12 diciembre, 2014
Tierno: ¿personaje de historieta?
Por Claudio Acosta, desde Santa Rosa. Cayó Juan Carlos Tierno y fue llevado a juicio por abuso de autoridad. Pero ¿quién es y de donde viene este político pampeano, ex intendente de Santa Rosa y de pasado golpeador? Un breve repaso de su trayectoria.

Por Claudio Acosta, desde Santa Rosa. Como si se tratara de una película de vaqueros, un diario de Capital tituló en sus páginas: “El día que detuvieron al sheriff”. Pero ocurre que no se trata de una historieta de héroes y villanos al estilo de Hollywood. Se trata de proyectos y prácticas políticas que con matices se vienen implementando en nuestra provincia durante estos últimos 30 años desde que se recuperó el derecho a votar. En el mismo sentido, un diario local uso el calificativo de “berretín autoritario” para describir la conducta del ex jefe comunal. Como si se tratara de una psicopatología propia de un personaje único e irrepetible.
Juan Carlos Tierno comparte filas con el actual gobernador (Oscar Jorge) desde el año 1983 cuando durante la gobernación de Rubén Marín ocupó el cargo de asesor legal. Desde aquellos años hasta el 2007 fue, en forma ininterrumpida, funcionario de los diferentes gobiernos provincial y municipal, alternando cargos públicos, con rol de asesor del Partido Justicialista.
Su “pasado” violento lo acompaña desde que, en noviembre de 1984, su pareja tuvo que ser atendida en un sanatorio local víctima de sus golpes. Denuncia que fue cajoneada desde los ámbitos de poder al que pertenece Tierno y cuyos testigos y participes de la misma fueron “sancionados” de una u otra forma con la impunidad que caracteriza hasta nuestros días al poder político provincial.
En su paso como director del Banco de La Pampa, durante los años 90, y aprovechando la “desgracia” económica en la que habían caído muchos dueños de campos, Tierno se apropió de sus tierras.Durante la gobernación (2003-2007) del hoy senador Juan Carlos Verna, cumplió el cargo de ministro de Gobierno, Justicia y Seguridad con un discurso de mano dura.
Por lo tanto, existe una historia y un pasado de conductas personales y políticas que no deben ser pasadas por alto por la sociedad santarroseña, ni catalogadas de prácticas “excéntricas” o vicios individuales como si se tratara de una foto estanca.
Hoy se lo acusa del delito de abuso de autoridad por haber aprobado por decreto el presupuesto local, sin consultar al Concejo Deliberante, con impuestazo incluido. Pero hay que decir que la destitución a su cargo de intendente fue producto de la participación de diversos sectores de la comunidad en numerosas asambleas de santarroseños que, consensuando posicionamientos desembocaban en multitudinarias y coloridas movilizaciones populares.
Siendo los vecinos movilizados los verdaderos artífices de que hayan sido tan solo 87 los días que Tierno estuvo al frente del municipio santarroseño, entre diciembre de 2007 y marzo de 2008.
Como dijimos, cabe resaltar que desde que irrumpió en la política a principio de los años 80 fue militante y funcionario por el Partido Justicialista. Fue a través de esta fuerza que llegó a ser intendente de Santa Rosa , momento para el cual ya eran de conocimiento público los antecedentes que hoy son expuestos como significativos de su accionar característico. Más allá de que mediáticamente, ahora, se busque ubicar a Juan Carlos Tierno en el lugar del villano malo sin historia, sin identidad y sin estructura política. Algo a lo que tenemos que estar atentos los pampeanos. Porque esa es la manera de ocultar el verdadero problema que no es otro que político.
Juan Carlos Tierno es causa y consecuencia de estos 30 años de políticas bipartidistas. Al igual que con Menem y de la Rúa, a quienes también desde el poder una vez que cumplieron su rol y dejaron de ser útiles para sus propias estructuras partidarias, se los quiso mostrar como personajes frívolos, mujeriegos, lentos o distraídos.
Pero, a semejanza con lo ocurrido durante la crisis y levantamientos del 2001 en nuestro país, en la capital pampeana, la significativa movilización y participación popular no fue capaz de construir la alternativa política necesaria para comenzar un cambio verdaderamente transformador. Por el contrario, ante la falta de dicha capacidad de generar algo nuevo y distinto, el poder hegemónico logró recomponerse, el “loquito” de Tierno pasó al banquillo, pero los efectos de las políticas antipopulares persisten hasta el día de hoy.
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