Europa

13 julio, 2015

Una humillante propuesta del Eurogrupo a Grecia

En la mañana del lunes hubo un principio de acuerdo en el Eurogrupo. La propuesta aún debe ser aprobada por el parlamento heleno. A pesar de que el parlamento ya había aprobado aceptar un acuerdo similar al que proponía el Eurogrupo, aumentaron las exigencias para que haya más ajustes. Las claves para comprender la situación.

En la mañana del lunes hubo un principio de acuerdo en el Eurogrupo. La propuesta aún debe ser aprobada por el parlamento heleno. A pesar de que el parlamento ya había aprobado aceptar un acuerdo similar al que proponía el Eurogrupo, aumentaron las exigencias para que haya más ajustes. Las claves para comprender la situación.

El acuerdo propuesto por Grecia

El parlamento heleno aceptó el viernes un acuerdo que proponía medidas de ajuste fiscal similares a los que proponía el Eurogrupo el último 25 de junio y que el 61% de los griegos rechazó el domingo 5 de julio.

Entre las medidas más regresivas estaban: el aumento del IVA para los restaurantes del 13% al 23%, terminar con el descuento del 30% del IVA en las principales islas turísticas, avanzar progresivamente para lograr en el 2022 elevar la edad jubilatoria a los 67 años y a 62 para quienes tengan 40 años de aportes y terminar con Beneficios de Solidaridad Social de los Pensionistas (EKAS) para el 2019, aumentar del 4% al 6% el aporte de los pensionistas al sistema sanitario y eliminar gradualmente subsidios a los productores agrícolas.

Otras medidas eran reducir en cien millones de euros el presupuesto militar en el 2016, moderar salarios de funcionarios, reforzar la lucha contra el fraude fiscal y aumentar un 2% el impuesto al lujo. También se aceptaba continuar con los procesos de privatizaciones con excepción de la compañía eléctrica que busca ser mantenida bajo control público.

En el debate parlamentario se estimó que el acuerdo permitiría que haya un tercer plan de rescate que otorgue un nuevo préstamo de 53 mil millones de euros y en la negociación se logre -a cambio de las concesiones- una reestructuración de la deuda. En la votación finalmente un total de 251 parlamentarios votaron a favor (la mayoría de Syriza, Nueva Democracia, PASOK y To Potami), 32 en contra (dos de Syriza, Amanecer Dorado y el Partido Comunista) y ocho de Syriza se abstuvieron.

La propuesta impulsada por el gobierno generó fuertes diferencias internas aunque el grupo que no apoyo en la votación fue menor del que se esperaba. Efectivamente se trataba de un acuerdo que tomaba muchas de las exigencias que pedía el Eurogrupo y que el pueblo griego había rechazado mayoritariamente. Sirve aclarar que no se trataba de la misma propuesta: los plazos y las formas de llevarlas adelante no eran los mismos.

Rápidamente desde los medios conservadores y grupos de izquierda opositores a la propuesta se salió a catalogar a la decisión como una «claudicación» que iba en contra del resultado del referéndum. En su discurso Tsipras destacó que votar por el «NO» al acuerdo no implicaba nunca terminar con las negociaciones ni salir del euro. «No he dejado vendido al pueblo griego», aseguró.

Ante las críticas, el primer ministro destacó que se trataba de un propuesta lejana al Programa de Tesalónica con el que Syriza ganó las elecciones. Pero también señaló que «la semilla de democracia y dignidad que plantamos pronto dará sus frutos en otros países de Europa».

En el Eurogrupo se propone: Grexit o capitulación

La jugada táctica del gobierno griego era clara: dejar la respuesta del otro lado de la cancha. Incluso, los dirigentes de la Troika evaluaron positivamente la propuesta del parlamento heleno y así se lo informaron al presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, el sábado. Pero la reunión en Bruselas de los ministros de Finanzas y Economía del Eurogrupo no llegó a ningún acuerdo ni el sábado ni el domingo. Tampoco se logró en la cumbre del domingo entre los primeros mandatarios de la Unión Europea.

La intransigencia para aceptar la propuesta griega fue encabezada por Alemania y Finlandia. Dejando de lado los rumores y las declaraciones, el resultado de las reuniones quedó expresado en un nuevo documento dónde el Eurogrupo vuelve a hacerle una propuesta a las autoridades griegas.

Ahora, para que haya un tercer plan de rescate, Grecia debería aceptar medidas como: crear un fondo al que Grecia transfiera 50 mil millones de euros por las privatizaciones para reducir la deuda, privatizar también la red eléctrica, implementar «medidas iniciales» en la modificación del sistema de pensiones y aplicar medidas de flexibilidad laboral -entre otras-.

El conjunto de estas medidas incluirían la supervisión del FMI y el prestamo sería por 86 mil millones de euros. Ahora, Grecia tendría tiempo hasta el miércoles para aceptar o rechazar la propuesta. En el medio de las negociaciones del fin de semana dirigentes conservadores anunciaron que en países como Alemania o Finlandia esos parlamentos no aprobarían ningún acuerdo porque deliberadamente buscan expulsar a Grecia del Eurogrupo.

La propuesta impulsada por el gobierno heleno fue una concesión que tensionaba a Syriza y ponía en cuestión cuán consecuente era esa decisión con el resultado del referéndum. La respuesta formulada actualmente deja muy poco lugar a duda de que se trata de un intento de humillar al gobierno y al pueblo griego.

Humillación o dignidad

El 20 de julio Grecia debe abonar 3.450 millones de euros al Banco Central Europeo. Más allá de lo que suceda en los próximos días, esa es la fecha límite para que el euro entre en una crisis más profunda. Simultáneamente, en Grecia se hace inmediata la necesidad de acceder a algún tipo de crédito para hacer posible el funcionamiento del mismo corralito bancario. Se estima que para recapitalizar a los bancos hacen falta al menos 25 mil millones de euros.

En caso de que se rechace la propuesta del Eurogrupo una opción para Grecia es intentar acceder a créditos bilaterales con otros países. Alexander Novak, el ministro de energía de Rusia, sostuvo que Moscú considera facilitar esa posibilidad. Una alternativa similar comenzó a circular desde el gobierno francés. Parece ser que en París prestaron atención a las recientes declaraciones de ex-ministro de finanzas griego Yanis Varoufakis que sostuvo que «el ministro de Finanzas alemán quiere a Grecia fuera de la moneda única para poner el temor de Dios en los franceses y hacer que acepten su modelo de una eurozona disciplinada“.

Este fin de semana hubo también sucesivas movilizaciones en la plaza Syntagma de Atenas que expresaban el rechazo a las políticas de austeridad que estaba proponiendo el gobierno heleno en Bruselas.

Tsipras y su gobierno hasta ahora han contado con el apoyo de la mayoría del pueblo griego a la hora de negociar. Ahora, la posibilidad de continuar negociando muestra ser cada vez más limitada y la respuesta de Bruselas es claramente una provocación que busca disciplinar a Grecia.

En los próximos días las autoridades griegas deberán decidir si aceptan esta humillación o mantienen su estrategia de defender la soberanía y la dignidad del pueblo griego.

Lucas Villasenin – @villaseninl

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