14 diciembre, 2014
La definición del torneo y el efecto Brasil
La pelea por el título entre Racing y River será el punto culminante de una gran segunda mitad del año en el fútbol argentino, que a partir del éxito en el último Mundial parece empezar a salir de la crisis que lo aquejaba desde al menos cuatro años.

La pelea por el título entre Racing y River será el punto culminante de una gran segunda mitad del año en el fútbol argentino, que a partir del éxito en el último Mundial parece empezar a salir de la crisis que lo aquejaba desde al menos cuatro años.
“La vida es eso que pasa entre Mundial y Mundial”, es una frase que solemos escuchar al unísono mientras nos bombardean con avisos publicitarios de la Copa del Mundo antes de que empiece. Justamente entre Sudáfrica 2010 y Brasil 2014, el fútbol argentino tocó fondo.
En el medio del 0-4 en cuartos contra Alemania al 0-1 en la final a minutos de los penales, hubo errores por doquier que contribuyeron más a repetir lo primero que a soñar con lo segundo. Entre 2010 y 2014 descendieron 2 equipos grandes que nunca habían jugado en la B, como River e Independiente, San Lorenzo jugó una promoción para mantener la categoría, Racing no peleó ningún torneo y la Selección nacional quedó afuera en cuartos de final de la Copa América realizada en nuestro país. De los clubes grandes sólo Boca salió ileso consiguiendo un título local, una Copa Argentina y jugando una final de Libertadores. Además, Independiente ganó la Copa Sudamericana en el 2010 pero en el mismo semestre salió último de la competencia local y comenzó la debacle que terminaría con su descenso en 2013.
“Si el descenso de un grande es una conmoción, el de dos desnuda una crisis del sistema. (…) No es un grande el que está en crisis. Es el fútbol argentino”, escribió el periodista Ezequiel Fernández Moores en mayo del 2013 en la edición Nº59 de la Revista Un Caño, que tanto se extraña.
Poco se hizo desde los que (des)organizan los torneos en la AFA para que esta tendencia cambiara. Los cambios vinieron de adentro hacia fuera, la lluvia de irregularidades que rodean al fútbol nunca paró, es más se acrecentó, pero los protagonistas sacaron a flote un barco que parecía hundido.
El primer semestre de 2014 no cambió la tendencia de los 4 años anteriores. Pero el Mundial fue bisagra para el cambio que vendría después en nuestro país. La fase de grupos de Brasil 2014 fue de lo mejor que se haya visto en el fútbol de selecciones de alta competencia. Pero los partidos de eliminación directa fueron batallas tácticas y Argentina supo adaptarse perfectamente a los 2 torneos en 1 que hubo.
El equipo dirigido por Sabella le mostró a una generación entera, de gente nacida de los ‘90 en adelante, lo que era jugar una final del mundo. Casi un mes después, el San Lorenzo de Bauza le daría a todos sus hinchas la Copa Libertadores con la que soñaron siempre. Esos meses de julio y agosto con resultados históricos conseguidos por el fútbol argentino fue lo que animó a los entrenadores de los equipos nacionales a romper con la estructuras. El Torneo de Transición 2014 es la extensión doméstica de la primera fase del Mundial de Brasil.
A falta de 2 partidos por jugar, que definirán el campeón, el último torneo corto muestra estadísticas irrefutables que reflejan la pobreza en la que estaba inmerso el fútbol argentino. Cuenta con 6 equipos que metieron 28 o más goles (Racing, River, Lanús Independiente, Tigre y Godoy Cruz). La última vez que pasó algo parecido fue en el Clausura 2010 donde 5 equipos alcanzaron como mínimo esa cifra (Argentinos, Estudiantes, Godoy Cruz, Newell´s y Boca). En el medio, el Boca de Falcioni salió campeón del Apertura 2011 a 12 puntos de los segundos con apenas 25 goles convertidos.
En el Torneo 2014 ya hay 6 jugadores que convirtieron como mínimo 10 goles (Lucas Pratto, Silvio Romero, Maxi Rodríguez, Teófilo Gutiérrez, Gustavo Bou y Federico Mancuello). Hay que retroceder al Apertura 2006 para encontrar un ejemplo similar, torneo en el que Estudiantes salió campeón tras vencer a Boca en una final. Ese certamen hubo 7 jugadores que alcanzaron como piso los 10 goles (Rodrigo Palacio, Mauro Zárate, Mariano Pavone, Martín Palermo, Oscar Cardozo, Daniel Montenegro y Federico Higuaín).
Entre 2006 y 2014 hubo un torneo en el que ningún jugador metió 10 goles, fue el Inicial 2013 donde Mauro Matos y César Pereyra fueron los goleadores con apenas 9 tantos. Ese Inicial 2013 también batió el record negativo del campeón de torneos cortos con menos cantidad de puntos, fue el San Lorenzo de Pizzi que logró apenas 33.
El apasionante Transición 2014 se definirá entre sus mejores equipos. River es el que más goles a favor y menos en contra tiene. Racing el que más partidos ganó. Sin el desgaste físico de la Copa Sudamericana y el mental de haber jugado una serie eliminatoria con Boca, seguramente River ya se hubiera consagrado campeón. Cuando tuvo piernas fue por lejos el mejor, y su técnico Marcelo Gallardo fue una bocanada de aire fresco para un fútbol argentino que necesitaba un equipo grande con conciencia de clase, que salga a proponer de local y visitante.
El bajón de River fue aprovechado por el Racing de Diego Cocca, que muestra en la cancha todo lo contrario a lo que pregona cuando habla. Su Racing es más parecido a un equipo de Falcioni que a uno de Guardiola. Pero es mérito del entrenador haberse adapatado al esquema que mejor le calzaba a sus jugadores.
Los partidos más vistosos que jugó Racing en ofensiva no los ganó (Lanús, Newell´s y Rafaela). Por eso Cocca optó por replegarse, con Videla como bandera, y salir rápido por los costados con una versión mejorada de Ricardo Centurión y un alquimista Gustavo Bou. Todo bajo la conducción de Diego Milito que resignó lucidez personal en pos de mejorar al equipo y a sus compañeros. Milito mejoró a Bou y Bou potenció el ataque de Racing. El equipo de Cocca se vuelve rocoso una vez que se encuentra en ventaja y es casi imposible no sólo convertirle, sino generarle chances de gol.
El campeonato 2014 será del que mejor ataca o será del que mejor contragolpea. Será de la mejor defensa por jerarquía individual o será del mejor bloque defensivo. Será de Racing o de River el mejor torneo argentino en mucho tiempo.
Solo queda la escena final del último corto del fútbol argentino hasta nuevo aviso. Justo antes de que pase a ser un largometraje masivo, el corto volvió a entretener pero no por lo corto sino por la calidad de sus actores que brindaron buenos espectaculos.
El Transición 2014 puede ser el principio de un cambio en el futbol argentino. Será cuestión de creer que se puede para no solo enterrar los torneos cortos sino también el cortoplacismo que tanto degradó el juego. Porque al final nos volvimos a dar cuenta que la fiesta nace de adentro de la cancha para que se festeje afuera. Nunca al revés. Hay una semilla sembrada en el fútbol nuestro de cada día. Será cuestión de regarla para que florezca antes de que la pisen de nuevo y solo quede como un buen recuerdo pasajero.
Lucas Jiménez
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