16 febrero, 2015
Who you’re gonna call? Better call Saul
Cada martes los fanáticos de Breaking Bad tenemos un motivo para vernos poseídos por la ansiedad: Better Call Saul, serie que se desprende de la historia del profe narco más famoso de la ficción, consigue aire en el sitio de streaming Netflix. Leyes, cómo romperlas y mucha arena desértica directo de la cabeza de Vince Gilligan.

Cada martes los fanáticos de Breaking Bad tenemos un motivo para vernos poseídos por la ansiedad: Better Call Saul, serie que se desprende de la historia del profe narco más famoso de la ficción, consigue aire en el sitio de streaming Netflix. Leyes, cómo romperlas y mucha arena desértica directo de la cabeza de Vince Gilligan.
Un poco de historia
El riesgo era grande. A lo largo de la historia de la ficción podemos encontrar numerosos ejemplos de spin-offs (series cuya historia se desprende de una que viene siendo exitosa) que, no solo fracasaron sino que bastardearon a personajes ya de por sí muy queridos por los fanáticos.
Basta recordar algunos de ellos, como Young Americans (que le debe su trama a la mítica Dawson’s Creek), Joey (sí, el ítalo-americano galán de Friends) o -está abierto a debate- The Cleveland Show. Sin embargo también hay de las otras. Spin-offs que profundizan en la historia de algún personaje que supo resaltar a lo largo de la serie madre y merece ser explicado qué fue de él/ella ya terminada la historia principal o, incluso, qué es lo que hacía previo a su primera aparición.
A Saul Goodman no le tomó muchos episodios ganarse la simpatía de los fanáticos de Breaking Bad. En sus días de ayudar a Walter White a escaparle a las consecuencia de convertirse en el rey de la droga de Albuquerque, demostró tener la cintura suficiente como para que los fanáticos se preguntaran cómo llegó a ser un hombre de ley con tal actitud para burlar esa ley.
Vince Gilligan y Peter Gould entendieron esto. Los creadores de Breaking Bad, incluso antes de terminarla en 2012, coincidieron en que la idea de crear una serie sobre un abogado que hace lo necesario para estar fuera de un juzgado era atractiva. Para 2013 las negociaciones con diferentes cadenas televisivas estaba en marcha así como el visto bueno de Sony para la producción y, cuando AMC parecía no estar un 100% convencida de esto, Netflix intervino y terminó de destrabar el asunto.
Justo donde lo dejamos
Paranoico, bigotudo y pelado. El peso sobre los hombros de un muy deteriorado Saul aún es muy grande. Los sucesos alrededor de su relación con el mítico Heisenberg están muy presentes y sus ansias de dejar esos días atrás arden en su sien. Lo que resta ver ahora es cómo llegó a ese punto nodal en su vida. Es por eso que la historia nos lleva 13 años atrás, al año 2002.
“Uno”, el primer capítulo de la serie, gira en torno a Jimmy McGill (tal es el verdadero nombre del abogado) en sus viejos días de defensor público, cuando su semana no iba más lejos de defender a algunos adolescentes que gustaban de coquetear con la necrofilia. Cómo es que llega a relacionarse con la peor escoria del hampa de Albuquerque es lo que resta esperar de los siguientes capítulos.
Las dudas alrededor de cómo tomaría el público esta decisión de llevar más allá una historia que había cerrado de manera tan perfecta (acorde a lo pronunciado por la crítica especializada desde la finalización de Breaking Bad) nunca dejaron de girar alrededor de la cabeza de Gilligan y Gould. Sin embargo, el estreno del primer episodio de Better Call Saul rompió todos los récords de audiencia para un capítulo piloto de serie con una cifra para nada despreciable de 6.9 millones de televidentes. Además, fue bien recibido por la crítica especializada, que no tardó en referirse a la historia de Goodman ya no como un spin-off sino como una respetable serie en sí misma.
“¿Puede Saul competir con Walter White? No. Pero tampoco tiene por qué hacerlo. Better Call Saul arroja una simple pero fascinante pregunta: ¿Que lo llevó a Jimmy McGill a transformarse en el cruel, endurecido pero entretenido aboado ‘criminal’ Saul Goodman?”. Esta interesante reflexión es la que tira Roth Cornet del sitio de series, películas y videojuegos IGN. Y es eso lo que atrae de cada elemento surgido de la cabeza de Gilligan. La transformación. Los procesos madurativos de un personaje.
Acaso como los matematicamente diseñados personajes y tramas del Sons of Anarchy de Kurt Sutter, en las ficciones de la dupla Gould & Gilligan todo ocurre por una razón. Nada es librado al azar. Ni siquiera las repercusiones de esta serie que cada martes nos mantendrá oprimiendo el F5 del teclado frenéticamente.
Iván Soler – @vansoler
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