24 febrero, 2015
Nisman: Nuevos testigos y conjura de espías
La investigación por la muerte del fiscal Alberto Nisman sigue su curso, en estos días a las declaraciones de Natalia Fernández se conocieron las de un nuevo testigo. La conspiración iraní-cubano-venezolana para matar al fiscal y los promotores de la hipótesis del asesinato.

La investigación por la muerte del fiscal Alberto Nisman continúa su curso, así como las polémicas suscitadas a su alrededor. Desde la fiscalía conducida por Viviana Fein se afirma la hipótesis del suicidio, mientras aquella que indica que el titular de la Unidad Fiscal Especial – AMIA (UFI-AMIA) fue asesinado debe enfrentarse a todo un cúmulo de evidencia recolectada que parece ir en sentido contrario. No obstante la jueza Fabiana Palmaghini mantiene la carátula de muerte dudosa.
Luego de declarar ante Fein, la testigo Natalia Fernández volvió a aparecer en público e indicó: “Puede que entre lo que le dije a Clarín y lo que declaré haya diferencias, porque fui mucho más puntillosa con horarios y demás, pero no cambié mi relato en sí. Más que nada mi problema de memoria es con los horarios”.
Estas declaraciones surgen luego del fuego cruzado entre la fiscal a cargo de la investigación, los dichos de Fernández ante el diario Clarín, su posterior declaración y las interpretaciones sobre si ratificó o rectificó en sede judicial lo señalado ante la prensa.
Sobre el tratamiento mediático de sus declaraciones, Fernández sostuvo que “ustedes (por los periodistas) le creen a un comunicado de Viviana Fein sobre mi declaración con ella, pero mi declaración ni yo la tengo, pedí copia pero me dijeron que no. Sólo en este país te toma declaración la misma persona que te dice ‘mentirosa’ por desacreditar su forma de trabajo” y agregó: “Seguro que Arroyo Salgado no cree que soy una chanta”.
Mientras se daban a conocer las nuevas declaraciones de Fernández, quien sumó su voz fue otro testigo, en este caso acercado por la policía a la escena del hecho, y conocido por el nombre de DC. Según el mismo, y contradiciendo a lo afirmado por Natalia Fernández, no había nadie comiendo ni tomando café y todos los que allí se encontraban estaban trabajando.
Este testigo sostuvo por otra parte que “en el living y el comedor había unas 15 personas de Prefectura. En la mesa vi papeles y una carpeta amarilla, y un prefecto en la punta que pasaba datos a una netbook. Sentada en el sillón del living estaba esta chica Natalia con otra. Siempre la vi sentada, como un poco recostada. Ellas eran testigos de la Prefectura, nosotros de la policía. Había peritos buscando huellas y esas cosas”.
La hipótesis del homicidio y sus promotores
Entre quienes promueven la hipótesis del homicidio se encuentra principalmente la ex mujer de Alberto Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado. La magistrada, querellante en la causa, criticó el accionar de la fiscal Fein e insistió que en su caso habría tomado un camino alternativo de investigación.
Como parte de lo actuado en estos días, no solo concurrió a la marcha del 18F convocada por un grupo de fiscales, sino que también volvió a reunirse con el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti.
Sobre la movilización del miércoles 18 afirmó: «La participación que decidimos tener en la marcha tiene que ver con que me pareció importante que mi hija de 15 años y la nena más chica, al menos con videos en el futuro, pudieran ver y dimensionar la importancia del trabajo que venía haciendo su papá”.
Una de espías y servicios iraníes-venezolanos-cubanos
Las teorías y conspiraciones están a la orden del día, en una causa con marchas y contramarchas, que avanza a un ritmo cansino, y donde los grandes medios de comunicación suelen tener información antes que la propia fiscal a cargo de la causa.
En un collage que mezcla a los fallecidos presidentes Hugo Chávez y Néstor Kirchner, la revolución bolivariana y la supuesta expansión hacia América Latina de la influencia iraní, uno de los editores estrella del grupo Clarín, Eduardo van der Kooy, apunta que en ámbitos de inteligencia, diplomáticos y policiales, cobra cada vez mayor fuerza la hipótesis de que la muerte del fiscal de la UFI-AMIA fue llevada adelante «por un comando venezolano-iraní, con adiestramiento cubano».
Este eje del mal permitiría a su vez comprobar por elevación que la República Islámica de Irán está detrás del atetando sufrido hace casi 21 años en la sede de la AMIA.
Otra fuente periodística, en este caso procedente de Israel, el portal Debka file, decide abonar también la teoría de la presencia de un comando iraní en la muerte de Nisman. Desde el sitio destinado a la inteligencia militar se sostiene que “dos ministros de inteligencia iraníes, el influyente Mahmoud Alavi y su predecesor Hojjat-ol- Eslam Heydar Moslehi, se rompieron su cerebro durante nueve años buscando una manera de silenciar al fiscal judío”, esta tarea, continúa Debka file, fue llevada adelante en colaboración con servicios de inteligencia argentinos.
El supuesto atacante habría sido un agente que operaba bajo el nombre de Abbas Haqiqat-Ju. El mismo “se presentó como un ex alto oficial de la inteligencia de Irán que había desertado”, dedicado a ganarse la confianza de Nisman entregándole alguna documentación relacionada a la voladura de la AMIA.
Aquel 18 de enero sostienen desde Debka “el fiscal le abrió la puerta a su asesino. Como era de confianza, este sabía exactamente dónde encontrar la pequeña arma que el trabajador judicial le había pedido prestada a un amigo y la usó para matarlo”.
¿Pruebas de estas teorías? Ninguna, pero para especular hay tiempo de sobra.
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