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30 enero, 2015

Cecilia Merchán: «Tenemos que estar más atentos en la asistencia y contención a las víctimas de trata»

Este miércoles se publicó en el boletín oficial una reglamentación de varios artículos de la ley de Prevención Y Sanción de la Trata de Personas y Asistencia a sus Victimas. Desde Notas entrevistamos a Cecilia “Checha” Merchán, coordinadora del Comité para la Lucha contra la Trata y Explotación de Personas quien analizó la situación de esta problemática en el país.

Con 45 años, la ex diputada cordobesa Cecilia «Checha» Merchán coordina desde 2014 el Comité para la la Lucha contra la Trata y Explotación de Personas, integrado por los Ministerios de Seguridad, Justicia y Derechos Humanos, Desarrollo Social y Trabajo. En esta entrevista analizó la actualidad de la lucha contra la trata de personas en la Argentina, las novedades que imprime la reglamentación de la ley y las principales trabas para prevenir y erradicar este complejo crimen y negocio.

– Uno de los puntos centrales de la reglamentación es la creación del Consejo Federal, ¿Qué función va a tener y cuál es la importancia de su creación?

– La importancia del Consejo es que profundiza las políticas que se han llevado adelante en estos últimos años en Argentina. De hecho desde el Comité Ejecutivo contra la Trata durante todo un año de trabajo hemos fortalecido las políticas de cada ministerio, potenciado las articulaciones e iniciado procesos de unificación de protocolos de acción. Es un trabajo mucho más coordinado en la asistencia, prevención y persecución del delito. Logramos tener una campaña unificada a nivel nacional en contra de la trata que aborda distintos aspectos y desde una perspectiva novedosa.

El Consejo Federal lo que va hacer es profundizar este tipo de articulaciones, pero ahora todos juntos entre las provincias, los tres poderes del Estado (Legislativo, Judicial y Ejecutivo) y la Procuración General.

También las organizaciones de la sociedad civil son parte del Consejo Federal. Los otros integrantes del Consejo Federal van a tener que determinar de qué modo se van a elegir esas organizaciones, que por ley está planteado que tienen que ser tres.

– Otra parte de esta reglamentación establece la delimitación de tareas y responsabilidades concretas de cada ministerio, con la intención de regular los procedimientos de contención y asistencia a las víctimas ¿Cuáles son los principales tareas que va a desarrollar cada uno?

– Me parece importante tener en cuenta que la mayoría de esas tareas son cosas que ya se vienen desarrollando.

El Ministerio de Seguridad tiene la responsabilidad de formar a las cuatro fuerzas federales para que puedan llevar adelante la persecución del delito en todo el territorio de la Nación. Esa es una tarea que ya se viene llevando adelante. Ahí lo que va dejando claro es cómo deben las fuerzas de seguridad proteger a la víctima, tanto la identidad, como que el procedimiento no sea igual para víctimas que para victimarios. Esto es muy importante.

Por otro lado, Justicia tiene a cargo la tarea del rescate de las víctimas, justamente para dirimir como se atienden a las personas que son víctimas y de cómo se trata a las personas que son tratantes. La Oficina de Rescate tiene la tarea de avanzar hasta el momento de la declaración de esa persona que ha sido rescatada.

El Ministerio de Desarrollo Social, por su parte, tiene la responsabilidad de llevar adelante la asistencia posterior a la víctima, articulando con todas las provincias y con el Ministerio de Trabajo. Este tiene una gran tarea de reinserción laboral.

Es un trabajo absolutamente articulado. Lo que deja en claro esta reglamentación es que por ejemplo Justicia y Trabajo pueden ser querellantes en las causas y patrocinantes de las víctimas, en causas de las dos formas de trata (laboral y para explotación sexual).

-Más allá de la decisión judicial, ¿políticamente que implica esta novedad de que el Estado se pueda presentar como querellante en causas por trata de persona?

– Lo que expresa es un compromiso muy alto con el tema. El Estado, por ejemplo, puede ser querellante en casos de lesa humanidad. En situaciones como estas es muy importante porque estamos hablando de una violación muy extrema de los derechos humanos y que justamente se han violado normas básicas de la convivencia dentro del Estado.

Ya hay algunos casos de trata con fines de explotación laboral donde el Estado se presentó como querellante.

