Géneros

11 diciembre, 2014

«Obligar a las mujeres a parir es negarles toda dignidad humana»

Por Stella Maris Manzano*. Aunque el aborto es legal en Argentina desde 1921 si el embarazo pone en peligro la salud, la vida de la mujer o si fue violada, solo se realizaba en condiciones excepcionales. Recién a partir del año 2005 en que el movimiento de mujeres comenzó a judicializar casos de abortos negados, se comenzó a flexibilizar un poco el tema.

Por Stella Maris Manzano*. Aunque el aborto es legal en Argentina desde 1921 si el embarazo pone en peligro la salud, la vida de la mujer o si fue violada, solo se realizaba en condiciones excepcionales. Recién a partir del año 2005 en que el movimiento de mujeres comenzó a judicializar casos de abortos negados, se comenzó a flexibilizar un poco el tema.

En el año 2012 la Corte Suprema de Justicia, en el caso FAL aclaró que es  un derecho de las mujeres acceder al aborto si fueron violadas o si su salud o su vida están en peligro por un embarazo. Sin embargo la mayoría de los hospitales y de los médicos siguen negando a las mujeres el ejercicio de este derecho.

Sabemos que los derechos humanos deben ser accesibles a la mayoría de las personas, no solo en casos excepcionales.

Una mujer que se ve obligada a continuar un embarazo forzosamente es puesta en grave riesgo psíquico. La maternidad es un acontecimiento que altera dramáticamente nuestras vidas y que tomamos con mucha responsabilidad. Tener un hijo no puede ser jamás una obligación o un castigo, sino una elección.

La sociedad ignora o prefiere ignorar que todas ponemos en riesgo nuestra vida y nuestra salud para ser madres. Las complicaciones del embarazo son la cuarta causa de mujeres jóvenes en el país, según cifras del Ministerio de Salud de la Nación.

Los organismos que controlan el cumplimiento de los tratados internacionales de derechos humanos le han repetido en varias ocasiones al estado argentino que debe facilitar el acceso al aborto a todas las mujeres, sin embargo no vemos aún políticas públicas claras en este sentido.

Es inaceptable que las mujeres deban terminar embarazos que ponen en riesgo su salud y su vida en clínicas clandestinas, o en formas menos seguras aún, y que además sean criminalizadas por ello.

A ningún hombre la ley le exige que arriesgue su vida para salvar otra, ni la de sus propios hijos. No pueden obligar a las mujeres a hacerlo, bajo amenaza judicial.

Un día antes de que el país realice un acto de desagravio a la joven LMR a quien no se le realizó el aborto en un hospital, a pesar de tener una discapacidad mental y haber sido violada, parece un triste festejo poner presas a tres mujeres que decidieron abortar porque no podían continuar su embarazo, porque su vida y su salud estaban en riesgo.

El estado está obligado a dejar de discriminar a las mujeres, está obligado a respetar su autonomía para decidir en cada aspecto de su vida, no puede seguir violando sus derechos humanos.

La ley de derechos de los pacientes deja claro que son las personas las que deben decidir sobre su salud y sobre los riesgos que quieren correr. Y esto rige también para las embarazadas. Ya es hora dejar de considerar más valiosos a los fetos que a los ya nacidos, o a los varones que a las mujeres.

Sin igualdad, jamás tendremos una sociedad amorosa. Mujeres  angustiadas y vulneradas en sus más íntimos derechos no pueden ser felices ni menos aún criar hijos felices. Y la adopción no es una solución, porque implica obligar a la mujer que no quiere a arriesgar su vida y su salud para traer otro ser humano al mundo.  Implica poner a la mujer en el lugar de objeto, de no-humana, de instrumento, de incubadora humana. Obligar a las mujeres a parir es negarles toda dignidad humana.

*Médica especialista en ginecología y medicina legal, Hospital Zonal Trelew, Chubut. Integrante de la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito.

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