrido el cierre de más de 200 industrias, apenas generaba el 8% de las ventas nacionales. Así que el argumento principal de los fabricantes no tenía que ver con una búsqueda de hermandad latinoamericana sino con más concretos cálculos monetarios. Sucede que el primer domingo a veces tiene la mala costumbre de caer antes del día 5 del mes, fecha habitual de cobro. Y esto no es bueno para los negocios.

Pero este 2015 el segundo domingo de agosto estuvo tomado por la realización de las PASO, los negocios con persiana baja, los teatros con espectáculos infantiles cerrados, las jugueterías de luto. Entonces se decidió el cambio al tercer domingo del mes.

Pese a lo movedizo de la fecha, la industria que supo estar en crisis hace no muchos años hoy enfrenta optimista este día de ebullición comercial. El titular de la CAIJ, Matías Furió, explicó que “la venta de juguetes viene aumentando un 20% anual, porque los precios están congelados desde hace más de ocho meses, lo que le da una ventaja frente a otros rubros como el textil o el electrónico», precisó la asociación sectorial.

Hoy esta industria, que factura 128 millones de dólares anuales, festeja la “prórroga hasta el año 2021 del arancel externo común del 35% a las importaciones de origen chino y del resto de los países extra zona” y espera un fin de semana de ventas exitoso, en un mercado que se cubre en un 50% por juguetes de producción nacional.

Pero aunque los fabricantes sean argentinos, la iconografía siempre se encuentra sujeta a las fuertes presiones de las modas. Así es que hemos estado viendo minions hasta en la sopa, aún más que los juguetes de Frozen que invadieron el mercado el año pasado.

Sin embargo, las estadísticas indican que nuestro país mantiene una fuerte demanda de juguetes convencionales, superior a la del resto de los países de la región. Así los juegos de mesa, las muñecas, autitos y pelotas de fútbol siguen peleando los primeros puestos del ránking de preferencias en cuanto a regalos, aunque los electrónicos vengan escalando fuertemente en las decisiones paternales.

Libros para todos y todas

Sin embargo, en esta página somos tradicionalistas y estamos tan en contra de regalar minions como medias. Apoyándonos en las sugerencias de Leticia Cappellotto en su columna cultural del programa Llevalo puesto de FM La Tribu, vamos a recomendar libros para regalarle a los pequeños tiranos.

Como la Convención sobre los Derechos del Niño establece que “se entiende por niño todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad”, habrá recomendación de libros para niños y niñas, para los que gustan y no gustan de la lectura y para mayores y menores de 15 años.

Niños menores de 15

A los que no les gusta leer: 365 experimentos para niños científicos, de Lacey Minna, donde pequeños desde seis años podrán responder prácticamente a preguntas como ¿Por qué está el pan lleno de agujeros? ¿Cómo es el ADN? ¿Cómo se hacen los arco iris? Es así, de Paloma Valdivia, se recomienda para quienes ya comienzan a preguntar por el misterio de la vida. El día que los crayones renunciaron, de Daywlt y Jeffers, divierte con ingeniosas cartas de los distintos colores a su dueño.

A los que les gusta leer: La saga de los confines, de Liliana Bodoc, una maravillosa saga fantástica americanista integrada por tres volúmenes. En ¡Socorro! Elsa Bornemann nos ofrece doce cuentos “de miedo” presentados y ordenados por el mismísimo Frankenstein en un clásico de la literatura argentina infantil, que se presenta en su edición definitiva.

Niños mayores de 15

A los que no les gusta leer: Aunque ganes o pierdas. Diez partidos de Argentina en los mundiales, de Patricio Insua. El fútbol siempre garpa para tentar a los varones reacios a la letra impresa. Otra buena trampa suele ser la de los cómics. En ese rubro, qué mejor que regalar El Eternauta, de H. G. Oesterheld y Fransisco Solano López, o Perramus, el piloto del olvido, de la dupla Sasturain-Breccia.

A los que les gusta leer: De pies a cabeza. Ensayos sobre fútbol, de A. Valle y J.M. Sodo, porque el fútbol también puede asociarse con la reflexión y la palabra bien tratada. El hombre ilustrado, de Ray Bradbury, puede constituirse en la entrada más bella, tierna y a veces siniestra al mundo de la ciencia ficción y la fantasía.

Niñas menores de 15

A las que no les gusta leer: Aprovechando la oleada de Intensamente, la última genialidad animada del estudio de Toy Story, se puede elegir El libro de las emociones, de Disney-Pixar, en la que veremos a Desagrado, Temor, Alegría, Furia o Tristeza luchar por dominar a la sensible niña Riley. La música clásica, libro con pegatinas o El vestuario en pegatinas, también son una forma de acercar a las niñas remolonas a los libros.

A las que les gusta leer: Matilda, del genial Roald Dahl, nos muestra a esta pequeña heroína que descubre sus poderes al tiempo que entiende que no siempre los adultos merecen respeto y que la familia es la que se elige. Con Caídos del mapa, María Inés Falcioni arranca la saga de una banda de amigos y amigas que no paran de meterse en líos y vivir aventuras con sello argentino.

Niñas mayores de 15 años

A las que no les gusta leer: La saga de Ghostgirl, de la estadounidense Tonya Hurley, puede enganchar a las jóvenes desde sus cuidadísimas ediciones de estética gótica, que cuentan la historia de la joven Charlotte Usher, que se preparaba para ser la chica más popular de la preparatoria cuando se atraganta con un osito de goma, muere y se transforma en fantasma.

A las que les gusta leer: Bajar es lo peor, la primera novela de Mariana Enríquez, visita una Buenos Aires nocturna y límite, donde el amor y el peligro corretean juntos. Con Los premios, de Julio Cortázar, el viaje delirante de los ganadores de la Lotería Turística en el misterioso barco de pasajeros Malcom puede constituirse en una gran puerta de entrada a lo mejor de la literatura argentina.

Pedro Perucca – @PedroP71

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