2 febrero, 2015
Los trabajadores de Lear y la lucha por su reincorporación
Los trabajadores de la empresa autopartista Lear volvieron a cortar la autopista Panamericana reclamando por que se haga efectiva su reincorporación decida por la justica a fines de 2014. La empresa señala que cumplió con el fallo judicial y que sobrevive un conflicto político.

Los trabajadores de la empresa autopartista Lear, de capitales norteamericanos, protagonizaron el año pasado uno de los conflictos laborales más extendidos y de mayor repercusión, que los llevó incluso a enfrentarse a la conducción del gremio de mecánicos, el SMATA. Las diferentes medidas de lucha llevadas adelante por los trabajadores despedidos contaron con piquetes, marchas y cortes en la autopista Panamericana.
Cuando el 2014 finalizaba la justicia decidió la reincorporación de los trabajadores despedidos el 27 de mayo de aquel año. En esa ocasión el delegado de la planta, Rubén Matu sostuvo: “Para nosotros es una enorme alegría que hoy estén reincorporados los compañeros que lucharon seis meses sin cobrar los salarios y se negaron a aceptar las indemnizaciones. El próximo 19 de enero, cuando finalizan las vacaciones de la planta, volveremos junto a nuestros compañeros y nuestras compañeras, mal que les pese a la empresa y a la conducción del SMATA, que hizo todo lo posible para que los compañeros queden en la calle”.
Vencida la fecha dada para la reincorporación, tras las vacaciones, los trabajadores despedidos denunciaron que la empresa se negaba a acatar la decisión tomada por la sala X de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, por lo que decidieron volver a los cortes en la autopista Panamericana, el último de ellos realizado el viernes 30 de enero.
Los trabajadores señalan que existe un “incumplimiento reiterado por parte de la empresa Lear del fallo de la Sala X de la Cámara Nacional de Apelaciones que la obliga a reincorporarnos de forma efectiva e inmediata” y agregan en un comunicado que “ya van cuarenta días desde el fallo, y la empresa lo incumple con excusas cada vez más absurdas. Esto no puede permitirse un día más”.
Según la empresa autopartista no existe ninguna violación del fallo judicial ya que los trabajadores fueron reincorporados como ordenó la Cámara antes de fin de año. En enero el Juzgado Nacional de Primera Instancia del Trabajo N°56 levantó una medida cautelar al acreditar que se había cumplido con el procedimiento preventivo de crisis, indican desde Lear.
El día 23 de enero se llegó a un acuerdo de retiro voluntario con un grupo de trabajadores y “sólo aún 16 personas que insisten en su pretensión de ser reincorporados no acordaron, aunque se les continúa ofreciendo el pago total de la indemnización, más un beneficio extra de 20 sueldos adicionales. Es importante aclarar que la empresa autopartista tiene el derecho de prescindir de trabajadores que no cumplieron con las expectativas de producción”, apuntan desde la multinacional de capitales norteamericanos. Desde Lear también señalan que esto no se trata de un conflicto gremial sino político.
Al ser consultado por la causa de los despidos, el director de empresa Antonio Marín, sostuvo que existen varios factores, pero principalmente que se trata de “gente a la que no le interesa trabajar. Lo único que les interesa es venir a provocar disturbios dentro de la planta” y agrega: “La producción está muy bien. Adentro se trabaja muy bien. Por eso no podemos permitir que entre esta gente. Cuando ellos estaban adentro, la planta operaba con un 47% de eficiencia”.
Para los trabajadores despedidos la empresa continúa sin acatar la decisión de la Cámara de Apelaciones y no efectiviza la reincorporación acordada en diciembre de 2014 tras seis meses de conflicto.
La autopartista indicó por otra parte, en palabras del propio Marín, que la situación actual de la planta «es ideal», y se piensa incluso con contratar a nuevos trabajadores, dando por tierra de esta manera con la crisis que aseveraban sufría el sector.
La industria automotriz estuvo a lo largo del 2014 en el foco del conflicto por los despidos y suspensiones que se llevaron adelante en Fiat, Peugeot, Renault, entre otras, y que fueron justificados desde las diferentes cúpulas empresariales por la caída de la producción tras la devaluación de enero y el déficit comercial con Brasil.
Esto no impidió, sin embargo, que el año finalizara con una producción de 600.000 autos, algo menor a los 790.000 producidos en 2013, pero muy superior a los 169.000 que se producían diez años antes. La situación debió ser reconocida por el propio titular de Fiat, Cristiano Rattazzi, para quien “muy bueno fue el año pasado. Igual, este está entre los mejores de la historia argentina”.
La industria automotriz se consolidó durante la última década como uno de los emblemas de la recuperación económica tras la crisis de los años 2001-2022. Caracterizada por un entramado productivo altamente concentrado y especializado, las automotrices instaladas en el país, todas de origen multinacional, operan bajo una lógica global, que trabaja incorporando desarrollos externos.
La fuerte dependencia tecnológica del sector, que no supo ser revertida en estos diez años, contribuye al déficit comercial de esta industria y termina teniendo un rol central en el estrangulamiento del sector externo.
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