13 mayo, 2015
El destino del «piropo»
Son tres los proyectos de ley que se presentaron recientemente en nuestro país y que buscan sancionar – y prevenir – el acoso verbal callejero, también conocido como “piropo”. Dos de ellos fueron presentados en la Legislatura porteña y uno en el Congreso de la Nación.

Son tres los proyectos de ley que se presentaron recientemente en nuestro país y que buscan sancionar – y prevenir – el acoso verbal callejero, también conocido como “piropo”. Dos de ellos fueron presentados en la Legislatura porteña y uno en el Congreso de la Nación.
Notas estuvo con la Diputada Nacional por Libres del Sur y creadora del proyecto presentado el 23 de abril en el Congreso, Victoria Donda, quien profundizó en las principales ideas de la iniciativa que busca prevenir el hostigamiento a las mujeres en el espacio público con multas que irían de cien a siete mil pesos.
– ¿Cuáles son los puntos claves del proyecto de ley que presentaron?
– El proyecto sanciona el acoso sexual callejero con multas que van desde los cien a los siete mil pesos. Ese dinero será destinado al Consejo Nacional de la Mujer a fin de que lleve adelante campañas de concientización y políticas públicas tendientes a la erradicación de éstas conductas.
– Una sanción de este tipo implica que la mujer ya vivió una situación de acoso previo, ¿cómo apuntan a prevenir estas situaciones?
– La ley busca que el tema se coloque en agenda, que la sociedad comience a debatir sobre éstas conductas que son una forma de violencia contra la mujer. El mismo hecho de que se comience a debatir el tema, ayuda a su prevención, a lo cual, lógicamente, hay que sumar políticas públicas destinadas a la prevención, básicamente es importante la incorporación de ésta temática en la educación.
– ¿Qué piensa de quienes banalizan el tema?
– Primeramente, aclarar que hablamos de conductas con connotación sexual que agredan la dignidad de las mujeres. Nadie va a ir a denunciar alguna palabra o conducta que no sea percibida como una agresión. Por otro lado, banalizar el tema es una forma que justifica éstas conductas, pero es muy importante destacar que la violencia contra las mujeres cobra innumerables formas: física, psicológica, económica, entre otras. Hay que buscar combatir todas las expresiones de la violencia contra las mujeres. Más en un país donde cada 30 horas muere una mujer por femicidio.
– ¿Qué pasa con la revictimización de la mujer que al ir a hacer una denuncia por acoso no puede llevarla a cabo porque no le dan importancia en la comisaría?
– Es muy acertado lo que decís acerca de las dificultades con las que cuentan las mujeres al momento de ir a denunciar casos de violencia, muchas mujeres relatan que cuando van a hacer la denuncia es muy común que el personal policial le pregunte “¿Qué hiciste para que tu pareja reaccioné así?”.
El tema es que más allá de las leyes es necesario que exista la voluntad política de luchar contra la violencia de género y que el Estado se encargue de que cada uno de los resortes institucionales funcionen de manera adecuada para luchar contra la violencia.
– ¿Cómo se lucha contra la naturalización de la violencia verbal callejera, además de sancionarla con multas?
– Reitero que la primera forma de luchar contra la naturalización de la conducta es poner el tema en agenda, es debatir, es que vos ahora me estés preguntando sobre ésto. Antes de que se introduzca la figura de femicidio en el Código Penal, los medios hablaban de «crímenes pasionales» y no de asesinatos por violencia sexista, hoy todos hablamos y debatimos sobre femicidios con todo lo que ello implica.
– ¿Cómo se prueba el delito?
– Se prueba como todos los demás delitos que generen una causa judicial, con los medios probatorios que establece la ley, pueden ser testigos, documentos, fotografías, audios, etcétera.
– ¿Qué acciones ejercidas en la vía pública se consideran acoso hacia la mujer?
– Aquellas conductas con connotación sexual que agravien la dignidad de una mujer.
– En otra oportunidad dijo que la justicia era un reflejo de la sociedad y que hasta ahora no hubo proyectos de este tipo por eso. ¿Cree que en el marco de esta justicia se puede sancionar una ley de estas características?
– La ley se dicta a través del Poder Legislativo, de la Cámara de Diputados, en este caso. Buscamos que este proyecto sea firmado por diputados de todos los bloques desde el FIT hasta el PRO, justamente lo que buscamos que tenga el consenso suficiente como para que se trate y se apruebe.
– Piropo y acoso verbal callejero, ¿es lo mismo?
– Depende a que le llame cada persona un piropo, repito que lo que esta ley sanciona son conductas con connotación sexual que agravien la dignidad de una mujer. Hay quienes le dicen «piropo» a este tipo de conductas.
El destino del piropo
“Cepo al piropo”, titulaba el diario Infobae en una nota en la que explicaba los tres proyectos de ley que buscan sanciones para quienes ejercen acoso verbal callejero hacia las mujeres, recientemente presentados en el Congreso y en la Legislatura porteña. Cepo al piropo.
Así como los mal llamados “crímenes pasionales” que en su momento los medios contaban como relatos de amores frustrados en donde “la pasión pudo más” y el hombre “tuvo que matarla por amor”, hoy es el turno de los piropos.
Este modo de acoso todavía no es tomado demasiado en serio por una parte de los medios, un sector político y una sociedad que parece minimizarlos. A pesar de las reiteradas campañas que se hicieron y se hacen en nuestro país para mostrar las diferentes facetas del acoso callejero y las justificaciones que lo sostienen, ellos se empeñan en perpetuar esta costumbre cultural agresiva hacia las mujeres.
Sin embargo, en medio de este panorama los “piropos” salen a la luz. Cada vez son más las mujeres que se animan a contar alguna experiencia vivida en el espacio público en la que se sintieron incómodas o temieron por su vida, según el registro del incremento de denuncias de acoso verbal sufrido en espacio público. Pero este sector reticente y dominante no lo ve y aún se burla al seguir pensando que a todas nos gusta recibir un “piropo”.
Podría llenar este espacio de guarangadas, podría intimidarte para que sientas lo que sentimos cuando caminamos por la calle y un hombre -mediante gestos obscenos- acosa verbalmente a una mujer. Podría intentar reproducir la sensación de vergüenza y miedo que siente una mujer cuando un hombre camina por la calle con su pene en la mano dispuesto a mostrárselo, pero parece no ser necesario. El camino legal hizo su aparición en los últimos días en Argentina, inspirado tal vez en Bélgica y en Perú, países que ya penalizan este tipo de acoso hacia la mujer.
A pesar de la presentación de proyectos que legislen sobre el tema, la apertura mediática del debate y la instalación del acoso callejero en la agenda política, la burla es la música de fondo en las voces de algunos políticos, periodistas, panelistas y “debatidores profesionales”. A ellos les contamos -por si no se los contó su madre, hija o esposa- que estos dichos son intimidantes, incómodos y perturbadores para quienes los reciben.
Esta forma de violencia verbal disfrazada de halago se instaló en la agenda del Congreso para que pronto dejen de ser “piropos” y sean llamados por su nombre. Para que eso suceda, en nuestro país se pusieron sobre la mesa los tres proyectos de ley que buscan penalizar esta práctica no consentida entre hombres y mujeres. Habrá que esperar para ver cuál es el destino del piropo.
Jimena Sabbag – @jimesabbag
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