8 marzo, 2015
Exhumarán los restos de Thomas Sankara, «el Che Guevara africano»
El cuerpo del “Che Guevara africano”, líder de la revolución de Burkina Faso en la década de 1980, serán desenterrados para comprobar su identidad. Tras la caída de Blaise Compaoré, el gobierno de transición decidió hacerse cargo de esta demanda histórica de sus seguidores

Los restos de Thomas Sankara, que fuera presidente de Burkina Faso desde 1983 hasta su asesinato en 1987, serán exhumados para comprobar su identidad. Así lo decidió el gobierno de transición liderado por Michael Kafando, en el poder desde noviembre de 2014, cuando derrocó a Blaise Compaoré.
Compaoré presidió el país durante 27 años, luego de traicionar a Sankara, quien sería asesinado junto con doce miembros de la guardia presidencial. Durante su dictadura, “Beau Blaise” (“hermoso Blaise”, como era conocido irónicamente) se negó a los pedidos de la familia y los seguidores del líder muerto. Finalmente, las protestas populares de 2014 derivaron en un golpe de Estado que terminó con su gobierno.
El presidente de la transición, Michael Kafando, anunció instrumentaría los medios para que la familia pudiera exhumar el cuerpo. Mariam Sankara, esposa del revolucionario, respondió: “Nosotros (la familia), no podemos hacerlo. Queremos que la Justicia lo haga. Y cuando lo hagan, tiene que ser en el contexto de un proceso judicial para saber la verdad y encontrar a los asesinos del presidente Sankara”.
El hombre íntegro
Thomas Sankara llegó a la presidencia en agosto de 1983, de la mano de un movimiento de oficiales de segunda línea del Ejército que derrocó a Jean-Baptiste Ouedraogo. Apenas comenzado su gobierno, anunció el carácter antiimperialista de la revolución y dio inicio a la denominada Revolución Democrático-Popular.
El punto central de su política fue la desaparición de la corrupción y los privilegios en los funcionarios de gobierno. Vendió los Mercedes-Benz oficiales y estableció como auto para los funcionarios el Renault 5, que era el auto más barato que se vendía en el país. Redujo los sueldos de todos los cargos públicos y obligó a entregar un mes de ese salario a proyectos de la revolución. En el primer aniversario de su gobierno, tomó la decisión de renombrar al país como Burkina Faso, que significa “tierra de hombres íntegros” en las lenguas nativas mooré y dyula.
Fue el primer líder africano que se opuso al pago de la deuda externa, e intentó en ese sentido conformar un bloque dentro de la Unión Africana.“No podemos hacernos cargo del dinero que los colonialistas pidieron a sus propios países” decía entonces. Vecino del gobierno de Félix Houphouet-Bogny en Costa de Marfil, el principal promotor de la Françafrique, la presencia neocolonial francesa en sus ex colonias africanas, peleó especialmente contra esta penetración.
La reforma agraria impulsada desde el primer día de gobierno llevó a que en poco tiempo se triplique la producción de trigo en Burkina Faso, ayudando a paliar la hambruna endémica del país. Esta medida fue de la mano de otra, quizá la más novedosa de la revolución burkinabé: la reforestación y el cuidado del medio ambiente, en un territorio mayormente desértico y maltratado por la tala y el pastoreo sin control.
El primer feminista africano
“Nuestra revolución interesa a todos los oprimidos, a todos los que son explotados en la sociedad actual. Interesa, por tanto, a la mujer, puesto que la base de su dominación por parte del hombre radica en el sistema de organización de la vida política y económica de la sociedad. La revolución, al cambiar el orden social que oprime a la mujer, crea las condiciones para su verdadera emancipación”, dijo Sankara en su “Discurso de Orientación Política”, de octubre de 1983.
Durante su gobierno, se nombró una importante cantidad de mujeres en altos cargos, algo que aún hoy, 30 años después, es una rareza en el África subsahariana. Prohibió la práctica de la ablación de clítoris, así como el matrimonio forzado y la poligamia. Trabajó en el reclutamiento de mujeres para el Ejército y los Comités de Defensa para la Revolución, e incluso formó una guardia personal suya íntegramente femenina.
Además, cuando la mayoría de los gobiernos no solo de África sino del mundo entero negaban o desconocían el problema del SIDA, Sankara lo reconoció como una grave amenaza y trabajó para su prevención.
Su traición y asesinato, por parte de Blaise Compaoré, además de un acto despreciable como tantos otros similares ocurridos en África, significó para el mundo la pérdida de un líder único. Sankara continuó y profundizó la línea de los otros grandes nombres de la liberación del continente negro: Patrice Lumumba, Kwame Nkrumah, Samora Machel y Amílcar Cabral, entre otros.
En palabras de su esposa, Mariam: «Thomas supo mostrar a su pueblo que podían llegar a ser dignos y orgullosos a través de la fuerza de voluntad, el coraje, la honestidad y el trabajo. Por encima de todo, lo que más quedó de mi marido tras su asesinato es su integridad”.
Nicolás Zyssholtz – @likasisol
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