10 abril, 2015
Historia de dos ciudades: El legado de Mauricio Macri en la CABA (II)
Segunda parte del análisis de las diferencias entre el norte y el sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) luego de ocho años de gestión del PRO. En esta oportunidad, una mirada sobre el sistema educativo porteño.

En la primera entrega de esta serie de artículos decíamos que “la ciudad del norte y la ciudad del sur están gobernadas por el mismo partido político, pagan los mismos impuestos y tienen formalmente los mismos derechos y obligaciones para sus habitantes”. Y nos preguntábamos, por un lado, si efectivamente ambas realidades pueden pensarse dentro de una unidad geográfica y política; por otro, qué rol había jugado el gobierno del ahora presidenciable Mauricio Macri en profundizar las desigualdades sociales y económicas de la CABA. En esta ocasión retomaremos aquellas incógnitas para analizar el impacto de las políticas del PRO en el sistema educativo porteño.
Desde 2008 el presupuesto de la ciudad fue creciendo a una tasa promedio del 31% anual, superando la inflación ampliamente. Esto sumado a una disminución de los Tributos de Jurisdicción Nacional (coparticipación federal) debido a las tensiones con el Ejecutivo nacional, le resultaron al PRO en una importante autonomía para la decisión de asignaciones de recursos.
Por otro lado, la amplia presencia del partido macrista en la legislatura durante sus dos mandatos (y el apoyo que ha recibido casi de forma sistemática de los partidos del ex frente UNEN en las votaciones presupuestarias), le ha permitido avanzar sin demasiados escollos hacia la construcción del modelo de ciudad que se propone.
El presupuesto y las prioridades educativas de Macri
En consonancia con tal modelo, la participación de la educación en el presupuesto general de la Ciudad se redujo a lo largo de estos años. Pasó de un 27,45% en 2007, a una previsión para 2015 que no supera 20,5%.
Además, la asignación del presupuesto educativo durante los años macristas se ha caracterizado principalmente por el subsidio a las escuelas de gestión privada, la falta de jerarquía de la inversión en infraestructura y, como en otros tanto planos de su gobierno, una fuerte desigualdad entre el norte y el sur de la Ciudad.
Mientras los recursos destinados a las escuelas privadas en 2015 alcanzarán el 16% del presupuesto educativo, las partidas para infraestructura escolar serán apenas del 1,1%.

La discriminación presupuestaria también se verifica en la inexistencia de previsiones para la creación de escuelas primarias de jornada completa en donde existe menos oferta educativa de este tipo, particularmente en los distritos escolares 5, 19 y 21 (Barracas, Pompeya, Villa Soldati, Lugano y Villa Riachuelo).
Como señala un informe de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), mientras que en esos distritos la proporción de escuelas con jornada completa alcanzan entre el 22% y 34%, en los distritos 14, 15 y 2 (Almagro, Villa Crespo, Chacarita y Villa Urquiza) oscilan entre el 63% y el 73%.
Además, en las comunas menos privilegiadas hay un alto grado de hacinamiento: 365 estudiantes por escuela contra 284 en la zona norte.
El PRO y un sistema que beneficia a la escuela privada
En adición a esta ciudad dividida al medio por la geografía, existe también un eje más a ser tenido en cuenta: el privilegio que le ha dado el PRO a la educación de gestión privada. Como contracara a lo que sucede con la inversión en infraestructura, la asignación de partidas para el sector privado educativo para este 2015 es mayor en aproximadamente un 8% a la de 2014.
En marzo de 2013, 6.867 niños de entre 45 días y 5 años no pudieron ingresar a jardines estatales por falta de matrícula, de los cuales el 76% (5218 niños y niñas) viven en barrios del sur de la ciudad, según publicó Página/12. En el nivel inicial el fuerte déficit de inversión en el sector público provocó un avance de la matrícula privada. En ese año, de acuerdo a los últimos datos oficiales disponibles, el 56,1% de los 119.511 niños y niñas asistieron a establecimientos privados.
En cuanto a las escuelas primarias, más allá del hacinamiento antes mencionado en las comunas sureñas respecto a las del norte, también lo privado influye en la calidad educativa y en la garantía del derecho a la educación. En el norte de la Ciudad las escuelas privadas superan en matrícula y cantidad de establecimientos a la pública, mientras que en el sur, la escuela pública mantiene un lugar preponderante. La falta de establecimientos, el hacinamiento y demás problemáticas que se presentan en las comunas del sur lleva a que en muchos casos los niños deban movilizarse lejos de sus hogares para asistir a la escuela.
Una problemática que se ha visibilizado fuertemente durante las gestiones de Mauricio Macri como jefe de gobierno está vinculada con los crecientes índices de repitencia, sobreedad y exclusión. Las diferencias entre el sector público y el sector privado son, según la ACIJ, “inmensas”. El sector estatal registra en promedio un 16,4% de repetidores, un 48,1% de alumnos con sobreedad y un 7,4% de deserción (salidos sin pase), frente a un 4,6% de repetidores, 15,2% de alumnos con sobreedad y 1,2% de deserción en el sector privado. Del mismo modo, los niveles de deserción escolar superan el 10% en los distritos 3, 9, 15 y 20.
Por último, los distritos 3, 15, 19 y 20 presentan porcentajes de repetidores del 60% o más, en el sector público.
En ese contexto desde 2010 se empezó a discutir el plan de Nueva Escuela Secundaria, fuertemente resistido por sindicatos docentes y centros de estudiantes. El rechazo y las críticas al proyecto, cuya implementación ya comenzó, circulaban alrededor de que su aplicación recorta y suprime orientaciones, empobrece los planes de estudio y la formación de las y los jóvenes además de reducir el alcance de los títulos. A su vez, precariza el trabajo docente recortando horas e implantando formas precarias y arbitrarias de designación, propias de la educación privada.
Aquí presentamos un panorama de qué dejan los gobiernos del PRO en la CABA en materia educativa. Algunos datos e imágenes que grafican el modelo excluyente de ciudad que fomentó, atravesado tanto por las diferencias entre el norte y el sur, como por el fomento de la gestión privada sobre la escuela pública. De las escuelas container a la crisis edicilia en escuelas de toda la ciudad, tomas protagonizadas por los estudiantes y paros docentes en busca de mejorar las condiciones salariales, no fueron años sin conflicto.
De alguna forma, marketing y lobby en los medios de comunicación mediante, Mauricio Macri logró salir indemne de los efectos de su política. La ciudad es hoy, en lo vinculado a la educación, también más injusta, excluyente y desigual que antes que el ex presidente de Boca asumiera al frente de la Jefatura de Gobierno.
Julia de Titto – @julitadt
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