 – Es sabido que la trata de personas funciona con complicidades a nivel policial, judicial y político ¿cuáles fueron las trabas con las que te topaste durante este tiempo que estuviste al frente del Comité Ejecutivo?

– Me parece que justamente las trabas están asociadas al tipo de delito,  es parte del crimen organizado. No existiría el delito de trata si no hubiera connivencia y complicidad de distintos actores del poder, que en muchísimos casos son espacios del propio Estado (provinciales, locales) y de los distintos poderes.

Por otro lado, es un delito que tampoco existiría si no hubiera una sociedad que lo permitiese. Una sociedad que también tiene que modificar sus puntos de vista, tanto el machismo que permite que se crea que los hombres y las mujeres puedan ser compradas y vendidas o la xenofobia, el racismo, que permite que haya personas que por su color, origen, o la región de la que son oriundos, pueden ser explotados laboralmente de sol a sol.

Están son características intrínsecas de este delito que viola derechos muy profundos y violenta de una manera muy extrema a las personas. Abordar el tema no es sencillo, ni para hacer bombas de humo.

– La Ley contra la Trata de Personas se sancionó en 2008, se modificó en 2012, se creó el Comité en 2014 y ahora se reglamenta parcialmente ¿Qué es lo que falta para tener una política del todo efectiva según tu experiencia?

– La ley como está puede funcionar perfectamente y de hecho lo está haciendo. Lo aclaro porque es falso que no se reglamentó la parte penal, como dicen algunas críticas que circulan. Eso no requiere reglamentación, de hecho han sido imputadas 115 personas desde la modificación de la ley.

Lo que falta ahora es que se constituya el Consejo Federal y que empiece a funcionar. No como una foto, sino como un organismo que unifique políticas y permita articular a nivel general. Eso es algo que sería muy importante.

Creo que hay que seguir profundizando cada vez más la línea que la sociedad argentina en su conjunto iniciara en el 2008. Digo la sociedad en su conjunto porque no es sólo el Estado sino las organizaciones, que todos los días hacen algo y aportan también a cambiar las miradas, a visibilizarlo.

También pienso que debemos estar cada vez más atentos respecto de la asistencia a las víctimas. Son muchos los derechos que se han violado a esas personas, entonces hay que poner una mirada aún más profunda, ya producto de la experiencia que hemos desarrollado en estos años.

– Te quería preguntar sobre el tema de trata para explotación sexual,  ¿cuáles son los desafíos en ese terreno? ¿Se puede hablar escindidamente de trata y prostitución?

– En primer lugar, creo que han cambiado mucho algunas condiciones. Hace 20 años era muy normal y muy aceptado socialmente como parte de una realidad que todos los jóvenes debutaran en prostíbulos, por ejemplo. Si bien sigue siendo una conducta muy arraigada en nuestra cultura, hay cosas que se han modificado y hay más condena social a esa idea de pagar por sexo como algo muy normal. La campaña que desplegamos durante el Mundial fue pensada justamente para desalentar ese tipo de acciones y prácticas.

Con respecto a la prostitución y la trata, me parece que es importante decir que la Argentina es un país abolicionista con respecto a la prostitución. Eso implica que no se puede perseguir a las personas que están en situación de prostitución de ninguna manera y que si se debe perseguir a todos aquellos que lucran de esa situación, es decir el proxenetismo, los tratantes y quienes explotan a otra persona. Esa es nuestra legislación.

Después existen por ejemplo los códigos contravencionales o los códigos de faltas, que hacen todo lo contrario. Persiguen a las personas en situación de prostitución por estar en la vía pública y dejan siempre libres a los proxenetas con ordenanzas de espectáculos públicos y habilitan los prostíbulos con nombre falso.

Personalmente creo que no hay manera de disociar la prostitución de la trata porque el sistema prostibulario es de por sí donde fundamentalmente están las personas, mujeres sobre todo, que han sido víctimas de trata.

Creo que en eso nos debemos no solamente un debate, sino ver cómo se profundiza la acción del Estado en este línea, en una línea abolicionista que no persiga a las personas, mujeres fundamentalmente y que vaya desalentando este tipo de visión desde el punto de vista cultural. Que persiga mucho más contundentemente todavía a los proxenetas y a los tratantes.

 

Julia de Titto – @julitadt

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