Derechos Humanos

6 abril, 2015

Bahía Blanca: Se cumplieron 40 años del asesinato de David «Watu» Cilleruelo a manos de la Triple A

El pasado 3 de abril se cumplieron cuatro décadas del asesinato del militante de la Federación Juvenil Comunista David «Watu» Cilleruelo, a manos de la Triple A, mientras militaba en la Universidad Nacional del Sur (UNS) en Bahía Blanca. Su familiares y compañeros siguen pidiendo justicia.

El pasado 3 de abril se cumplieron cuatro décadas del asesinato del militante de la Federación Juvenil Comunista David «Watu» Cilleruelo, a manos de la Triple A, mientras militaba en la Universidad Nacional del Sur (UNS) en Bahía Blanca. Su familiares y compañeros siguen pidiendo justicia.

La novedad reciente en la causa es que los fiscales José Nebbia y Miguel Palazzani presentaron un requerimiento de instrucción sobre los crímenes cometidos por la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A) en la ciudad, antes del golpe de Estado de 1976. El asesinato de Cilleruelo se inscribe en este contexto en el que también se busca juzgar a los responsables de la muerte de otras 24 personas.

En el marco de una actividad realizada en la Universidad del Sur para recordar a «Watu», el fiscal Nebbia comentó que la investigación de la Unidad Fiscal comenzó tratando de establecer si antes del 24 de marzo de 1976 hubo grupos que cometieron delitos al amparo del Estado porque “esa es la llave que técnica y judicialmente nos permite calificar esos delitos de lesa humanidad, lo que los transforma en imprescriptibles. Y si eso ocurrió es el deber de investigar y castigar”.

De acuerdo con la investigación realizada, para los fiscales esto se confirma ya que “esos grupos paraestatales encontraban en el Estado distintas formas de participación, ya sea el Estado entregándole las armas como así también la liberación de zona, una práctica que después se extiende en la dictadura.

Además Nebbia apuntó que “estas bandas paraestatales que cazaban a personas como después hicieron las fuerzas armadas, estaban caracterizadas de la misma manera y atacaban a los mismos grupos: a los obreros, a los estudiantes, a los organizados políticamente, a los opositores políticos”. El caso de «Watu» es considerado «paradigmático» de esta práctica «porque los autores materiales, inclusive intelectuales, estaban identificados del primer momento y sin embargo no tuvieron más resultado que una impunidad tan larga como de cuarenta años”.

En diálogo con el programa Quemar las Naves de Radio Sur FM 88.3 José Lualdi, militante del Partido Comunista, relató como fueron los hechos del asesinato de Cilleruelo y el reclamo que vienen haciendo sus compañeros y familiares.

«En aquel momento -abril de 1975- miembros de la Triple A, ligados al gremio del diputado nacional del Partido Justicialista y secretario general de la CGT, Rodolfo “Fito” Ponce, y contratados por el interventor de la Universidad, Remus Tetu, asesinaron a David en el ala de Ingeniería -donde estudiaba- a la vista de decenas de estudiantes», sostuvo Lualdi y recordó que «con toda impunidad dijeron ‘pobre compañerito se cayó y se lastimó’ y se fueron en un auto del rectorado».

Lualdi planteó que el reclamo actual «es que se juzgue a los miembros de la Triple A, a los autores materiales e intelectuales, más allá de que el interventor y Jorge Argibay (que efectuó el disparo) hayan muerto. Todavía existen en la ciudad muchos de aquellos matones e incluso algunos han ostentado cargos gremiales hasta hace muy poco».

El entrevistado comentó que también están reclamando «el juicio académico y político al presidente de la Cámara Federal de la Ciudad de Bahía Blanca, Luis Montezanti». Esto se debe a que, de acuerdo a un fallo judicial en contra del magistrado, «si bien no se lo puede imputar como miembro de la Triple A, si se puede decir que los grupos de derecha que integraba fueron el cuerpo que conformó luego la Alianza Anticomunista Argentina», explicó Lualdi.

Finalmente el entrevistado destacó «el coraje de Nebbia y Palazzani» donde aseguró que encuentran «una esperanza» y «una luz» para que estas causas sigan en debate y «encontremos los caminos jurídicos que permitan considerar a los crímenes de la Triple A como crímenes de lesa humanidad».

Desde la Unidad Fiscal sostuvieron que el asesinato de Watu “fue un claro mensaje y causó efecto porque la desmovilización fue muy grande”. Nebbia recordó un año después del homicidio se iba a realizar un juicio popular y los participantes “terminan todos detenidos antes de iniciarse la asamblea”.

A su vez puso el foco en la actualidad: “Eso tiene efecto al día de hoy, no solamente cerraron carreras y se borraron programas, por ejemplo el de la carrera de Economía de la UNS era de los más avanzados, sino que se perdieron estudiantes y profesores, profesores de la época y estudiantes que hoy serían profesores. El daño también lo sufren los pibes que hoy vienen a estudiar acá”.

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