7 enero, 2015
Syriza y la lucha por el gobierno griego
Grecia debió adelantar las elecciones para el próximo 25 de enero ante una crisis gubernamental. La Coalición de Izquierda Radical (Syriza) encabeza actualmente las encuestas aunque no le alanzarían los votos para conformar gobierno por si sola planteando la necesidad de conformar alianzas. Qué proponen y cuales son sus desafíos.

El 29 de Diciembre el parlamento griego, luego de intentarlo por tercera vez, no logró elegir presidente. El primer ministro Antonis Samaras se vio obligado a disolverlo y convocar a elecciones anticipadas para el 25 de enero. Stavros Dimas, que era el candidato del gobierno para suceder a Samaras, no llegó a reunir los 200 votos necesarios para ser elegido. Los conservadores de Nueva Democracia y los socialdemócratas del PASOK no llegaron esta vez a un nuevo acuerdo.
La situación política del país heleno no es comprensible sin tener en cuenta los sucesos que se dieron durante los últimos cinco años. La crisis estalló en Grecia en el 2010 luego de que se comprobaran las falsificaciones sobre los índices deficitarios de su economía. Desde entonces la especulación financiera y la presión de la troika (Banco Central Europeo, FMI y la Comisión Europea) para que se implementen políticas de ajuste tuvieron como resultado decenas de miles de despidos de trabajadores estatales, reducciones de las pensiones a los jubilados y de salarios, además de que la misma deuda externa griega se triplicara en un período de seis años.
El nivel de vida de la población bajó drásticamente. El desempleo, la falta de asistencia del Estado, las suspensiones de servicios básicos como el gas, la luz o el agua se transformaron en una constante. No son raras las imágenes de griegos en las ciudades quemando madera para calefacción, asistiendo a comedores comunitarios, viviendo en las calles, niños yendo al colegio solo para comer algo o dejándolo para trabajar informalmente. Las estadísticas indican que la pobreza alcanza, actualmente, a una cuarta parte de la población.
En el 2010 las respuestas a estas políticas fueron una oleada de sucesivas huelgas de sindicatos y movilizaciones que tuvieron su momento de auge en febrero del 2012 cuando el parlamento terminó aprobando un paquete de medidas de ajuste exigido por la Unión Europea para que Grecia sea «rescatada» de la crisis.
En las elecciones de junio del 2012 la sorpresa fue el gran desempeño electoral de la Coalición de Izquierda Radical (Syriza) que salió segunda con el 26,9% a menos de tres puntos del partido conservador Nueva Democracia que terminó formando un gobierno de coalición junto al PASOK e Izquierda Democrática.
Desde aquél año Syriza, que había surgido en el 2004, a partir de la coalición entre militantes de izquierda provenientes de diversas tradiciones políticas (maoístas, trotskistas, ecosocialistas, eurocomunistas, entre otros), cuenta con 71 representantes en el parlamento griego.
En mayo del año pasado logró triunfar en las elecciones para el parlamento europeo consiguiendo seis eurodiputados y gobierna 66 ayuntamientos (municipios). Actualmente se puede decir que Syriza rompió definitivamente con la hegemonía que compartían Nueva Democracia y PASOK en el país.
Syriza encabeza las encuestas
Para las elecciones del 25 de enero, la encuesta de la empresa Rass sostiene que Syriza, con la candidatura de Alexis Tsipras, obtendría un 30% y el actual presidente Antonis Samaras, del conservador Nueva Democracia, llegaría al 27,3%. Otras encuestas manejan un pequeño margen mayor a favor de Tsipras. Ante esta situación la coalición de izquierda ganaría pero se vería obligada a tejer alianzas para gobernar.
El 2 de enero Alexis Tsipras presentó el programa electoral de Syriza en el estadio Neo Fáliro. Se trata del mismo Programa Salónica presentado en septiembre del último año. La prioridades políticas para quienes lideran las encuestas son medidas de urgencia alimentaria, habitacional y sanitaria, luego la recuperación de las pequeñas y medianas empresas, la creación de empleos y la reforma estructural del Estado.
Los asesores económicos de Syriza consideran que con 1300 millones de euros invertidos en alimentación, salud, electricidad y viviendas, se puede poner en marcha un plan afectivo contra la crisis humanitaria que vive el país. Bonos para familias pobres, reducir impuestos a combustibles, volver a contratar a los despedidos por el Estado, establecer un salario mínimo de 751 euros y renacionalizar las empresas de servicios y algunos bancos son algunas de sus propuestas principales.
Se trata de un programa anti-neoliberal, contra los planes de ajustes y sometimiento a la troika. El «Compromiso Programático de Syriza» convoca a una conferencia internacional sobre la deuda del sur de Europa y propone una solución inspirada en la reactivación económica que se llevó adelante en el continente luego de la II Guerra Mundial. Sostiene que hay que suprimir una mayor parte de la deuda como se hizo con la deuda alemana en 1953.
Kostas Isychos, miembro del comité central de Syriza afirma que «gran parte de ella [la deuda] tiene que quedar fuera de la mesa de negociaciones”.
El desafío de Syriza
La lucha que se lleva adelante contra la Coalición de Izquierda Radical tiene en su vanguardia al primer ministro Samaras que, si bien se negó recientemente a debatir en público con Alexis Tsipras, no cesa de atacar a la organización. A pesar de que entre las propuestas de la coalición de izquierda no aparece que Grecia salga de la eurozona o abandone al Euro como moneda, Samaras no deja de repetir que en caso de que Tsipras gane las elecciones el país se quedaría inmediatamente por fuera del continente y dejaría de recibir inversiones extranjeras.
Apenas se convocó a elecciones, la bolsa de comercio griega se desplomó y el FMI suspendió el pago de fondos para ayudar al país hasta que se elija un nuevo presidente. El miedo es el elemento más utilizado en la campaña electoral de los conservadores. «Nosotros no jugamos con Grecia», es la consigna de campaña de Nueva Democracia que actualmente gobierna en un país con niveles de pobreza que nunca antes se habían visto.
Evidentemente los especuladores bursátiles, la troika y aquellos que impulsan sus política en el país no querían que los griegos tengan elecciones en este momento y quieren que ahora el miedo le gane a la esperanza. En este caso, Syriza tiene como desafío enfrentar a enemigos muy poderosos -que continuaremos analizando en una próxima nota- y poder llegar al gobierno desarmando el consenso conservador que existe entre los gobiernos europeos.
Lucas Villasenin – @villaseninl
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