18 junio, 2015
Brasil avanza en el proyecto de baja de la edad de imputabilidad
Este miércoles la presidenta de Brasil manifestó su rechazo al proyecto de Enmienda Constitucional que rebaja la edad penal de los 18 a los 16 años de edad. Sin embargo la propuesta fue aprobada por una comisión especial del Congreso y quedará ahora en manos del Senado que la deberá tratar el 30 de junio.

Este miércoles la presidenta de Brasil manifestó su rechazo al proyecto de Enmienda Constitucional que rebaja la edad penal de los 18 a los 16 años de edad. Sin embargo la propuesta fue aprobada por una comisión especial del Congreso y quedará ahora en manos del Senado que la deberá tratar el 30 de junio.
Por 27 votos a favor y seis en contra, la comisión especial del Congreso Nacional de Brasil aprobó en la noche del miércoles la reducción de la edad penal en el país a los 16 años para los crímenes graves.
De esta manera, tras varias semanas de polémica con intensas discusiones entre los partidos el pacto entre el Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB) y el Partido de la Social Democracia de Brasil (PSDB) prevaleció sobre los intereses del Partido de los Trabajadores (PT) y organizaciones sociales que se oponen a la medida.
Horas antes de que la comisión diera el visto bueno a la baja de la edad de imputabilidad, Rousseff había afirmado que «en momentos en que el debate sobre nuestra juventud está en el tapete, en tiempos en el que se propone una reducción de edad penal, en lugar de profundizar la exclusión con algunas acciones que han demostrado ser ineficaces en las sociedades desarrolladas, nosotros preferimos trabajar para realmente cambiar la legislación en materia de juventud».
La mandataria sostuvo que es preferible realizar cambios en el Estatuto de Niños y Adolescentes con la intención de aumentar el castigo para los involucrados en crímenes atroces que tomar esta decisión. «Atribuirles penas de adultos a los jóvenes que se ven involucrados en actos de pandilla, tipifica lo que sucedería en situaciones de crímenes atroces», apuntó.
Por este motivo el Gobierno federal aboga también por la ampliación de la pena para los adultos que reclutan a los jóvenes por el crimen.
En concreto, la iniciativa ahora deberá ser aprobada en el Senado. El texto considera los crímenes de violación, homicidio voluntario, lesión corporal grave y robo con asesinato, como motivo para el internamiento en prisión de los menores a partir de los 16 años.
«El ciudadano de 16 años sabe muy bien la diferencia entre un acto lícito y otro ilícito. No podemos decir que un menor de 16 años no es imputable, es un absurdo», declaró durante la sesión de votación el redactor del proyecto, ex-policía y diputado del Partido Republicano, Laerte Bessa.
Por su parte, la diputada del PT, Margarida Salomao, respondió asegurando que «todos deseamos que disminuya la violencia, pero vista la escasa incidencia de la participación de jóvenes pienso que la reducción es una medida inadecuada».
Quienes se oponen al proyecto tiene argumentos estadísticos para sostener su posición. El Instituto de Investigaciones de Economía Aplicada de Brasil publicó esta misma semana un estudio según el cual, solamente el 8,75% de los menores detenidos en el país, un total de 23.100 en 2013, respondieron por el crimen de homicidio, mientras que el 63,5% lo harían por delitos considerados menores, y que no entrarían en la reforma, como el robo o el tráfico de drogas.
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