3 marzo, 2015
Francia: Entre la ultra-derecha y la socialdemocracia neoliberal
El próximo 22 de marzo habrá elecciones departamentales en el país galo y el 29 se hará el ballotage entre las listas que más votos obtengan. El Frente Nacional de Marine Le Pen se presenta como favorito para ganar en la primera vuelta en muchos departamentos del país aunque le costará imponerse en la segunda elección.

El continente europeo comenzó el 2015 con una agitada dinámica política. En el mes de enero el atentado a Charlie Hebdo en París, con el trágico saldo de 11 muertos y 11 heridos, atribuido a organizaciones terroristas islámicas y el triunfo de Syriza en Grecia el 25 del mismo mes fueron los hechos más relevantes. Tendencias políticas radicalmente opuestas se han fortalecido con cada uno de estos acontecimientos.
Los ultra-conservadores
El próximo proceso electoral en Francia no estará ajeno a esta realidad nacional y continental. Este 22 de marzo habrá elecciones departamentales en Francia y el 29 habrá una segunda vuelta entre las dos listas que más votos obtengan en cada departamento.
Una reciente encuesta del Instituto de Opinión Publica (IFOP) destaca que el Frente Nacional (FN) dirigido por Marine Le Pen obtendría el 30% de los votos en todo el país. Por cierto que no sé trata de una novedad, el partido de ultra-derecha ya había logrado el primer lugar en las elecciones al Europarlamento en mayo del 2014. El dato relevante, en este caso, es que su caudal electoral aumenta. En aquella ocasión sólo había obtenido el 24%.
La misma encuesta señala que Unión por un Movimiento Popular (UMP) que volvió a ser dirigida por Nicolás Sarkozy en los últimos meses, junto a sus aliado de la Unión de Demócratas Independientes (UDI), están cerca de alcanzar al FN con un 28%.
El atentado contra Charlie Hebdo, fortaleció los argumentos ultra-conservadores que mantiene el FN. El partido de Marine Le Pen expresa una nueva derecha que cuenta entre sus integrantes a grupos racistas y xenófobos aunque busca moderar esas expresiones hacia la mayoría de la población.
El fortalecimiento reaccionario tiene datos que no se limitan a lo estrictamente electoral. Otra reciente encuesta realizada por Centro de Investigación Política de Science PO (CVEPOF) destaca que el 56% de los ciudadanos encuentra en «el islam» una amenaza para la República Francesa. El 69% también opina que en el país hay demasiados inmigrantes.
Desde el atentado a Charlie Hebdo se han multiplicado las expresiones islamófobas. En el mes de enero se registraron 176 actos contra instituciones o personas islámicas (más que en todo el 2014). Los atentados con granadas, disparos o incendios a Mezquitas no fueron algo aislado en algunas localidades sino que se dieron en puntos muy diversos del país.
La socialdemocracia neoliberal
El apoyo al presidente François Hollande había aumentado luego del atentado del 7 de enero. Así lo mostraban las encuestas en los días posteriores. Su gobierno, como muchas otras expresiones de la socialdemocracia en el continente, comenzaba a sufrir el desprestigio de prometer soluciones a la crisis y aplicar las mismas medidas que los conservadores. Ejemplos como el del PASOK en Grecia y el PSOE en España aparecían como un posible destino.
La orientación conservadora y pro-austeridad se había expresado cuando en agosto del año pasado le quité del mando del ministerio de Economía y Finanzas a Arnaud Montebourg integrante del ala considerada como más izquierdista del Partido Socialista. En su lugar designó a Emmanuel Macron, un joven asesor de empresas multinacionales y ex asesor de la banca Rothschild.
Las consecuencias de esta decisión se expresaron en la aprobación de la llamada Ley Macron de flexibilización laboral que aumenta de 5 a 12 los domingos laborables en el año y cuestiona la ley de 35 horas de trabajo semanal. El gobierno tuvo que aprobarla por decreto porque no lograba los votos suficientes en el parlamento.
Esta ley es la primera de un paquete de medidas que apunta a liberalizar la economía reduciendo la carga fiscal sobre empresas privadas y generando «facilidades» para que el Estado se desprenda de empresas públicas.
El último 8 de febrero en la segunda vuelta de la elección departamental de Doubs el PS logró triunfar sobre el FN. Se trató de las primeras elecciones luego del atentado contra Charlie Hebdo y en la primera vuelta había logrado la primera posición el FN. UMP había quedado afuera del ballotage y el partido conservador llamo a no votar ni al PS ni al FN, pero quienes los habían apoyado se inclinaron por el PS para frenar el avance del partido de ultra-derecha.
A pesar de ese buen resultado para el oficialismo que mostraba un repunte en su perspectiva política, según las actuales encuestas apenas alcanza el 20% de la intención de voto.
Conclusiones parciales
La reciente encuesta también destaca que Los Verdes (partido ecologista) rondan el 7% de los votos y el Frente de Izquierda (conformado por el Partido de Izquierda y el Partido Comunista) el 6%. Otro dato relevante es que en las elecciones parlamentarias se calcula una abstención del 57% del electorado, aunque ese número de abstención es similar al de las últimas elecciones de 2014.
Las tendencias ultra-conservadoras desatadas con el atentado de Charlie Hebdo claramente predominan por sobre el resultado electoral que se dio en Grecia. Probablemente el avance del Frente Nacional no logre más departamentos que los que obtengan conservadores y socialdemócratas que en la segunda vuelta aprovecharan el rechazo que hay hacia esta formación.
El escenario de Doubs seguramente se repita. Pero este avance, lejos de ser minimizado, es parte del fortalecimiento de grupos de ultra-derecha como Pegida en Alemania, Ukip en Reino Unido, Amanecer Dorado en Grecia o los Demócratas de Suecia. Se trata también de una apuesta previa de cara a las próximas elecciones presidenciales del 2017 en Francia.
Por el otro lado, Martine Billard, del Partido de Izquierda, en una nota sobre la situación griega sostiene que: «Ellos necesitan nuestra solidaridad, toda nuestra movilización para doblar los gobiernos de los países de la Unión Europea». Pero aquellos que son solidarios con el gobierno griego aún están lejos de poder seguir sus pasos.
Lucas Villasenin – @villaseninl
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